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¿Por qué Dios ha permitido el sufrimiento y la maldad hasta el día de hoy?

¿Por qué Dios ha permitido el sufrimiento y la maldad hasta el día de hoy?

"¿Hasta cuándo, oh Jehová, tengo que gritar por ayuda, sin que tú oigas? ¿[Hasta cuándo] clamaré a ti por socorro contra la violencia, sin que tú salves? ¿Por qué me haces ver lo que es perjudicial, y sigues mirando simple penoso afán? ¿Y [por qué] hay expoliación y violencia enfrente de mí, y [por qué] ocurre la riña, y [por qué] se lleva la contienda? Por lo tanto, la ley se entumece, y la justicia nunca sale. Porque el inicuo cerca al justo, por esa razón la justicia sale torcida"

(Habacuc 1:2-4)

"Y yo mismo regresé para poder ver todos los actos de opresión que se están haciendo bajo el sol, y, ¡mira!, las lágrimas de aquellos a quienes se oprimía, pero no tenían consolador; y de parte de sus opresores había poder, de modo que no tenían consolador. (…) Todo lo he visto yo durante mis días vanos. Existe el justo que perece en su justicia, y existe el inicuo que continúa largo tiempo en su maldad. (…) Todo esto he visto, y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, durante el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo. (…) Hay una vanidad que se hace en la tierra: que hay justos que les suceden las cosas como si fuera por obra de los malvados, y hay malvados que les pasan cosas como si fuera por obra de los justos. Dije que esto también es vanidad. (…) He visto a siervos a caballo, pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos”

(Eclesiastés 4:1; 7:15; 8: 9,14; 10:4)

"Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza"

(Romanos 8:20)

“Al estar bajo prueba, que nadie diga: “Dios me somete a prueba”. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie"

(Santiago 1:13)

¿Por qué Dios ha permitido el sufrimiento y la maldad hasta el día de hoy?

El verdadero culpable de esta situación es Satanás el diablo, al que en la Biblia se le llama acusador (Apocalipsis 12:9). Jesucristo, el Hijo de Dios, dijo que era un mentiroso y un homicida o asesino de la humanidad (Juan 8:44). Hay dos grandes acusaciones:

1 - Una acusación contra el derecho de Dios de gobernar sobre sus criaturas, tanto invisibles como visibles.

2 - Una acusación sobre la integridad de la creación, especialmente los seres humanos, hechos a imagen de Dios (Génesis 1:26).

Cuando se presenta una denuncia y se formulan acusaciones graves, se necesita mucho tiempo para que se hagan investigaciones, antes del juicio final. La profecía de Daniel capítulo 7, presenta la situación, en la que están involucradas la soberanía de Dios y la integridad del hombre, en un tribunal donde tiene lugar el juicio: “El Tribunal tomó asiento, y hubo libros que se abrieron. (…) Y el Tribunal mismo procedió a sentarse, y finalmente le quitaron su propia gobernación, para aniquilar[lo] y destruir[lo] totalmente” (Daniel 7:10,26). Como está escrito en este texto, se les quitarán al diablo y también al hombre, la soberanía de la tierra que siempre ha pertenecido a Dios. Esta imagen de la corte, se presenta también en el capítulo 43 de Isaías, donde está escrito que los que toman posición a favor de Dios, son sus "testigos": "Ustedes son mis testigos —es la expresión de Jehová—, aun mi siervo a quien he escogido, para que sepan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no fue formado Dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiera. Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador" (Isaías 43:10,11). Jesucristo también es llamado el "Testigo Fiel" (Apocalipsis 1:5).

En cuanto a estas dos acusaciones serias, Jehová Dios ha permitido que Satanás el diablo y la humanidad, durante más de 6.000 años, presentaran su "capacidad", de si pueden o no, gobernar o administrar la Tierra sin la soberanía de Dios. Estamos al final de esta experiencia donde la mentira del diablo sale a la luz, con la situación catastrófica en la que se encuentra la humanidad, al borde de la ruina total (Mateo 24:22). El juicio y la ejecución de la sentencia se llevarán a cabo en la gran tribulación (Mateo 24:21; 25:31-46). Ahora examinaremos las dos acusaciones del diablo más específicamente examinando lo que sucedió en Edén, en Génesis capítulos 2 y 3, y en el libro de Job capítulos 1 y 2.

1 - Una acusación contra el derecho de Dios de gobernar sobre sus criaturas, tanto invisibles como visibles

Génesis capítulo 2 nos informa que Dios creó al hombre y lo puso en un "jardín" llamado Edén de varios miles de hectáreas. Adam estaba en condiciones ideales. En este entorno agradable, disfrutaba de una gran libertad (Juan 8:32). Sin embargo, Dios puso un límite a esta inmensa libertad: un árbol: "Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”" (Génesis 2:15-17). "El árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo" era simplemente la representación concreta del concepto abstracto de lo bueno y de lo malo. Aquel árbol real, representaba para Adán, el límite concreto, un "conocimiento (concreto) de lo bueno y lo malo", fijado por Dios, entre lo "bueno", obedecerle y no comer de él y lo "malo", la desobediencia.

Es evidente que este mandamiento de Dios no era gravoso (comparar con Mateo 11:28-30 "Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera" y 1 Juan 5:3 "sus mandamientos no son gravosos" (los de Dios)). Por cierto, algunos han dicho que el "fruto prohibido" significaba las relaciones carnales: no podía ser, porque cuando Dios dio aquel mandamiento, Eva no existía. Dios no iba a prohibir algo que Adán no podía saber (Compare la cronología de los acontecimientos de Génesis 2:15-17 (el mandato de Dios) con 2:18-25 (la creación de Eva)).

La tentación del diablo

“Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”. Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando él estuvo con ella, y él empezó a comerlo" (Génesis 3:1-6).

La soberanía de Dios ha sido abiertamente atacada por el diablo. Satanás insinuó abiertamente que Dios estaba reteniendo información con el propósito de perjudicar a sus criaturas: "Porque Dios sabe" (implicando que Adán y Eva no sabían y que los estaba dañando). Sin embargo, Dios siempre mantuvo el control de la situación.

¿Por qué Satanás le habló a Eva en lugar de a Adán? Para usar la expresión inspirada del apóstol Pablo, para "engañarla": "También, Adán no fue engañado, sino que la mujer fue cabalmente engañada y llegó a estar en transgresión" (1 Timoteo 2:14). ¿De qué manera fue engañada Eva? Porque tenía muy pocos años de experiencia, mientras que Adam tenía al menos más de cuarenta años. De hecho, a Eva no se sorprendió, cuando la serpiente le habló. Continuó normalmente aquella conversación extraña. Por lo tanto, Satanás se aprovechó de la inexperiencia de Eva para hacerla pecar. Sin embargo, Adán sabía lo que estaba haciendo, tomó la decisión de pecar de manera deliberada. Esta primera acusación del diablo estaba relacionada con el derecho natural de Dios de gobernar sobre sus criaturas, tanto invisibles como visibles (Apocalipsis 4:11).

Poco antes del final de ese día, antes de la puesta del sol, Dios juzgó a los tres culpables (Génesis 3:8-19). Antes de determinar la culpabilidad de Adán y Eva, Jehová Dios se contentó con preguntarles sobre lo que habían hecho y ellos de responder: "Y pasó el hombre a decir: “La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio fruto del árbol y así es que comí”. Ante eso, Jehová Dios dijo a la mujer: “¿Qué es esto que has hecho?”. A lo cual respondió la mujer: “La serpiente... ella me engañó, y así es que comí”" (Génesis 3:12,13). Lejos de admitir su culpa, tanto Adán como Eva trataron de justificarse. Adán incluso reprochó indirectamente a Dios por haberle dado una mujer que lo hizo pecar: "La mujer que me diste para que estuviera conmigo". En Génesis 3:14-19, podemos leer el juicio de Dios con una promesa del cumplimiento de su propósito: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón" (Génesis 3:15). Con esta promesa, Jehová Dios estaba dando a entender en particular, que su propósito se haría realidad inevitablemente y que Satanás el diablo sería destruido. A partir de ese momento entró el pecado en el mundo, y su principal consecuencia, la muerte: "Por eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Romanos 5:12).

2 - Una acusación sobre la integridad del ser humano, hecha a imagen de Dios

El desafío de Satanás el diablo

El diablo insinuó que había un defecto en la naturaleza humana. Esto es evidente en el desafío del diablo con respecto a la integridad del fiel siervo Job: “Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿De dónde vienes?”. Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”. Ante esto, Satanás contestó a Jehová y dijo: “¿Ha temido Job a Dios por nada? ¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor? La obra de sus manos has bendecido, y su ganado mismo se ha extendido en la tierra. Pero, para variar, sírvete alargar la mano, y toca todo lo que tiene, [y ve] si no te maldice en tu misma cara”. Por consiguiente, Jehová dijo a Satanás: “¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues la mano!”. De manera que Satanás salió de ante la persona de Jehová. (...) Entonces Jehová dijo a Satanás: “¿Y tú, de dónde vienes?”. Ante esto, Satanás respondió a Jehová y dijo: “De discurrir por la tierra y de andar por ella”. Y Jehová pasó a decir a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Todavía está reteniendo firmemente su integridad, aunque tú me incitas contra él para que me lo trague sin causa”. Pero Satanás respondió a Jehová y dijo: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. Para variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, y ve si no te maldice en tu misma cara”. Por consiguiente, Jehová dijo a Satanás: “¡Allí está en tu mano! ¡Solo ten cuidado con su alma misma!”” (Job 1:7-12; 2:2-6).

El defecto de los seres humanos, según Satanás el diablo, es que sirven a Dios, no por amor a su Creador, sino por interés propio y oportunismo. Presionado, por la pérdida de sus bienes y el miedo a la muerte, según Satanás el diablo, el hombre se aparta de su lealtad a Dios. Pero Job demostró que Satanás el diablo es un mentiroso: Job perdió todas sus posesiones, perdió a sus 10 hijos y estuvo cerca de la muerte con "un divieso maligno desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza" que envenenaba su sangre (Job 1 y 2). Tres falsos consoladores se encargaron de torturar psicológicamente a Job, dando a entender que todas sus desgracias provenían de pecados ocultos de su parte y que, por lo tanto, Dios lo estaba castigando por su culpa y maldad. Sin embargo, Job no se apartó de su integridad y respondió: "¡Ni se piense de parte mía que yo los declare justos a ustedes! ¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!" (Job 27:5).

Sin embargo, la derrota más importante del diablo con respecto al mantenimiento de la integridad del hombre hasta la muerte, fue la de Jesucristo, que fue obediente a su Padre hasta la muerte: “Más que eso, al hallarse a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento" (Filipenses 2:8). Jesucristo, por su integridad hasta la muerte, ofreció a su Padre una victoria espiritual muy preciosa, por eso fue recompensado: "Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo [otro] nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los [que están] en el cielo y de los [que están] sobre la tierra y de los [que están] debajo del suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre" (Filipenses 2:9-11).

En la ilustración del hijo pródigo, Jesucristo nos permite entender mejor la manera en que su Padre maneja situaciones en las que sus criaturas desafían, por un tiempo, su autoridad (Lucas 15:11-24). El hijo pródigo le pidió a su padre su herencia y que se fuera de la casa. El padre permitió que su hijo ya adulto asumiera esta decisión y soportar las consecuencias. Asimismo, Dios dejó que Adán usara su derecho de elegir, pero también con las consecuencias. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta sobre el sufrimiento de la humanidad.

¿Por qué el sufrimiento?

El sufrimiento es el resultado de cuatro factores principales

1 - El diablo es el que causa el sufrimiento (pero no siempre) (Job 1:7-12; 2:1-6). Según Jesucristo, él es el gobernante de este mundo: "Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera" (Juan 12:31; 1 Juan 5:19). Por eso la humanidad en su conjunto es infeliz: "Porque sabemos que toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora" (Romanos 8:22).

2 - El sufrimiento es el resultado de nuestra condición de pecadores, que nos lleva a la vejez, la enfermedad y la muerte: "Por eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado. (…) Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 5:12; 6:23).

3 - El sufrimiento puede ser el resultado de malas decisiones humanas (de nuestra parte o las de otros humanos): "Porque lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico” (Deuteronomio 32:5 ; Romanos 7:19). El sufrimiento no es el resultado de una "supuesta ley del karma". Esto es lo que podemos leer en Juan capítulo 9: "Entonces, al ir pasando, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: “Rabí, ¿quién pecó: este hombre, o sus padres, para que naciera ciego?”. Jesús contestó: “Ni este hombre pecó, ni sus padres, sino que fue para que las obras de Dios se pusieran de manifiesto en su caso” (Juan 9:1-3). Las "obras de Dios", en su caso, serían su curación milagrosa.

4 - El sufrimiento puede ser el resultado de "tiempos y sucesos imprevistos" que hacen que la persona esté en el lugar equivocado en el momento equivocado: "Regresé para ver, bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el favor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. Porque tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una red dañina, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando este cae sobre ellos de repente" (Eclesiastés 9:11.12).

Esto es lo que dijo Jesucristo acerca de dos hechos trágicos que habían causado muchas muertes: “En aquel mismo tiempo estaban presentes algunos que le informaron acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. Y en respuesta les dijo él: “¿Se imaginan ustedes que porque estos galileos han sufrido estas cosas eso prueba que ellos eran peores pecadores que todos los demás galileos? No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes igualmente serán destruidos. O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Siloam, matándolos, ¿se imaginan ustedes que con eso se probó que fueran mayores deudores que todos los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes serán destruidos de la misma manera”" (Lucas 13:1-5). En ningún momento Jesucristo dejó a entender que las víctimas de accidentes o desastres naturales hubieran pecado más que otros, o incluso que Dios causara tales sucesos para castigar a los pecadores. Ya sean enfermedades, accidentes o desastres naturales, no es Dios quien los causa y los que son víctimas no han pecado más que otros.

Dios pondrá fin a todo este sufrimiento: "Entonces oí una gran voz desde el trono que decía: "Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”” (Apocalipsis 21:3,4).

El destino, la fatalidad y la libre elección

El "destino" o el fatalismo no es una enseñanza bíblica. No estamos "destinados" a hacer lo bueno o lo malo, pero según el "libre albedrío" elegimos hacer lo bueno o lo malo (Deuteronomio 30:15). Esta visión del destino o el fatalismo está estrechamente relacionada con la idea que muchas personas tienen sobre la omnisciencia de Dios y su capacidad para conocer el futuro. Veremos cómo Dios usa su omnisciencia o su habilidad para conocer los sucesos con anticipación. Veremos en la Biblia que Dios lo usa de manera selectiva y discrecional o con un propósito específico, a través de varios ejemplos bíblicos.

Dios usa su omnisciencia de manera discrecional y selectiva

¿Sabía Dios que Adán iba a pecar? Según el contexto de Génesis 2 y 3, es obvio que no. ¿Cómo Dios hubiera podido dar un mandato que hubiera sabido de antemano que Adán iba a desobedecer? Esto habría sido contrario a su amor y Dios había hecho todo lo posible para que este mandamiento no fuera gravoso (1 Juan 4:8 ; 5:3). Veamos dos ejemplos bíblicos que demuestran que Dios usa su habilidad para conocer el futuro, de manera relativa o discrecional. Pero también, que siempre usa esta habilidad con un propósito específico.

El primer ejemplo es el de Abrahán. En Génesis 22:1-14 hay el relato muy doloroso de Abrahán y de la solicitud de Dios de sacrificar a su hijo Isaac. Al pedirle que sacrificara a su hijo, ¿sabía Dios, de antemano si Abrahán habría obedecido? Dependiendo del contexto inmediato del relato, no. En el último momento, Dios impidió que Abrahán hiciera tal acto. Está escrito: “Y pasó a decir: “Y pasó a decir: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único”” (Génesis 22:12). "Ahora sé de veras que eres temeroso de Dios", lo que demuestra bíblicamente, que Dios no sabía si Abrahán cumpliría con esta petición cabalmente.

El segundo ejemplo se refiere a la destrucción de Sodoma y Gomorra. Poco antes de la destrucción de estas dos ciudades, Jehová le dijo esto a Abrahán: “Entonces Jehová dijo: “Por consiguiente, Jehová dijo: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave. Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo”” (Génesis 18:20,21). El hecho de que Dios enviara dos ángeles para verificar una situación escandalosa, demostraba una vez más que en un principio, Dios no tenía todos los elementos para tomar una decisión, y en este caso, usó su capacidad de informarse por medio de dos ángeles.

Si leemos los varios libros bíblicos proféticos, entenderemos que en gran parte, Dios usa su habilidad para conocer el futuro con un propósito muy específico (La profecía de Zacarías; la profecía de Daniel). Tomemos un ejemplo bíblico simple. Mientras Rebecca estaba embarazada de gemelos, el problema era cuál de los dos hijos sería el antepasado de la nación elegida. Dios tuvo que usar su capacidad de conocer el futuro para designar cuál de los dos niños por nacer sería digno de tal privilegio: "Rebeca, su esposa, quedó embarazada. Ahora los hijos en ella se golpeaban entre sí, de modo que ella dijo: “Rebeca su esposa quedó encinta. Y los hijos dentro [del vientre] de ella empezaron a pugnar el uno con el otro, de modo que ella dijo: “Si es de esta manera, ¿exactamente por qué estoy viva?”. Y se fue a inquirir de Jehová. Y Jehová procedió a decirle: “Dos naciones están en tu vientre, y dos grupos nacionales serán separados de tus entrañas; y un grupo nacional será más fuerte que el otro grupo nacional, y el mayor servirá al menor”” (Génesis 25:21-26).

El mayor era Esaú, antepasado de la nación de Edom, fue efectivamente suplantado en su primogenitura por su hermano menor Jacob, antepasado de la nación de Israel, al haber vendido su derecho de primogenitura por un simple plato de lentejas (Génesis 25:34). Esto demostraba que Esaú era un hombre con poca espiritualidad, y que Dios usó su conocimiento del futuro para elegir un hombre espiritual, Jacob, para que fuera el fundador de su nación especial de Israel (Hebreos 12:16,17). Esto no significa que Jehová Dios interfirió en la libre elección de Jacob y Esaú, de modo que uno se volviera espiritual y el otro carnal. Jehová Dios hizo una simple observación de la estructura genética de cada uno (incluso si no es la genética la que determina por completo el comportamiento futuro), y luego, hizo una proyección en el futuro para saber qué clase de hombres iban a ser en el futuro: "Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas y todavía no había una entre ellas" (Salmos 139:16). Usando su omnisciencia, Dios hizo su elección (Romanos 9:10-13).

Para enfatizar en el uso específico de la capacidad de Dios, de conocer el futuro, podemos tomar un último ejemplo. Tras la muerte del traidor Judas Iscariote, tuvo que ser reemplazado por otro apóstol. Ahora los apóstoles tenían que elegir entre dos hombres, José Barsabás Justo, y Matías. Los apóstoles oraron para que Dios eligiera al hombre. Esto es lo que está escrito acerca de esta petición: "Y oraron y dijeron: “Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos, designa cuál de estos dos hombres has escogido, para que tome el lugar de este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para ir a su propio lugar”. De modo que echaron suertes sobre ellos, y la suerte cayó sobre Matías; y él fue contado junto con los once apóstoles” (Hechos 1:24-26). “Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos”, muestra que en algunos casos Dios usa su omnisciencia para tomar la mejor decisión sobre la persona, sin interferir con su libre albedrío.

¿Dios nos protege?

Antes de entender el pensamiento de Dios sobre el tema de nuestra protección personal, es importante considerar tres puntos importantes de la Biblia (1 Corintios 2:16):

1 - Jesucristo mostró que la vida presente que termina con la muerte, tiene un valor provisional para todos los humanos. Por ejemplo, comparó la muerte de Lázaro con el sueño, que por definición es temporal (Juan 11:11). Además, Jesucristo mostró que lo que importa es preservar nuestra perspectiva de vida eterna en lugar de tratar de "sobrevivir" a una prueba al comprometerse seriamente: "El que halle su alma la perderá, y el que pierda su alma por causa de mí la hallará" (Mateo 10:39). La palabra "alma", según el contexto, debe tomarse en el sentido de la vida (Génesis 35:16-19). El apóstol Pablo, bajo inspiración, mostró que la "vida verdadera" es la que se centra en la esperanza de la vida eterna en el paraíso: "Atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es” (1 Timoteo 6:19).

Cuando leemos el libro de los Hechos, entendemos que a veces Dios permitió que la prueba del cristiano terminara hasta su muerte, en el caso del apóstol Santiago y el discípulo Esteban (Hechos 7: 54-60; 12: 2). En otros casos, Dios decidió proteger al discípulo. Por ejemplo, después de la muerte del apóstol Santiago, Dios decidió proteger al apóstol Pedro de una muerte idéntica (Hechos 12:6-11). En términos generales, en el contexto bíblico, la protección o no de un siervo de Dios a menudo está vinculada a su propósito. Por ejemplo, mientras estaba en medio de un naufragio, hubo una protección divina colectiva del apóstol Pablo junto con toda la gente en el barco: "Porque esta noche estuvo de pie cerca de mí un ángel del Dios a quien yo pertenezco y a quien rindo servicio sagrado, y dijo: ‘No temas, Pablo. Tienes que estar de pie ante César, y, ¡mira!, Dios te ha dado de gracia a todos los que navegan contigo'” (Hechos 27: 23,24). La protección divina colectiva era parte de un propósito divino superior, a saber, que Pablo debía dar testimonio a los reyes (Hechos 9:15,16).

2 - Esta cuestión de la protección divina debe plantearse en el contexto de los dos desafíos lanzados por Satanás y, en particular, en las observaciones que hizo sobre la integridad de Job: "¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor?" (Job 1:10). Para responder a la pregunta sobre la integridad de Job y de toda la humanidad, este desafío del diablo muestra que Dios tuvo que, de una manera relativa, quitarle la protección a Job, lo que bien podría aplicarse a toda la humanidad. Poco antes de morir, Jesucristo, citando el Salmo 22:1, mostró que Dios le había quitado toda protección, lo que resultó en su muerte en sacrificio (Juan 3:16): "Cerca de la hora nona Jesús clamó con voz fuerte, y dijo: “É‧li, É‧li, ¿lá‧ma sa‧baj‧thá‧ni?”, esto es: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46) ). Sin embargo, con respecto a la humanidad en su conjunto, el que Dios no la proteja de las consecuencias de sus actos, sigue siendo relativo, porque así como Dios prohibió al diablo que provocara la muerte de Job, es evidente que lo mismo es cierto para el conjunto de la humanidad (comparar con Mateo 24:22).

3 - Se ha examinado anteriormente que el sufrimiento puede ser el resultado de "momentos y sucesos imprevistos" que hacen que las personas terminen en el momento equivocado, en el lugar equivocado (Eclesiastés 9:11,12). Por lo tanto, en general, Dios no protege a los humanos de las consecuencias de la elección que originalmente tomó Adán. El hombre envejece, enferma y muere (Romanos 5:12). Puede ser víctima de accidentes o desastres naturales. El apóstol Pablo, inspirado, lo escribió bien: "Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza" (Romanos 8:20; el libro de Eclesiastés contiene una descripción muy detallada de la futilidad de la vida presente que inevitablemente lleva a la muerte: "¡La mayor de las vanidades! —ha dicho el congregador—, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es vanidad!" (Eclesiastés 1:2)).

Además, Dios no protege a los humanos de las consecuencias de sus malas decisiones: "No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que esté sembrando con miras a su carne, segará de su carne la corrupción; pero el que esté sembrando con miras al espíritu, segará del espíritu vida eterna" (Gálatas 6:7,8). Si Dios ha sometido a la humanidad a la futilidad durante un tiempo bastante largo, nos permite comprender que va junto con las consecuencias de nuestro estado pecaminoso. Sin embargo, esta situación para toda la humanidad será temporal: "La creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios" (Romanos 8:21). Es entonces cuando toda la humanidad, después de la resolución de la cuestión del diablo, volverá a beneficiar de la protección de Dios en el paraíso terrestre: "no te acaecerá ninguna calamidad, y ni siquiera una plaga se acercará a tu tienda. Porque él dará a sus propios ángeles un mandato acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos. Sobre sus manos te llevarán, para que no des con tu pie contra piedra alguna" (Salmos 91:10-12).

¿Significa esto que actualmente ya no estamos protegidos individualmente por Dios? La protección que Dios nos da es la de nuestro futuro eterno, en términos de la esperanza de la vida eterna, ya sea al sobrevivir a la gran tribulación o por la resurrección, mientras perseveramos hasta el fin (Mateo 24:13 ; Juan 5:28,29; Hechos 24:15; Apocalipsis 7:9-17). Además, Jesucristo en su descripción de la señal de los últimos días (Mateo 24, 25, Marcos 13 y Lucas 21), y en el libro de Apocalipsis (particularmente en los capítulos 6:1-8 y 12:12), muestran que la humanidad pasaría por grandes desgracias desde 1914, lo que sugiere que por un tiempo, Dios no la preservaría de aquellos ayes profetizados.

Sin embargo, Dios no nos ha dejado sin la posibilidad de protegernos individualmente mediante la aplicación de su guía misericordiosa contenida en la Biblia, su Palabra. De manera general, la aplicación de los principios bíblicos permite evitar los riesgos innecesarios que podrían acortar nuestra vida de manera absurda: "Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos” (Proverbios 3:1,2). Vimos arriba que el destino no existe. Por lo tanto, la aplicación de los principios bíblicos, la guía de Dios, será comparable al mirar atentamente a derecha e a izquierda antes de cruzar la calle, para preservar nuestra vida: "El sagaz que ha visto la calamidad se ha ocultado; los inexpertos que han pasado adelante han sufrido la pena" (Proverbios 27:12).

Además, el apóstol Pedro insistió sobre la importancia de la oración: "Pero el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones" (1 Pedro 4:7). La oración y la meditación pueden tener un efecto protector sobre nuestro equilibrio espiritual y mental: "No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:6,7; Génesis 24:63).

Comentarios recientes

18.11 | 21:23

Hola Abner, soy cristiano. Has contestado a tu segunda pregunta... Atentamente...

18.11 | 18:52

Hola dos preguntas,
1, eres testigo de jehova?,,
2, tu tomas de los emblemas en la conmemoración?,
Lo pregunto porque mencionas sobre tomar del pan y el vino, incluido la gran muchedumbre

27.10 | 08:47

Hola Abner, entendiste bien, en solo un día... Además, puedes ver el 1 grande... Muy atentamente...

26.10 | 21:54

Hola hermano mi nonbre es abner mendez
E estado analizando varios temas de esta pagina
Y tengo una pregunta. La gran tribulación comenzaría
El 10 de tisri, o finaliza el día 10 de tisri,

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Algunos piensan que han sido objeto de una protección especial de Dios en algún momento de su vida. Nada en la Biblia impide considerar esta posibilidad excepcional por parte de Dios, todo lo contrario: "Pero él dijo: “Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti; y ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia”" (Éxodo 33:19). Esta experiencia permanece en el ámbito de la relación exclusiva entre Dios y aquella persona que habría sido protegida de modo especial, no nos corresponde a nosotros juzgar: "¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté en pie" (Romanos 14:4).

Antes del fin definitivo del sufrimiento, debemos hacer nuestra parte individual para amarnos y ayudarnos, para aliviar el sufrimiento en nuestro entorno: "Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí" (Juan 13:34,35). Bien escribió el discípulo Santiago, medio hermano de Jesucristo, que este tipo de amor debe concretarse con actos o iniciativas para ayudar a nuestro prójimo que está en apuros: "Si un hermano o una hermana están en estado de desnudez y carecen del alimento suficiente para el día, y sin embargo alguno de entre ustedes les dice: “Vayan en paz, manténganse calientes y bien alimentados”, pero ustedes no les dan las cosas necesarias para su cuerpo, ¿de qué provecho es?"" (Santiago 2:15,16). Jesucristo animó a ayudar a aquellos que nunca podrán devolvérnoslo: "Pero cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 14 y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección de los justos" (Lucas 14:13,14). Al hacer esto, de cierta manera "prestamos" a Jehová y Él nos recompensará... cien veces más: "El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato" (Proverbios 19:17).

Es interesante notar lo que Jesucristo menciona como actos de misericordia que nos permitirán, o no, tener su favor: "Porque me dio hambre, y ustedes me dieron de comer; me dio sed, y me dieron de beber. Fui extraño, y me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, y me vistieron. Enfermé, y me cuidaron. Estuve en prisión, y vinieron a mí" (Mateo 25:31-46). Dar de comer, dar de beber, dar la bienvenida a los extraños, vestirlos, visitar a los enfermos, visitar a los presos encarcelados por su fe. Cabe señalar que en todas estas acciones no hay ningún acto que pudiera considerarse "religioso". ¿Por qué? A menudo, Jesucristo repitió este consejo: "Quiero misericordia, y no sacrificio" (Mateo 9:13; 12:7). El significado general de la palabra "misericordia" es LA compasión en acción (el significado más limitado es el perdón). Al ver a alguien en necesidad, que lo conozcamos o no, nuestro corazón se conmueve, y si podemos hacerlo, le brindamos ayuda (Proverbios 3:27,28).

El sacrificio representa actos espirituales directamente relacionados con la adoración a Dios. Aunque, por supuesto, nuestra relación con Dios es lo más importante, Jesucristo mostró que no debemos usar el pretexto del "sacrificio" para abstenernos de mostrar misericordia. En cierta circunstancia, Jesucristo condenó a algunos de sus contemporáneos que usaron el pretexto del "sacrificio" para no ayudar materialmente a sus padres mayores (Mateo 15:3-9). En este caso, es interesante notar lo que Jesucristo hace decir a quienes buscarán su aprobación y sin embargo no la tendrán: “Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?"” (Mateo 7:22). Si comparamos Mateo 7:21-23 con 25:31-46 y Juan 13:34,35, nos damos cuenta de que aunque el "sacrificio" espiritual está íntimamente ligado a la misericordia, esta última dista mucho de estar subordinada a él, desde el punto de vista de Jehová Dios y de su Hijo Jesucristo: "Pero cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él? Hijitos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad" (1 Juan 3: 17,18; Mateo 5:7).

A la pregunta del profeta Habacuc (1:2-4), acerca de por qué Dios ha permitido el sufrimiento y la maldad, aquí está la respuesta: "Y Jehová procedió a responderme y a decir: “Escribe la visión, y ponla claramente sobre tablas, para que el que lea de ella en voz alta lo haga con afluencia. Porque la visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá mentira. Aun si tardara, manténte en expectación de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde" (Habacuc 2:2,3). Aquí hay algunos textos bíblicos de esta "visión" de esperanza en un futuro muy cercano que no llegará tarde:

"Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”" (Apocalipsis 21:1-4).

"Y el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el cabrito, y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito será guía sobre ellos. Y la vaca y la osa mismas pacerán; sus crías se echarán juntas. Y hasta el león comerá paja justamente como el toro. Y el niño de pecho ciertamente jugará sobre el agujero de la cobra; y sobre la abertura para la luz de una culebra venenosa realmente pondrá su propia mano un niño destetado. No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar" (Isaías 11:6-9).

"En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas, y torrentes en la llanura desértica. Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para [ellos], habrá hierba verde con cañas y papiros" (Isaías 35:5-7).

““Ya no llegará a haber de aquel lugar un niño de pecho de unos cuantos días de edad, ni un viejo que no cumpla sus días; porque uno morirá como simple muchacho, aunque tenga cien años de edad; y en cuanto al pecador, aunque tenga cien años de edad se invocará el mal contra él. Y ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No se afanarán para nada, ni darán a luz para disturbio; porque son la prole que está compuesta de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y realmente sucederá que, antes que ellos clamen, yo mismo responderé; mientras todavía estén hablando, yo mismo oiré” (Isaías 65:20-24).

"Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil’" (Job 33:25).

"Y Jehová de los ejércitos ciertamente hará para todos los pueblos, en esta montaña, un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino mantenido sobre las heces, de platos con mucho aceite, llenos de médula, de vino mantenido sobre las heces, filtrado. Y en esta montaña él ciertamente se tragará la cara de la envoltura que está envuelta sobre todos los pueblos, y la obra tejida que está entretejida sobre todas las naciones. Él realmente se tragará a la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado" (Isaías 25:6-8).

"Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas, y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento" (Isaías 26:19).

"Y habrá muchos de los que están dormidos en el suelo de polvo que despertarán, estos a vida de duración indefinida y aquellos a oprobios y a aborrecimiento de duración indefinida" (Daniel 12:2).

"No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio" (Juan 5:28,29).

"Tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos" (Hechos 24:15) (COSECHAS DE VIDASPRÍNCIPE TERRESTRE; SACERDOTE TERRESTREEL LEVITA TERRESTRE).


Meditación en el libro de Job


Esta meditación se basará en el diálogo de Job con sus tres acusadores, en el discurso de Elihú y finalmente en la intervención de Jehová Dios, el Padre Celestial, para disciplinar a Job por sus palabras. Los diálogos entre Job y sus tres acusadores, Elifaz, Bildad y Zofar, consisten en tres partes (1 - Job 3:1 a 14:22; 2 -15:1 a 21:34; 3 - 21:1 a 25:6. El último discurso de Job, antes de la intervención de Elihú, está en Job 21:1 a 31:40). Debido a que los textos sean pasajes bíblicos importantes (este libro tiene 42 capítulos), habrá solo algunos versículos bíblicos mencionados como puntos sobresalientes, con o sin comentario.


El diálogo de Job frente a sus tres acusadores

(capítulos de trabajo 3 a 31)


Job capítulo 3: el lamento de Job que se arrepiente de haber llegado a existir.


"Fue después de esto cuando Job abrió la boca y se puso a invocar el mal contra su día" (Job 3:1).


"¿Por qué desde la matriz no procedí a morir? ¿[Por qué no] salí del vientre mismo y entonces expiré?" (Job 3:11).


"¿Por qué da luz al hombre físicamente capacitado, cuyo camino ha sido ocultado, y a quien Dios tiene cercado?" (Job 3:23).


"No he estado sin cuidado, ni he estado sin disturbio, ni he tenido descanso, y no obstante viene la agitación" (Job 3:26).


Job Capítulos 4 y 5: la respuesta de Elifaz, el primer acusador: cuestionó la integridad y la fidelidad de Job a Dios. Según él, su gran desgracia es el indicio de la desaprobación de Dios.

"Y Elifaz el temanita procedió a responder y decir: “Si uno trata de dirigirte una palabra, ¿te fatigarás? Pero poner restricción a las palabras, ¿quién puede?" (Job 4:1,2). Desde las primeras palabras, Elifaz ofende a Job, dejando entender que no está dispuesto a escuchar a los demás.


"¿No es tu reverencia la base de tu confianza? ¿No es tu esperanza aun la integridad de tus caminos?  Recuerda, por favor: ¿Quién que sea inocente ha perecido jamás? ¿Y dónde jamás han sido raídos los rectos?" (Job 4:6.7). Elifaz dice que nunca ha visto a un hombre inocente o sin culpa, perecer en la desgracia (dejando entender que las desgracias de Job son las pruebas de su culpa ante Dios).


"Conforme a lo que yo he visto, los que idean lo que es perjudicial y los que siembran la desgracia, ellos mismos la siegan" (Job 4:8). Elifaz, dice que, por otro lado, siempre y solo a los inicuos, cosechan la calamidad (insinuando, si tienes tantas desgracias, es que te lo mereces)...

"Y un espíritu mismo fue pasando sobre mi rostro; el pelo de mi carne empezó a erizárseme" (Job 4:12-16). Elifaz menciona (sin quererlo) la fuente diabólica de la inspiración de sus palabras maliciosas. Siendo, de hecho, el portavoz de Satanás el diablo, el espíritu que lo inspira, comenzando con dos declaraciones que son correctas, y luego tuerza su significado. Aquí están las dos afirmaciones justas:


"El hombre mortal... ¿podrá ser más justo que Dios mismo? ¿O podrá el hombre físicamente capacitado ser más limpio que su propio Hacedor?" (Job 4:17). Después da explicaciones que tuercen el sentido:


"¡Mira! En sus siervos él no tiene fe, y a sus mensajeros imputa tener faltas.  ¡Cuánto más a los que moran en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo! Los aplasta uno más rápidamente que a una polilla" (Job 4:18,19). Elifaz, el portavoz de Satanás el diablo, dice que la justicia de Dios es tan alta y pura, que ni siquiera consiente confiar en el hombre, hecho de polvo y que es solo bueno por ser aplastado como una polilla. Una insinuación adicional que el hombre de polvo aplastado como una polilla, en este caso, es Job.


Elifaz, el profeta del diablo, insiste, esta vez refiriéndose a la muerte de sus diez hijos: "Sus hijos quedan lejos de la salvación, y son aplastados en la puerta sin que haya libertador" (Job 5:4). Describe la muerte de sus diez hijos como el aplastamiento de los hijos del inicuo, en este caso, los diez hijos (e hijas) de Job...


Job capítulos 6 y 7: en respuesta a las insinuaciones crasas de Elifaz de infidelidad a Dios, simplemente le pide que diga cuáles son aquellas faltas: "Instrúyanme, y yo, por mi parte, callaré; y háganme entender la equivocación que he cometido" (Job 6:24).


Job tiene una conciencia limpia ante Dios, e incluso al cometer errores involuntarios, ¿por qué Dios no lo perdonaría?: "Si he pecado, ¿qué puedo lograr yo contra ti, el Observador de la humanidad? ¿Por qué me has puesto por blanco tuyo, para que llegue a ser una carga para ti? Y ¿por qué no perdonas mi transgresión, y pasas por alto mi error? Porque ahora en polvo me acostaré; y ciertamente me buscarás, y yo no seré" (Job 7:20,21).


Job capítulo 8: Bildad, el segundo acusador del diablo, con sus primeras palabras, asalta verbalmente a Job: "¿Hasta cuándo seguirás profiriendo estas cosas, cuando los dichos de tu boca son solo un viento poderoso?" (Job 8:2).


Continúa en el mismo tipo de insinuaciones diabólicas de Elifaz, hablando de los diez hijos de Job. Él dice que su muerte es el resultado del juicio justo de Dios, debido a su infidelidad (la de sus hijos e hijas) y también a la de Job: "¿Pervertirá Dios mismo el juicio, o pervertirá el Todopoderoso mismo la justicia? Si tus propios hijos han pecado contra él, de modo que él los deja entrar en la mano de su sublevación, si tú mismo buscaras a Dios, y si del Todopoderoso suplicaras favor, si fueras puro y recto, para ahora él despertaría para ti y ciertamente restituiría tu justo lugar de habitación" (Job 8:3-6).


Job Capítulos 9 y 10: Job responde a Bildad diciéndole que, si hubiera pensado un momento de pecar voluntariamente contra Dios, habría sido pura locura de su parte. Precisamente, el temor referencial que siente para con Dios, le impide tener un comportamiento pecaminoso: "De hecho yo sé de veras que es así. Pero ¿cómo puede el hombre mortal tener razón en una causa con Dios? Si acaso se deleitara en contender con él, no podrá responderle una vez de entre mil.  Él es sabio de corazón y fuerte en poder. ¿Quién puede mostrarle terquedad y salir ileso?" (Job 9:2-4).


Job Capítulo 11: Zofar, el tercer acusador, reprocha a Job de jactarse por ser fiel a Dios, sin tener en cuenta las palabras de Elifaz y Bildad. De paso, menosprecia las respuestas de Job a sus dos primeros acusadores y a su sabiduría. Al igual que sus dos compañeros, lo acusa de ser infiel a Dios: "¿Acaso una multitud de palabras quedará sin respuesta, o tendrá razón uno que simplemente se jacta? ¿Hará callar a los hombres tu misma habla vacía, y seguirás escarneciendo sin que nadie te reprenda? También, dices: ‘Mi instrucción es pura, y he resultado realmente limpio a tus ojos’. Sin embargo, ¡oh, que Dios mismo hablara y abriera sus labios contigo! Entonces él te informaría de los secretos de la sabiduría, porque las cosas de la sabiduría práctica son múltiples. También, sabrías que Dios permite que parte de tu error te sea olvidado. ¿Puedes sondear las cosas profundas de Dios, o puedes sondear hasta el mismísimo límite del Todopoderoso?" (Job 11:2-7; leer también el versículo 20).


Job Capítulo 12 a 14: Job se siente indignado: "¡De hecho ustedes son el pueblo, y con ustedes morirá la sabiduría!" (Job 12:2). No se deja desestabilizar por las falsas acusaciones contra él mismo y también contra la memoria de sus diez hijos (e hijas) fallecidos: "Yo también tengo corazón lo mismo que ustedes. No soy inferior a ustedes, ¿y con quién no hay cosas como estas?  Uno que es hazmerreír para su semejante llego a ser, uno que clama a Dios para que le responda. Un hazmerreír es el justo e inculpable" (Job 12:3.4).


Job capítulo 15: Elifaz, lejos de responder a las ideas de Job, se burla de sus palabras: "¿Acaso una persona sabia misma responderá con conocimiento lleno de viento, o llenará su vientre del viento del este?" (Job 15:2). Y cuando lo acusa de infidelidad hacia Dios, incluso hasta de apostasía, no da ningún ejemplo para apoyar sus acusaciones crasas: "Sin embargo, tú mismo haces que el temor ante Dios carezca de fuerza, y disminuyes el tener preocupación alguna delante de Dios. Porque tu error entrena a tu boca, y escoges la lengua de gente sagaz. Tu boca te pronuncia inicuo, y no yo; y tus propios labios responden contra ti" (Job 15:4-6).


Elifaz repite la idea que expresó, al principio, Dios no confía en sus criaturas, hasta incluso en sus ángeles, y va aún más lejos, esta vez hablando del lugar de habitación de Dios: "¡Mira! En sus santos él no tiene fe, y los cielos mismos realmente no son limpios a sus ojos. ¡Cuánto menos cuando uno es detestable y corrompido, un hombre que está bebiendo la injusticia lo mismo que agua!" (Job 15:15,16). Es obvio que Elifaz está equivocado, Dios tiene confianza en sus criaturas fieles, ya sean celestiales y terrestres. Además, ¿cómo podría vivir en los cielos que no consideraría puros, cuando él es Santo? Elifaz dice esto a Job, para mejor aplastarlo, diciendo que, a los ojos de Dios, solo puede ser impuro, miserable y despreciable...


Job Capítulo 16 y 17: Job responde que sus palabras no lo están consolando de ninguna manera, y les dice lo mismo con respecto a las palabras de Elifaz, que son solo viento: "He oído muchas cosas como estas. ¡Todos ustedes son consoladores molestos! ¿Hay término para palabras llenas de viento? ¿O qué te irrita, que respondes?" (Job 16:2,3). Y responde que si Elifaz y sus otros dos acusadores hubieran estado en su situación, no les habría hablado de esta manera. Al contrario, les habría consolado: "También yo mismo bien podría hablar como lo hacen ustedes. Si solo existieran las almas de ustedes donde mi alma está, ¿me mostraría yo brillante en palabras contra ustedes, y menearía la cabeza contra ustedes? Los fortalecería con las palabras de mi boca, y la consolación de mis propios labios serviría para retener..." (Job 16:4,5). Job dice una vez más que tiene una conciencia limpia ante Dios, y que tiene confianza en la justicia de Dios al observar su integridad: "También ahora, ¡miren!, en los cielos está uno que testifica acerca de mí, y mi testigo está en las alturas" (Job 16:19). Dicho de paso, Job acusa a sus tres falsos amigos de practicar la inversión acusatoria, cuando deberían consolarlo, al estar a punto de morir debido a su enfermedad: "Noche siguen poniendo ellos por día: ‘La luz está cerca a causa de la oscuridad’. Si sigo esperando, el Seol es mi casa; en la oscuridad tendré que tender mi canapé. Al hoyo tendré que gritar: ‘¡Tú eres mi padre!’. A la cresa: ‘¡Mi madre y mi hermana!’. Así es que, ¿dónde, pues, está mi esperanza? Y mi esperanza... ¿quién es el que la contempla? A las rejas del Seol ellas descenderán, cuando nosotros, todos juntos, tengamos que descender al polvo mis" (Job 17:12-15).


Job capítulo 18: Bildad está muy enojado, debido al conjunto de la respuesta de Job (Capítulos 16 y 17) y dice que el juicio de Dios contra Job, como inicuo, no tardará y que se encontrará sin posteridad: "¿Hasta cuándo se ocuparán ustedes en poner fin a las palabras? Deben entender, para que después hablemos. ¿Por qué se nos debería contar por bestias y se nos debería considerar como inmundos a los ojos de ustedes? Él está despedazando su alma en su cólera. ¿Acaso por tu causa será abandonada la tierra, o se trasladará una roca de su lugar? También la luz de los inicuos será extinguida, y la chispa de su fuego no brillará" (Job 18:2-5).


Job Capítulo 19: Job denuncia la crueldad de las palabras de sus acusadores que lo aplastan: "¿Hasta cuándo seguirán ustedes irritando mi alma y seguirán aplastándome con palabras?" (Job 19:2). Job es consciente de su integridad ante Dios y él sabe que a su debido tiempo lo salvará: "Y yo mismo bien sé que mi redentor vive, y que, al venir después de mí, se levantará sobre el polvo. Y después de mi piel, que han desollado..., ¡esto! Aun reducido en mi carne contemplaré a Dios" (Job 19:25,26).


Job capítulo 20: la respuesta de Zofar es similar a la de Bildad, expresando su irritación hacia Job, insultándolo y repitiendo que sufrirá el juicio de los inicuos (capítulo 20): "Una insultante exhortación a mí oigo; y un espíritu sin el entendimiento que yo tengo me responde. ¿Has conocido tú en todo tiempo esta mismísima cosa, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra, que el clamor gozoso de los inicuos es breve, y el regocijo de un apóstata es por un momento?" (Job 20:3-5).


Job capítulo 21: La respuesta de Job muestra que es más bien lo contrario lo que ocurre, el inicuo prospera en su maldad, y el justo sufre por su justicia: "Este mismísimo morirá durante su plena autosuficiencia, cuando esté enteramente libre de cuidado y con desahogo; cuando sus propios muslos se hayan llenado de grasa y el mismo tuétano de sus huesos se mantenga húmedo. Y este otro morirá con un alma amarga cuando no ha comido de cosas buenas" (Job 21:23-25; Compare con Eclesiastés 7:15 y 8:14).


Job capítulo 22: Elifaz dice que Dios es indiferente a la conducta justa de sus criaturas (lo cual es falso): "¿Puede un hombre físicamente capacitado ser útil a Dios mismo, para que cualquiera que tenga perspicacia sea útil para con él?  ¿Tiene deleite alguno el Todopoderoso en que seas justo, o ganancia alguna en que hagas sin culpa tu camino?" (Job 22:2,3). En sus acusaciones de maldad contra Job, lo acusa de extorsión de todo tipo, incluso contra aquellos que no tienen nada. Lo acusa de no haber ayudado a los pobres: "¿No es ya demasiada tu propia maldad, y no tendrán fin tus errores? Porque sin causa te apoderas de una prenda de tus hermanos, y despojas hasta de las ropas a los desnudos. No le das al cansado un trago de agua, y del hambriento retienes pan" (Job 22:5-7). Y debido a su maldad, está esa situación dramática: "Por eso hay trampas para pájaros todo en derredor de ti, y pavor repentino te perturba; u oscuridad, de modo que no puedes ver, y una masa agitada de agua misma te cubre" (Job 22:10,11). Por supuesto, todos aquellos cargos que Elifaz enumera, en el capítulo 22, son falsos, son mentiras.


Job capítulos 23 y 24: Job repite que tiene una conciencia limpia ante Dios, y espera que Dios lo escuche. Repite la idea de que los inicuos prosperan en su maldad, pero que, a su debido tiempo, Dios les pedirá cuentas. En la última frase del capítulo 24, Job muestra que no se deja desestabilizar por las mentiras de los tres acusadores del diablo: "Así pues, realmente, ¿quién me desmentirá, o reducirá a nada mi palabra?" (Job 24:25).


Job capítulo 25: Bildad dice que Dios tiene criterios tan altos de pureza, que ni siquiera su creación los cumple, y mucho menos un hombre mortal (aludiendo a Job que dice que tiene una conducta honrada (o pura) ante Dios). Es obvio que el argumento de Bildad es completamente absurdo. ¿Cómo podría Dios haber creado algo que no hubiese cumplido sus criterios de pureza o de perfección? "¡Mira! Hay hasta la luna, y no es brillante; y las estrellas mismas no han resultado limpias a los ojos de él. ¡Cuánto menos el hombre mortal, que es una cresa, y un hijo del hombre, que es un gusano!" (Job 25:5,6). Podemos notar las dos expresiones insultantes para la raza humana, las de tratarla de cresa y gusano. Esta declaración es simplemente la firma de Satanás el diablo, a quien no le gusta la raza humana, particularmente aquellos que siguen siendo fieles para con Dios, según los principios bíblicos, como el fiel Job.


Job capítulos 26 a 31: el último discurso de Job. Se burla de la respuesta de Bildad, y más generalmente de los demás acusadores: "¡Oh, de cuánta ayuda has sido a uno falto de poder! ¡Oh, cómo has salvado a un brazo que carece de fuerzas! ¡Cuánto has aconsejado a uno que carece de sabiduría, y has dado a conocer la sabiduría práctica misma a la multitud!" (Job 26:2,3). Job sufría de una enfermedad mortal, se estaba muriendo, él y su esposa habían perdido a sus diez hijos (e hijas). Sin embargo, en lugar de consolarlo, lo insultaron, cuestionaron su integridad hacia Dios, sugiriendo que incluso la muerte de sus diez hijos, fuera el juicio correcto de Dios contra ellos debido a una supuesta maldad. Hay una declaración de que Job hizo que resume muy bien su apego a Dios y a sus principios: "¡Ni se piense de parte mía que yo los declare justos a ustedes! ¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!" (Job 27:5).


En conclusión, de esta primera parte que cierra el diálogo entre Job y los tres acusadores, hay una declaración que hizo mucho más tarde, Jesucristo con respecto a sus discípulos: "¡Miren! Los estoy enviando como ovejas en medio de lobos" (Mateo 10:16). El fiel Job era como una oveja herida, a punto de morir, de la cual se le arrancaba la carne, verbalmente, por aquellos tres lobos rapaces en manada, con un espíritu de maldad absoluta. Aquellos tres acusadores diabólicos se disfrazaron de amigos que venían para consolarlo, pero en cambio, actuaron como lobos voraces: "Guárdense de los falsos profetas que vienen a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces" (Mateo 7:15). Es con el fruto de sus palabras malas, los insultos, las acusaciones falsas, las insinuaciones crasas, que se les cayeron la máscara, revelando, de hecho, la verdadera cara del diablo que hablaba por medio de aquellos tres hombres: "Por sus frutos los reconocerán. Nunca se recogen uvas de espinos o higos de cardos, ¿verdad?  Así mismo, todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible; un árbol bueno no puede dar fruto inservible, ni puede un árbol podrido producir fruto excelente. Todo árbol que no produce fruto excelente llega a ser cortado y echado al fuego. Realmente, pues, por sus frutos reconocerán a aquellos hombres" (Mateo 7:16-20).


Dios condenó el comportamiento de aquellos tres hombres: "Y aconteció que, después que Jehová hubo hablado estas palabras a Job, Jehová procedió a decir a Elifaz el temanita: “Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job. (...). Solo el rostro de él aceptaré para no cometer locura deshonrosa contra ustedes, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job" (Job 42:7,8).


Elihú reprende a Job y los tres acusadores por haber dicho cosas inexactas acerca de Dios

(Capítulos de trabajo 32 a 37)


Algunos han escrito que Elihú era joven. Sin embargo, dependiendo del contexto del libro de Job, este no es necesariamente el caso. Es obvio que era mucho menos viejo que los cuatro interlocutores, es decir, Job y los otros tres interlocutores. Por ejemplo, en Job 42:10, está escrito que Jehová dio a Job, el doble de lo que había perdido. Luego, en Job 42:16, se escribe que Jehová le agregó 140 años más de vida. Al cruzar, aquellas dos informaciones, se deduce que Job y sus tres interlocutores tenían mucho más de 100 años. Por lo tanto, Elihú, siendo menos ancianos que ellos, podría haber tenido cincuenta, hasta sesenta años y talvez más. Al examinar cuidadosamente el discurso de Elihú, se nota una gran sabiduría y una gran capacidad para escuchar y comprender. Los argumentos contrarios de Elihú, esta vez correctos, excedieron la sabiduría y la perspicacia de aquellos tres interlocutores de Job que lo acusaban falsamente de apostasía y que no habían podido notar algunos errores leves, en su razonamiento.


Algunos han escrito que fue Dios quien le dio esta sabiduría a Elihú; por supuesto. Sin embargo, cuando Dios le da sabiduría a un humano, en general, se basa en cierto caudal de conocimiento y experiencia en la vida (Job 32:7). Dios hace que aquel caudal de conocimiento de sus principios, junto con la experiencia de la vida, sean acentuados por su sabiduría (Proverbios 2:1-9). Por ejemplo, Jesucristo dijo que el espíritu santo permitiría a sus discípulos recordar ciertos puntos de sus enseñanzas: "Mas el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho" (Juan 14:26). Todo esto para decir que Elihú era lejos de ser un hombre joven recién salido de la adolescencia, sino más bien era un adulto que tenía una sólida experiencia de vida, una sabiduría y se notaba en su forma de expresarse. El hecho mismo de que se pusiera de lado, para escuchar aquellos cuatro patriarcas y esperar hasta el final que acabaran de hablar, era parte de un modo de actuar completamente normal en aquel entonces, debido a la gran diferencia de edad (ver Levítico 19:32).


Elihú está indignado en contra de Job y sus tres interlocutores, dejando a entender que, al escucharlos, le costó dominarse: "Pero se enardeció la cólera de Elihú hijo de Barakel el buzita de la familia de Ram. Contra Job se encendió su cólera por declarar este justa su propia alma más bien que a Dios. También, contra sus tres compañeros se encendió su cólera debido al hecho de que no habían hallado una respuesta, pero habían procedido a pronunciar inicuo a Dios" (Job 32:2,3 "Porque he llegado a estar lleno de palabras; espíritu me ha causado presión en el vientre" (Job 32:18)). Elihú reprende a Job con todo respeto, con amabilidad, pero también con firmeza, diciéndole que carece de sabiduría y perspicacia, en sus palabras: "Job mismo habla sin conocimiento, y sus palabras son sin que tenga perspicacia" (Job 34:35).


Elihú corrige Job sobre varios puntos que no se mencionarán todos. Le reprocha por haber estado más preocupado por justificarse a sí mismo, en lugar de Dios: "Solo que has dicho a mis oídos, y el sonido de tus palabras lo seguí oyendo: ‘Soy puro, sin transgresión; limpio soy, y no tengo error. ¡Mira! Él halla ocasiones para oponerse a mí, me tiene por enemigo suyo. Pone mis pies en el cepo, vigila todas mis sendas" (Job 33:8-11). Aquí hay una declaración de Job, proclamando su propia justicia: "Con justicia me vestí, y esta me vestía. Mi equidad era como vestidura sin mangas... y turbante" (Job 29:14). Por otro lado, por ignorancia de la situación celestial, como se describe en los capítulos 1 y 2 de Job, pensaba que Dios, le pagaba de vuelta su justicia (la de Job), por las desgracias que estaba viviendo: "¿Por qué ocultas tu mismo rostro y me consideras como enemigo tuyo?" (Job 13:24). Dado desde este ángulo, por supuesto, consideraba que la integridad no era ventajosa.


Por ejemplo, Elihú toma una declaración de Job que da a entender que la integridad no trae ganancias, no es ventajosa: "Pues ha dicho: ‘Un hombre físicamente capacitado no saca provecho por complacerse en Dios’. Por eso, hombres de corazón, escúchenme. ¡Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente, y del Todopoderoso el obrar injustamente! Porque según la manera como el hombre terrestre obre él le recompensará, y según la senda del hombre él hará que venga sobre él" (Job 34:9-11). Tomemos la declaración anterior de Job: "Una cosa hay. Por eso de veras digo: ‘A uno sin culpa, también a un inicuo, él los acaba’" (Job 9:22). Siglos después, el rey Salomón, expresó una idea similar: "Pues no hay más recuerdo del sabio que del estúpido hasta tiempo indefinido. En los días que ya están entrando, todos ciertamente quedan olvidados; y ¿cómo morirá el sabio? Junto con el estúpido" (Eclesiastés 2:16). Este texto muestra que no es Dios quien suprime al sabio junto con el estúpido, pero más bien, es el resultado de la condición humana al heredar las consecuencias del pecado de Adán (Romanos 5:12). El error en el razonamiento de Job, es que deja entender que es Dios quien causa la muerte del justo junto con el inicuo. Elihú rectifica este error, diciendo que Dios, ciertamente, pedirá cuentas de la forma de actuar tanto al justo como al injusto. Dios de ninguna manera es indiferente al comportamiento de los humanos.


Jehová disciplina a Job debido a sus palabras equivocadas

(Job Capítulo 38 a 42)


Los dos puntos principales de reproches que Dios hace a Job son los siguientes: su falta de conocimiento y perspicacia, pero también su falta de modestia, al justificarse. Entonces, Jehová Dios, con una serie de preguntas retóricas, lo hace pensar en su falta de discernimiento, pero también en su pequeñez en comparación a la grandeza y la potencia de su creación, aquí hay algunos pasajes seleccionados:


"¿Quién es este que está oscureciendo el consejo con palabras sin conocimiento?  Cíñete los lomos, por favor, como hombre físicamente capacitado, y déjame interrogarte, y tú dame informe.  ¿Dónde te hallabas tú cuando yo fundé la tierra? Infórmame, si de veras conoces el entendimiento.  ¿Quién fijó sus medidas, si acaso lo sabes, o quién extendió sobre ella el cordel de medir?" (Job 38:2-5). Jehová Dios pone de relieve la brevedad de la existencia de Job, que por supuesto, no estaba presente al comienzo de la creación.


Subraya su ignorancia y el hecho de que no puede dominar la mayoría de los fenómenos naturales, ya sean celestiales o terrestres y el reino animal: "Las aguas mismas se mantienen escondidas como por piedra, y la superficie de la profundidad acuosa se hace compacta.  ¿Puedes tú atar firmemente las ligaduras de la constelación Kimá, o puedes desatar las cuerdas mismas de la constelación Kesil? ¿Puedes hacer salir la constelación Mazarot a su tiempo señalado? Y en cuanto a la constelación Ash al lado de sus hijos, ¿puedes conducirlos?  ¿Has llegado a conocer los estatutos de los cielos, o podrías tú poner su autoridad en la tierra?  ¿Puedes alzar tu voz siquiera a la nube, para que una masa agitada de agua misma te cubra? ¿Puedes enviar relámpagos para que vayan y te digan: ‘¡Aquí estamos!’?  ¿Quién puso sabiduría en las capas de las nubes, o quién dio entendimiento al fenómeno celeste? ¿Quién puede, con exactitud, numerar las nubes con sabiduría?, o los jarros de agua del cielo... ¿quién los puede volcar, cuando el polvo se derrama como en una masa fundida, y los mismísimos terrones se pegan unos a otros? ¿Puedes tú cazar presa para un león mismo, y puedes satisfacer el vivo apetito de leones jóvenes, cuando se agazapan en los escondites, o se quedan echados en la guarida para estar al acecho? ¿Quién le prepara al cuervo su alimento cuando sus propios polluelos claman a Dios por ayuda, cuando siguen errantes porque no hay nada de comer?" (Job 38:30-41).


Dios muestra que Job (y el hombre en general) no tienen una gran fuerza física como para dominar algunos animales salvajes muy poderosos en fuerza. Sería incapaz simplemente de dirigirlos de un lugar a otro, como el toro salvaje, el Behemot (el hipopótamo) y el Leviatán (el cocodrilo): (el toro salvaje): "¿Quiere un toro salvaje servirte, o pasará la noche junto a tu pesebre? ¿Atarás a un toro salvaje firmemente con sus sogas en el surco, o rastrillará él las llanuras bajas detrás de ti?  ¿Confiarás en él porque su poder es abundante, y dejarás a él tu trabajo afanoso? ¿Te fiarás de él de que haya de traer de vuelta tu semilla y que haya de recoger para tu era?" (Job 39:9-12). (Behemot, el hipopótamo): "Aquí, pues, está Behemot, al que he hecho lo mismo que a ti. Hierba verde come tal como un toro. Mira, pues: su poder está en sus caderas, y su energía dinámica en las cuerdas musculares de su vientre. Dobla su cola como un cedro; los tendones de sus muslos están entretejidos. Sus huesos son tubos de cobre; sus huesos fuertes son como varas de hierro forjado. Él es el principio de los caminos de Dios; su Hacedor puede acercar su espada" (Job 40:15-19). (Leviatán, el cocodrilo): "¿Puedes tú sacar a Leviatán con un anzuelo, o puedes con una soga sujetar su lengua? ¿Puedes ponerle un junco en las narices, o puedes con una espina taladrar sus quijadas?  ¿Te hará él muchas súplicas, o te dirá palabras blandas? ¿Celebrará un pacto contigo, para que lo tomes por esclavo hasta tiempo indefinido? ¿Jugarás con él como con un pájaro, o lo atarás para tus muchachas de poca edad?" (Job 41:1-5).


Obviamente, Job se arrepiente ante Dios, por haber dichos palabras y comentarios equivocados: "He llegado a saber que tú todo lo puedes, y no hay idea que te sea irrealizable.  ‘¿Quién es este que está oscureciendo el consejo sin conocimiento?’ Por eso hablé, pero no entendía cosas demasiado maravillosas para mí, las cuales no conozco. ‘Oye, por favor, y yo mismo hablaré. Yo te interrogaré, y tú dame informe.’ De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve.  Por eso me retracto, y de veras me arrepiento en polvo y ceniza" (Job 42:2-6).


Después de reprender muy severamente a los tres acusadores de Job, Jehová Dios libera Job de su cautiverio, creado por Satanás el diablo:


“Y aconteció que, después que Jehová hubo hablado estas palabras a Job, Jehová procedió a decir a Elifaz el temanita: “Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job. 8 Y ahora tomen para ustedes siete toros y siete carneros, y vayan a mi siervo Job, y tienen que ofrecer un sacrificio quemado a favor de ustedes; y Job mismo, mi siervo, orará por ustedes. Solo el rostro de él aceptaré para no cometer locura deshonrosa contra ustedes, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job”.

9 Por consiguiente, Elifaz el temanita y Bildad el suhita y Zofar el naamatita fueron, e hicieron tal como Jehová les había hablado; así que Jehová aceptó el rostro de Job.

10 Y Jehová mismo volvió atrás la condición de cautiverio de Job cuando este oró a favor de sus compañeros, y Jehová empezó a dar, además, todo lo que había sido de Job, en cantidad doble. 11 Y siguieron viniendo a él todos sus hermanos y todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido, y empezaron a comer pan con él en su casa y a condolerse de él y a consolarlo por toda la calamidad que Jehová había dejado venir sobre él; y procedieron a darle, cada cual, una pieza de moneda y, cada cual, un anillo de oro.

12 En cuanto a Jehová, él bendijo el fin de Job después más que su principio, de modo que este llegó a tener catorce mil ovejas y seis mil camellos y mil yuntas de reses vacunas y mil asnas. 13 También llegó a tener siete hijos y tres hijas. 14 Y se puso a llamar a la primera por nombre Jemimá y a la segunda por nombre Quesías y a la tercera por nombre Querén-hapuc. 15 Y no se hallaron mujeres tan bellas como las hijas de Job en todo el país, y su padre procedió a darles herencia entre sus hermanos.

16 Y después de esto Job continuó viviendo ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días” (Job 42:7-17).


La misericordia de Dios y el sufrimiento de la esposa de Job


La definición de la misericordia es la compasión con acciones. Muy a menudo, la misericordia se asocia con una decisión judicial que perdona un culpable debido a circunstancias atenuantes: "La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio" (Santiago 2:13).


Cuando leemos el libro de Job, particularmente los relatos de los desastres que se le ocurrieron a Job, descritos en los Capítulos 1 y 2, estamos impresionados y con razón, de los sufrimientos que tuvo que aguantar. Sin embargo, muy a menudo, hay una persona que es olvidada y que sufrió exactamente las mismas pruebas, menos la enfermedad mortal de Job, es su esposa. De hecho, además de perder todas sus propiedades, con Job su esposo, sufrió del sufrimiento emocional que todas las madres temen más del mundo, es perder a su hijo. Sin embargo, la esposa de Job no perdió un hijo, sino diez hijos (e hijas) en un solo instante (Job 1:18,19). Es probable que el dolor emocional de la esposa de Job, de esta madre que había perdido, en un instante, sus hijas e hijos, la hiciera caer, por un momento, en una locura la más completa. En el libro de Eclesiastés, está escrito: "Porque la mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco" (Eclesiastés 7:7). Si Job la había elegido como mujer, es que sin lugar a dudas era una mujer de gran sabiduría.


Sin embargo, está escrito esto en el libro de Job: "Finalmente su esposa le dijo: “¿Todavía estás reteniendo firmemente tu integridad? ¡Maldice a Dios, y muere!”" (Job 2:9). Como dijo su esposo, en respuesta, ella habló como una mujer insensata: "Pero él le dijo: “Como habla una de las mujeres insensatas, tú también hablas. ¿Aceptaremos solamente lo que es bueno de parte del Dios verdadero, y no aceptaremos también lo que es malo?”. En todo esto Job no pecó con sus labios" (Job 2:10). Podemos notar que Job incluye a su esposa, cuando habla de las desgracias, lo que demuestra que él reconocía que ella, también, era su compañera en esta gran calamidad.


El relato de la conclusión del libro de Job, nos muestra, ciertamente de manera indirecta, la misericordia de Dios hacia la mujer de Job, que efectivamente se portó, el espacio de un momento, como una mujer insensata. En la conclusión del libro, leemos que Dios se indignó de los comentarios diabólicos de los tres acusadores del diablo, Elifaz, Bildad y Zofar. No se menciona lo que Dios habría podido decir sobre las palabras insensatas de la mujer de Job. Es posible que considerara varios factores que lo llevaron a hacerle misericordia: el intenso dolor emocional que la llevó a caer en una locura momentánea. Talvez consideró que la reprimenda de su esposo, siendo su cabeza, era suficiente, sin que, por otro lado, se le eximiera de la necesidad, a la esposa de Job, de pedir perdón a Dios, por sus palabras muy irrespetuosas. El relato muestra que Dios ha mostrado una gran misericordia para con la esposa de Job, dándole otros diez hijos. Claro que no reemplazaban a los primeros diez hijos e hijas que perecieron, sin embargo, es probable que haya encontrado un consuelo con el tiempo. Se menciona que Job fue bendecido por el doble. En el momento de la resurrección, no serán diez, sino veinte niños a quienes darán la bienvenida (el doble) (Hechos 24:15). Sin embargo, el pecado de la mujer de Job fue lo suficientemente grave como para que fuera mencionado en la Biblia, no solo para subrayar la gravedad, sino también que Dios es misericordioso, incluso para aquellos que lo ofenden gravemente: "Ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia" (Éxodo 33:19).

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Meditación en el libro de Rut


El período histórico del libro de Rut se sitúa al comienzo del período de los jueces en Israel, es decir, hacia fines del siglo X (A.E.C.) (antes era común) (ver el libro bíblico de los Jueces). Este libro bíblico contiene un relato histórico muy conmovedor basado en una parte dramática de la vida de Rut, una viuda de uno de los dos hijos de Noemí, que murieron prematuramente (Orpá era su segunda nuera, viuda del segundo hijo fallecido). Noemí también era viuda de Elimélec. El capítulo 1, resume muy bien el marco histórico del relato que tendrá una conclusión muy feliz. Esta meditación sacará a la luz las cualidades de Noemí, Rut y Boaz. En cuanto a Rut, la cualidad que sobresale, es su lealtad a Noemí cuando la situación parecía particularmente oscura para aquellas dos mujeres. Obviamente, podemos mencionar el apego de Rut al Dios verdadero, Jehová. Esta reflexión también mostrará que este libro no solo tiene un valor anecdótico, sino también en relación con la futura llegada del Mesías (en el momento del relato), en su aspecto cronológico. De hecho, Elimélec y Noemí eran de Belén Efrata de Judá, mencionado en la profecía relacionada con el lugar de nacimiento del niño Jesús, en Miqueas 5:2.


Capítulo 1


“Ahora bien, aconteció en los días en que los jueces administraban justicia que surgió un hambre en el país, y un hombre procedió a ir de Belén de Judá a residir como forastero en los campos de Moab, él con su esposa y sus dos hijos. 2 Y el nombre del hombre era Elimélec, y el nombre de su esposa Noemí, y los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Kilión, efrateos de Belén de Judá. Por fin estos llegaron a los campos de Moab y continuaron allí.

3 Andando el tiempo, murió Elimélec el esposo de Noemí, de manera que ella quedó con sus dos hijos. 4 Más tarde los hombres tomaron para sí esposas, mujeres moabitas. El nombre de una era Orpá, y Rut el nombre de la otra. Y siguieron morando allá por unos diez años. 5 Con el tiempo, ellos dos, Mahlón y Kilión, también murieron, de modo que la mujer quedó sin sus dos hijos y sin su esposo. 6 Y procedió a levantarse con sus nueras y a volver de los campos de Moab, porque en el campo de Moab había oído que Jehová había dirigido su atención a su pueblo y le había dado pan.

7 Y emprendió su salida del lugar donde había continuado, y sus dos nueras estaban con ella, y siguieron andando en el camino para volver a la tierra de Judá. 8 Por fin Noemí dijo a sus dos nueras: “Anden, vuélvanse, cada una a la casa de su madre. Que Jehová ejerza bondad amorosa para con ustedes, así como ustedes la han ejercido para con los hombres ya muertos y para conmigo. 9 Que Jehová les haga una dádiva, y de veras hallen un lugar de descanso, cada cual en la casa de su esposo”. Entonces las besó, y ellas se pusieron a alzar la voz y llorar. 10 Y siguieron diciéndole: “No, sino que contigo volveremos a tu pueblo”. 11 Pero Noemí dijo: “Vuélvanse, hijas mías. ¿Por qué deben ir conmigo? ¿Tengo yo todavía hijos en mis entrañas, y tendrán ellos que llegar a ser sus esposos? 12 Vuélvanse, hijas mías, anden, porque yo me he hecho demasiado vieja para llegar a pertenecer a un esposo. Si hubiera dicho que tuviera esperanza también de que en realidad hubiera de llegar a ser de un esposo esta noche y que también ciertamente hubiera de dar a luz hijos, 13 ¿se quedarían ustedes esperándolos hasta que pudieran crecer? ¿Se mantendrían ustedes recluidas por ellos para no llegar a ser de un esposo? No, hijas mías, porque a causa de ustedes me es muy amargo el que la mano de Jehová haya salido contra mí”.

14 Ante eso, ellas alzaron la voz y lloraron de nuevo, después de lo cual Orpá besó a su suegra. En cuanto a Rut, se adhirió a ella. 15 Así que ella dijo: “¡Mira! Tu concuñada enviudada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete con tu concuñada enviudada”.

16 Y Rut procedió a decir: “No me instes con ruegos a que te abandone, a que me vuelva de acompañarte; porque a donde tú vayas yo iré, y donde tú pases la noche yo pasaré la noche. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde mueras tú, yo moriré, y allí es donde seré enterrada. Que Jehová me haga así y añada a ello si cosa alguna aparte de la muerte hiciera una separación entre tú y yo”.

18 Cuando ella llegó a ver que persistía en ir con ella, entonces dejó de hablarle. 19 Y ambas siguieron adelante hasta que llegaron a Belén. Y aconteció que, en cuanto llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió a causa de ellas, y las mujeres seguían diciendo: “¿Es esta Noemí?”. 20 Y ella decía a las mujeres: “No me llamen Noemí. Llámenme Mará, porque el Todopoderoso me ha hecho muy amarga [la situación]. 21 Estaba llena cuando me fui, y con las manos vacías Jehová me ha hecho volver. ¿Por qué deben llamarme Noemí, cuando es Jehová quien me ha humillado, y el Todopoderoso quien me ha causado calamidad?”.

22 Así efectuó Noemí su regreso, y Rut la moabita, su nuera, estaba con ella cuando volvió de los campos de Moab; y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada”.


No es necesario volver al marco histórico del libro bien descrito en la introducción. La situación era particularmente dramática para aquellas tres mujeres, Noemí, Rut y Orpá. Mientras Noemí tomó la decisión de regresar al país, es decir a Belén de Judá, Rut y Orpá decidieron acompañarla. No hay duda de que tanto Rut, como Orpá, estaban muy apegadas a Noemí. Mientras ella había decidido volver a su tierra, aquellas dos mujeres jóvenes hubieran podido, desde el principio, decirle que se quedarían, permaneciendo en su país de origen para poder volver a casarse.


Durante el regreso al país, probablemente al comienzo del viaje, Noemí tenía una sensación molesta y aflictiva en cuanto a la situación. De hecho, pensaba en el futuro de aquellas dos mujeres jóvenes y en el hecho de que la acompañaran en su dramática situación. Esto es lo que les dijo: "Por fin Noemí dijo a sus dos nueras: “Anden, vuélvanse, cada una a la casa de su madre. Que Jehová ejerza bondad amorosa para con ustedes, así como ustedes la han ejercido para con los hombres ya muertos y para conmigo. Que Jehová les haga una dádiva, y de veras hallen un lugar de descanso, cada cual en la casa de su esposo”. Entonces las besó, y ellas se pusieron a alzar la voz y llorar” (versículos 8 y 9). Noemí les pidió a Rut y a Orpá que la dejaran, agregando una bendición para las dos mujeres jóvenes. Al principio, se negaron categóricamente: "Entonces las besó, y ellas se pusieron a alzar la voz y llorar. Y siguieron diciéndole: “No, sino que contigo volveremos a tu pueblo”" (versículo 10). Noemí no quería imponerles un futuro triste a su lado, como viuda, sin hijos y sin la posibilidad de tener descendencias.


Es por eso que, con toda sinceridad y tal vez con mayor insistencia, hasta con firmeza, con argumentos que mostraban que su situación era desesperada, siguió diciéndoles marcharse y dejarla regresar sola al país: "Pero Noemí dijo: “Vuélvanse, hijas mías. ¿Por qué deben ir conmigo? ¿Tengo yo todavía hijos en mis entrañas, y tendrán ellos que llegar a ser sus esposos? Vuélvanse, hijas mías, anden, porque yo me he hecho demasiado vieja para llegar a pertenecer a un esposo. Si hubiera dicho que tuviera esperanza también de que en realidad hubiera de llegar a ser de un esposo esta noche y que también ciertamente hubiera de dar a luz hijos, ¿se quedarían ustedes esperándolos hasta que pudieran crecer? ¿Se mantendrían ustedes recluidas por ellos para no llegar a ser de un esposo? No, hijas mías, porque a causa de ustedes me es muy amargo el que la mano de Jehová haya salido contra mí”" (versículos 11-13).


Noemí se preocupaba sinceramente por el futuro de aquellas dos mujeres jóvenes que todavía tenían toda una vida frente a ella. No quería estropear su futuro con una vida triste a su lado. Finalmente, Orpá tuvo en cuenta los argumentos de Noemí, volvió a la tierra de Moab (versículo 14). Pero Rut insistió pesadamente en quedarse con Noemí al aceptar de asumir todas las circunstancias desfavorables de su decisión de acompañarla en su desgracia: "Así que ella dijo: “¡Mira! Tu concuñada enviudada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete con tu concuñada enviudada”” (versículo 15). Noemí insistió en una tercera vez, quizás sugiriéndole que fuera "razonable" y que hiciera como su concuñada, regresando a un país de su misma cultura y con un dios conforme a su tradición. Sin embargo, Rut persistió en su decisión de irse con su suegra: "Y Rut procedió a decir: “No me instes con ruegos a que te abandone, a que me vuelva de acompañarte; porque a donde tú vayas yo iré, y donde tú pases la noche yo pasaré la noche. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde mueras tú, yo moriré, y allí es donde seré enterrada. Que Jehová me haga así y añada a ello si cosa alguna aparte de la muerte hiciera una separación entre tú y yo”" (versículos 16,17). En el versículo 18, está escrito que Rut persistió. Uno puede imaginar que Noemí no respondió a Rut y giró los talones para andar con un paso firme, mientras que Rut la seguía detrás con determinación...


Es un buen ejemplo de lealtad en las tribulaciones de la vida... Rut ilustró de una manera hermosa que la lealtad no sobresale cuando las cosas van bien, sino cuando todo parece ir mal... Rut permaneció fielmente con su suegra viuda que no parecía tener un futuro feliz por delante... Jesucristo dirá lo mismo, más tarde, sobre el amor verdadero, que también sobresale y se ve particularmente en circunstancias desfavorables de la vida (Mateo 5:43-48 “amar a sus enemigos”). La continuación del relato parece indicar que Elimélec, el esposo fallecido de Noemí, era un hombre prominente en Belén de Judá, hasta el punto de que cuando su viuda y Rut, llegaron a Belén, está escrito que "toda la ciudad se conmovió a causa de ellas" (Versículo 19).


***


En el Capítulo 2, se entiende que Boaz era un hombre eminente y rico, un terrateniente de la familia de Elimélec. Va a ser la clave para el final feliz para Noemí y Rut:


Capítulo 2


“Ahora bien, Noemí tenía un pariente de su esposo, un hombre poderoso en riquezas, de la familia de Elimélec, y su nombre era Boaz.

2 Con el tiempo Rut la moabita dijo a Noemí: “Por favor, déjame ir al campo y rebuscar entre las espigas, siguiendo detrás de cualquiera a cuyos ojos halle favor”. De modo que ella le dijo: “Ve, hija mía”. 3 Ante eso, ella se fue, y entró y se puso a espigar en el campo detrás de los segadores. Así, por casualidad, llegó a dar en la porción del campo que pertenecía a Boaz, que era de la familia de Elimélec. 4 Y, ¡mire!, Boaz vino de Belén y procedió a decir a los segadores: “Jehová esté con ustedes”. A su vez, ellos le decían: “Jehová te bendiga”.

5 Posteriormente, Boaz dijo al joven que estaba puesto sobre los segadores: “¿A quién pertenece esta joven?”. 6 De modo que el joven puesto sobre los segadores contestó y dijo: “La joven es una moabita, que volvió con Noemí del campo de Moab. 7 Entonces dijo: ‘Déjame espigar, por favor, y ciertamente recogeré entre las espigas cortadas detrás de los segadores’. De modo que entró y ha estado de pie desde aquel momento de la mañana hasta precisamente ahora que se sentó un ratito en la casa”.

8 Más tarde Boaz dijo a Rut: “¿Has oído, no es verdad, hija mía? No te vayas a espigar en otro campo, y tampoco debes pasar de este lugar, y así debes mantenerte cerca de las jóvenes mías. 9 Estén tus ojos en el campo que ellas sieguen, y tienes que ir con ellas. ¿No he mandado yo a los jóvenes que no te toquen? Cuando tengas sed, entonces tienes que ir a las vasijas y beber de lo que saquen los jóvenes”.

10 Ante eso, ella cayó sobre su rostro y se inclinó a tierra y le dijo: “¿A qué se debe que yo haya hallado favor a tus ojos de modo que te fijes en mí, cuando soy extranjera?”. 11 Entonces Boaz contestó y le dijo: “Se me hizo un informe completo de todo lo que has hecho a tu suegra después de la muerte de tu esposo, y cómo procediste a dejar a tu padre y tu madre y la tierra de tu parentela y a ir a un pueblo que no habías conocido anteriormente. 12 Que Jehová recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a buscar refugio”. 13 A esto ella dijo: “Halle yo favor a tus ojos, señor mío, porque me has consolado y porque has hablado de modo tranquilizador a tu sierva, aunque yo misma no sea como una de tus siervas”.

14 Y Boaz procedió a decirle a la hora de comer: “Acércate acá, y tienes que comer parte del pan y mojar tu pedazo en el vinagre”. De modo que ella se sentó al lado de los segadores, y él le brindaba grano tostado y ella comía, de modo que quedó satisfecha y aún le sobró algo. 15 Entonces se levantó para espigar. Boaz ahora mandó a sus jóvenes, y dijo: “Déjenla espigar también entre las espigas cortadas, y no deben molestarla. 16 Y también deben estar seguros de sacarle algunas espigas de los manojos, y tienen que dejarlas atrás para que ella las espigue, y no deben reprenderla”.

17 Y ella continuó espigando en el campo hasta el atardecer, después de lo cual batió lo que había espigado, y esto llegó a ser como un efá de cebada. 18 Entonces lo alzó y se fue a la ciudad, y su suegra llegó a ver lo que había espigado. Después de eso ella sacó la comida que le había sobrado cuando se había satisfecho, y se la dio.

19 Su suegra ahora le dijo: “¿Dónde espigaste hoy, y dónde trabajaste? Llegue a ser bendito el que se fijó en ti”. De modo que ella informó a su suegra con quién había trabajado; y pasó a decir: “El nombre del hombre con quien trabajé hoy es Boaz”. 20 Ante eso, Noemí dijo a su nuera: “Bendito sea él de Jehová, que no ha abandonado su bondad amorosa para con los vivos y los muertos”. Y Noemí le dijo además: “El hombre es pariente nuestro. Es uno de nuestros recompradores”. 21 Entonces dijo Rut la moabita: “También me dijo él: ‘Cerca de las personas jóvenes que son mías es donde debes quedarte hasta que hayan acabado toda la siega que tengo’”. 22 Por lo tanto Noemí dijo a Rut su nuera: “Mejor es, hija mía, que salgas con las jóvenes de él, para que no te causen incomodidad en otro campo”.

23 Y ella continuó quedándose cerca de las jóvenes de Boaz para espigar hasta que se acabó la siega de la cebada y la siega del trigo. Y siguió morando con su suegra”.


Hay varias informaciones que se examinarán en el orden del relato del capítulo 2. La práctica de espigar o de rebuscar, era una disposición misericordiosa de la ley mosaica hacia los pobres: "Y cuando ustedes sieguen la mies de su tierra, no debes segar las orillas de tu campo completamente, y no debes recoger la rebusca de tu siega. Además, no debes juntar los sobrantes de tu viña, y no debes recoger las uvas esparcidas de tu viña. Para el afligido y el residente forastero los debes dejar. Yo soy Jehová el Dios de ustedes" (Levítico 19:9,10). "En caso de que siegues tu mies en tu campo, y se te haya olvidado una gavilla en el campo, no debes volverte atrás para conseguirla. Debe quedar para el residente forastero, para el huérfano de padre y para la viuda; a fin de que Jehová tu Dios te bendiga en todo hecho de tu mano. En caso de que apalees tu olivo, no debes recorrer sus ramas, en rebusca tras de ti. Debe quedar para el residente forastero, para el huérfano de padre y para la viuda. En caso de que vendimies tu viña, no debes recoger los sobrantes, en rebusca tras de ti. Estos deben quedar para el residente forastero, para el huérfano de padre y para la viuda. Y tienes que recordar que llegaste a ser esclavo en la tierra de Egipto. Por eso te estoy mandando hacer esta cosa" (Deuteronomio 24:19-22).


En el versículo 3, está escrito que Rut se fue a espigar "por casualidad" en el campo de Boaz. Es probable que aquella "casualidad" fuera, de hecho, la providencia divina, o la mano de Jehová Dios que la guió en este campo para espigar, según Noemí (versículo 20). El versículo 4 muestra que Boaz era un hombre piadoso, es decir apegado a Dios: "Y, ¡mire!, Boaz vino de Belén y procedió a decir a los segadores: “Jehová esté con ustedes”. A su vez, ellos le decían: “Jehová te bendiga”". En el versículo 5, notamos que tan pronto como llegó, su atención se centró en la joven Rut. Quizás la presencia de esta joven, con una apariencia delicada, entre los cosechadores, parecía inusual, porque la cosecha de la cebada y del trigo era (y es) una tarea que requiere mucho aguante, bajo el sol.


El relato revela otra cualidad de Boaz, la bondad y la benevolencia (versículos 8 y 9). En el versículo 8, Boaz se dirigió a Rut llamándola "hija mía", lo que muestra que no solo Rut era una mujer joven, sino también que Boaz era un hombre maduro (compare con el versículo 2). Podemos notar la humildad y el agradecimiento de Rut hacia Boaz (versículo 10). Boaz le explicó a Rut que su buena reputación había alcanzado sus oídos, su comportamiento bondadoso hacia su suegra Noemí (versículos 11,12). La bendición de Boaz escrita en el versículo 12 es muy bonita: "Que Jehová recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a buscar refugio". Rut era realmente una mujer muy valiente. Después de respigar la cebada hasta el final del día, la golpeaba para recoger el grano en un saco de unos veinte kilos que llevaba, luego, a casa de Noemí (versículo 17). Este trabajo agotador duró varias semanas, incluso varios meses (versículo 23).


En el versículo 20, está escrito que Noemí informó a Rut que Boaz era uno de sus "recompradores". Esta es otra disposición misericordiosa de la ley mosaica hacia un fallecido que moría sin haber dejado una descendencia, lo que de hecho interrumpía para siempre su línea familiar. Era la ley del matrimonio de levirato o matrimonio de cuñado: "En caso de que unos hermanos moren juntos y uno de ellos haya muerto sin tener hijo, la esposa del muerto no debe llegar a ser de un hombre extraño afuera. Su cuñado debe ir a ella, y tiene que tomarla por esposa y realizar con ella el matrimonio de cuñado. Y tiene que suceder que el primogénito que ella dé a luz debe suceder al nombre de su hermano muerto, para que el nombre de este no sea borrado de Israel" (Deuteronomio 25:5,6). Elimélec y sus dos hijos murieron sin dejar una descendencia, de modo que su linaje iba a desaparecer definitivamente. La disposición misericordiosa hacia la memoria del muerto, era el matrimonio de levirato que permitía, por medio del primogénito de este matrimonio, que el nombre del fallecido siguiera como descendencia suya, junta con su herencia. Por lo tanto, por medio de aquel "recomprador", la línea y el nombre de Elimélec podrían continuar con una descendencia. Boaz, por providencia divina, era uno de aquellos recompradores.


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Es obvio que la luz de una hermosa esperanza empezó a brillar en el corazón de Noemí. No pasó mucho tiempo para que aquella mujer sabia hiciera los arreglos para beneficiarse de aquella ley divina misericordiosa.


Capítulo 3


Noemí su suegra ahora le dijo: “Hija mía, ¿no debo buscarte lugar de descanso, para que te vaya bien? 2 Y ahora pues, ¿no es pariente nuestro Boaz, con cuyas jóvenes has continuado? ¡Mira! Esta noche él va a aventar cebada en la era. 3 Y tienes que lavarte y untarte aceite y ponerte encima tus mantos y bajar a la era. No te des a conocer al hombre hasta que haya acabado de comer y beber. 4 Y debe suceder que cuando él se acueste, entonces tienes que fijarte en el lugar donde se acuesta; y tienes que ir y descubrirle por los pies y acostarte; y él, por su parte, te informará lo que debas hacer”.

5 Ante eso, ella le dijo: “Todo lo que me dices lo haré”. 6 Y procedió a bajar a la era y a hacer conforme a todo lo que le había mandado su suegra. 7 Entretanto, Boaz comió y bebió, y su corazón se sentía bien. Entonces fue a acostarse al extremo del montón de grano. Después de aquello, ella entró furtivamente y le descubrió por los pies y se acostó. 8 Y a medianoche aconteció que el hombre empezó a temblar. De modo que se inclinó hacia delante, y, ¡mire!, ¡una mujer acostada a sus pies! 9 Entonces dijo él: “¿Quién eres?”. A su vez, ella dijo: “Soy Rut tu esclava, y tienes que extender tu falda sobre tu esclava, porque tú eres un recomprador”. 10 Ante eso, él dijo: “Bendita seas de Jehová, hija mía. Has expresado tu bondad amorosa mejor en el último caso que en el primer caso, al no ir tras los jóvenes, fueran de condición humilde o ricos. 11 Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Todo lo que dices lo haré para ti, porque toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente. 12 Y ahora, aunque es un hecho que yo soy un recomprador, también hay un recomprador de parentesco más próximo que yo. 13 Alójate aquí esta noche, y por la mañana tiene que suceder que, si él quiere recomprarte, ¡excelente! Que se encargue de hacer la recompra. Pero si no se deleita en recomprarte, entonces yo ciertamente te recompraré, yo mismo, tan ciertamente como que Jehová vive. Quédate acostada hasta la mañana”.

14 Y ella se quedó acostada a los pies de él hasta la mañana, y entonces se levantó antes que cualquier persona pudiera reconocer a otra. Él ahora dijo: “No se sepa que vino una mujer a la era”. 15 Y pasó a decir: “Trae la capa que está sobre ti, y tenla abierta”. De modo que ella la tuvo abierta, y él procedió a medir seis medidas de cebada y a colocarla sobre ella, después de lo cual él se fue a la ciudad.

16 Y ella procedió a irse a donde su suegra, quien le dijo ahora: “¿Quién eres, hija mía?”. Por consiguiente, ella le refirió todo lo que el hombre le había hecho. 17 Y pasó a decir: “Estas seis medidas de cebada me dio, porque me dijo: ‘No vayas a tu suegra con las manos vacías’”. 18 Ante aquello, ella dijo: “Siéntate quieta, hija mía, hasta que sepas cómo haya de resultar el asunto, porque el hombre no tendrá descanso a menos que haya acabado con el asunto hoy”.


Después de que Rut le informara a Boaz de que era un posible recomprador, se conmovió mucho por la bondad de Rut, particularmente hacia Noemí y su esposo fallecido Elimélec, al aceptar un matrimonio de levirato con él. Boaz era consciente de que era mucho mayor que Rut, por eso le señaló que su bondad de corazón se manifestaba al aceptar también este matrimonio, en lugar de casarse con un joven de su edad (versículo 10). Sin embargo, podemos ver cuánto Boaz era un hombre con un corazón recto, un hombre muy noble. Informó a Rut que no era el pariente más cercano y que, por lo tanto, era su deber de notificar a la persona en cuestión, para informarle de su derecho como recomprador. Es solo en el caso de una negativa de aquel pariente más cercano, que podría casarse con Rut en el contexto de un matrimonio de levirato.


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Por la mañana, Boaz se apresuró a presentar el caso a aquel recomprador y pariente más cercano, llamado en el texto "Fulano".


Capítulo 4


“En cuanto a Boaz, subió a la puerta y empezó a sentarse allí. Y, ¡mire!, iba pasando el recomprador, a quien Boaz había mencionado. Entonces él dijo: “Desvíate hacia acá, sí, anda, siéntate aquí, Fulano”. Por lo tanto este se desvió y se sentó. 2 Después de eso él tomó a diez hombres de los ancianos de la ciudad y dijo: “Siéntense aquí”. De modo que se sentaron.

3 Ahora él dijo al recomprador: “La porción del campo que pertenecía a nuestro hermano Elimélec la tiene que vender Noemí, que ha vuelto del campo de Moab. 4 Por mi parte, pensé que debiera revelártelo, diciendo: ‘Cómprala enfrente de los habitantes y los ancianos de mi pueblo. Si quieres recomprarla, recómprala; pero si no quieres recomprarla, infórmamelo, sí, para que yo lo sepa, porque no hay otro aparte de ti que haga la recompra, y yo vengo después de ti’”. A lo cual él dijo: “Yo seré el que la recompre”. 5 Entonces dijo Boaz: “El día que compres el campo de mano de Noemí, también es de Rut la moabita, la esposa del muerto, de quien tienes que comprarlo para hacer que el nombre del muerto se levante sobre su herencia”. 6 A esto el recomprador dijo: “No puedo recomprarlo para mí, por temor de que arruine mi propia herencia. Recómpratelo tú con mi derecho de recompra, porque yo no puedo hacer la recompra”.

7 Ahora bien, esta era la costumbre en otros tiempos en Israel respecto al derecho de recompra y respecto a los cambios, para ratificar toda suerte de cosa: Un hombre tenía que quitarse su sandalia y darla a su prójimo, y esta era la atestación en Israel. 8 Por eso, cuando el recomprador dijo a Boaz: “Cómpratelo”, procedió a quitarse su sandalia. 9 Entonces Boaz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: “Ustedes son testigos hoy de que en efecto compro de mano de Noemí todo lo que pertenecía a Elimélec y todo lo que pertenecía a Kilión y Mahlón. 10 Y también a Rut la moabita, la esposa de Mahlón, la compro para mí, sí, por esposa, para hacer que el nombre del muerto se levante sobre su herencia, y para que el nombre del muerto no sea cortado de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Ustedes son testigos hoy”.

11 Ante esto, toda la gente que se hallaba en la puerta, y los ancianos, dijeron: “¡Testigos! Conceda Jehová a la esposa que entra en tu casa ser como Raquel y como Lea, las cuales dos edificaron la casa de Israel; y tú, demuestra tu mérito en Efrata y cobra renombre en Belén. 12 Y llegue a ser tu casa como la casa de Pérez, que Tamar le dio a luz a Judá, de la prole que Jehová te dé de esta joven”.

13 Por consiguiente, Boaz tomó a Rut y ella llegó a ser su esposa, y él tuvo relaciones con ella. De modo que Jehová le concedió a ella concebir, y ella dio a luz un hijo. 14 Y las mujeres empezaron a decir a Noemí: “Bendito sea Jehová, que no ha dejado que te faltara hoy un recomprador; para que su nombre sea proclamado en Israel. 15 Y él ha venido a ser restaurador de tu alma y uno que nutre tu vejez, porque tu nuera, que de veras te ama, que te es mejor que siete hijos, lo ha dado a luz”. 16 Y Noemí procedió a tomar al niño y ponerlo en su seno, y llegó a servirle de nodriza. 17 Entonces las vecinas le dieron nombre, diciendo: “Le ha nacido un hijo a Noemí”. Y empezaron a llamarlo por nombre Obed. Él es el padre de Jesé, padre de David.

18 Ahora bien, estas son las generaciones de Pérez: Pérez llegó a ser padre de Hezrón; 19 y Hezrón llegó a ser padre de Ram; y Ram llegó a ser padre de Aminadab; 20 y Aminadab llegó a ser padre de Nahsón; y Nahsón llegó a ser padre de Salmón; 21 y Salmón llegó a ser padre de Boaz; y Boaz llegó a ser padre de Obed; 22 y Obed llegó a ser padre de Jesé; y Jesé llegó a ser padre de David”.


Al leer el relato, entendemos mejor el porqué la persona que se negó a casarse con Rut por temor de "arruinarse", se le llamara "Fulano". La excusa de aquel hombre era lamentable. Además, para Jehová Dios, esta actitud era lo suficientemente vergonzosa como para permitir que la viuda despedida por un recomprador, le quitara una sandalia y le escupiera al rostro: "Ahora bien, si el hombre no se deleita en tomar la viuda de su hermano, la viuda de su hermano entonces tiene que subir a la puerta, a los ancianos, y decir: ‘El hermano de mi esposo ha rehusado conservar el nombre de su hermano en Israel. No ha consentido en ejecutar conmigo el matrimonio de cuñado’. Y los ancianos de su ciudad tienen que llamarlo y hablarle, y él tiene que estar de pie y decir: ‘No me he deleitado en tomarla’. Entonces la viuda de su hermano tiene que acercarse a él ante los ojos de los ancianos y quitarle la sandalia de su pie y escupirle en la cara y responder y decir: ‘De esa manera debe hacérsele al hombre que no quiere edificar la casa de su hermano’. Y se le tiene que llamar por nombre en Israel: ‘La casa de aquel a quien le fue quitada la sandalia’" (Deuteronomio 25:7-10). Sin embargo, esto no es lo que Rut hizo, por la simple razón, que afortunadamente tenía un segundo recomprador, el hombre Boaz.


Es al final de este libro bíblico de Rut, que nos damos cuenta de que este relato histórico no solo tiene un valor anecdótico. Por lo tanto, el libro de Ruth explica el importante papel del matrimonio de levirato con respecto a la línea que conduciría al rey David y más tarde, al hombre Jesucristo (Mateo 1:1-16; Lucas 3:23-38). En Mateo 1:5, está escrito que la madre de Boaz era Rahab, la mujer valiente que salvó la vida de los dos espías en Jericó (Josué capítulo 2). Lógicamente, el contexto histórico de lo libro de Rut era poco después de la muerte de Josué, es decir, bajo la administración del juez Otniel, el sobrino de Caleb (Jueces 1:13). Es cierto que aquellas valientes y fieles mujeres del pasado, Rahab y Rut, no podían saber que Jehová Dios permitiría que la memoria de sus nombres cruzara los siglos por su lealtad hacia Dios y los hombres, apareciendo también en el linaje que conduciría a Cristo. Además, el nombre del libro bíblico de Rut aparece en las Escrituras canónicas de la Biblia. Es después su respectiva resurrección que sabrán cuanto Jehová habrá sido bueno para con la memoria de sus nombres, en virtud de su amor leal (Hechos 24:15).


El final feliz del relato del libro de Rut es un estímulo para aquellos que pasan por pruebas, como fue el caso de Noemí y Rut. Según escribió el discípulo Santiago, sobre el final feliz del fiel Job, puede aplicarse también a Noemí y Rut: "No exhalen suspiros unos contra otros, hermanos, para que no vayan a ser juzgados. ¡Miren! El Juez está de pie delante de las puertas. Hermanos, tomen por modelo de sufrir el mal y de ejercer paciencia a los profetas, que hablaron en el nombre de Jehová. ¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado. Ustedes han oído del aguante de Job y han visto el resultado que Jehová dio, que Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso" (Santiago 5:9-11).


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Rahab, una mujer valiente


Al entrar en la tierra prometida, Josué, el sucesor de Moisés, envió dos espías a la ciudad de Jericho. Mientras fueron vistos por los soldados de la ciudad, fueron a esconderse en case de Rahab. Esto es lo que está escrito en el libro bíblico de Josué capítulo 2:


“Entonces Josué hijo de Nun envió secretamente desde Sitim dos hombres como espías, diciendo: “Vayan, den un vistazo a la tierra y a Jericó”. De modo que ellos fueron y llegaron a la casa de una prostituta cuyo nombre era Rahab, y procedieron a alojarse allí. 2 Con el tiempo se le dijo al rey de Jericó: “¡Mira! Hombres de los hijos de Israel han entrado aquí esta noche para explorar el país”. 3 Ante eso, el rey de Jericó mandó decir a Rahab: “Saca a los hombres que vinieron a ti, que han entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el país”.

4 Entretanto, la mujer tomó a los dos hombres y los ocultó. Y procedió a decir: “Sí, es cierto que los hombres vinieron a mí, y yo no sabía de dónde eran. 5 Y aconteció que, al tiempo de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron. Simplemente no sé adónde se habrán ido los hombres. Corran tras ellos rápidamente, porque los alcanzarán”. 6 (Ella, sin embargo, los había llevado arriba al techo, y los mantuvo fuera de la vista entre tallos de lino puestos en filas para ella sobre el techo.) 7 Y los hombres corrieron tras ellos en dirección al Jordán, a los vados, y se cerró la puerta inmediatamente después que los que iban corriendo tras ellos hubieron salido.

8 En cuanto a estos, antes que pudieran acostarse, ella misma subió a donde ellos, en el techo. 9 Y pasó a decir a los hombres: “Yo de veras sé que Jehová ciertamente les dará el país, y que el terror a ustedes ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes del país han quedado desalentados a causa de ustedes. 10 Porque hemos oído cómo Jehová secó las aguas del mar Rojo de delante de ustedes cuando salieron de Egipto, y lo que ustedes hicieron a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a saber, Sehón y Og, a quienes dieron por entero a la destrucción. 11 Cuando llegamos a oírlo, entonces empezó a derretírsenos el corazón, y todavía no se ha levantado espíritu en persona alguna a causa de ustedes, porque Jehová su Dios es Dios en los cielos arriba y en la tierra abajo. 12 Y ahora, por favor, júrenme por Jehová que, porque yo he ejercido bondad amorosa para con ustedes, ustedes también ciertamente ejercerán bondad amorosa para con la casa de mi padre, y tienen que darme una señal fidedigna. 13 Y tienen que conservar vivos a mi padre y mi madre y mis hermanos y mis hermanas y a todos los que les pertenecen a ellos, y tienen que librar de la muerte nuestras almas”.

14 Por lo cual le dijeron los hombres: “¡Nuestras almas han de morir en lugar de ustedes! Si ustedes no informan acerca de este asunto nuestro, entonces tiene que suceder que cuando Jehová nos dé el país, entonces nosotros ciertamente ejerceremos bondad amorosa y confiabilidad para contigo”. 15 Después de eso, ella los hizo descender con una soga por la ventana, porque su casa estaba en un lado del muro, y era sobre el muro donde ella moraba. 16 Y procedió a decirles: “Vayan a la región montañosa, para que los que andan en perseguimiento no lleguen a dar con ustedes; y tienen que mantenerse escondidos allí tres días, hasta que los que andan en perseguimiento hayan vuelto, y después pueden ir por su propia dirección”.

17 A su vez, los hombres le dijeron: “Estamos libres de culpa respecto a este juramento que nos has hecho jurar. 18 ¡Mira! Vamos a entrar en el país. Este cordón de hilo escarlata lo debes atar en la ventana por la cual nos has hecho descender, y debes reunir contigo dentro de la casa a tu padre y tu madre y tus hermanos y a toda la casa de tu padre. 19 Y tiene que suceder que si alguien sale de las puertas de tu casa al descubierto, su sangre estará sobre su propia cabeza, y nosotros estaremos libres de culpa; y en cuanto a todo el que continúe contigo en la casa, su sangre estará sobre nuestra cabeza si sobre él viniera mano alguna. 20 Y si informaras acerca de este asunto nuestro, entonces nosotros habremos quedado libres de culpa respecto a este juramento tuyo que nos has hecho jurar”. 21 A lo cual ella dijo: “Conforme a sus palabras, así sea”.

Con eso los despachó, y ellos se fueron por su camino. Después ella ató el cordón escarlata en la ventana. 22 De modo que ellos fueron y llegaron a la región montañosa y siguieron morando allí tres días, hasta que los perseguidores hubieron vuelto. Ahora bien, los perseguidores fueron buscándolos en todo camino, y no los hallaron. 23 Y los dos hombres procedieron a descender de nuevo de la región montañosa y a cruzar y llegar a Josué hijo de Nun, y empezaron a contarle todas las cosas que les habían sucedido. 24 Y pasaron a decir a Josué: “Jehová ha dado toda la tierra en nuestra mano. Por consiguiente, todos los habitantes de la tierra también se han desalentado a causa de nosotros””.


En Josué capítulo 6:22-25, está escrito que Rahab y su familia fueron salvados por haber sido valiente al esconder los dos espías: “Y a los dos hombres que habían servido de espías en el país, Josué dijo: “Entren en la casa de la mujer, la prostituta, y saquen de allí a la mujer y a todos los que le pertenezcan, tal como se lo han jurado”. De modo que los jóvenes que habían hecho la obra de espiar entraron y sacaron a Rahab y a su padre y su madre y sus hermanos y a todos los que le pertenecían, sí, a toda su parentela la sacaron; y procedieron a ponerlos fuera del campamento de Israel. Y quemaron la ciudad con fuego, y todo lo que en ella había. Solo la plata y el oro y los objetos de cobre y hierro los dieron al tesoro de la casa de Jehová. Y a Rahab la prostituta y a la casa de su padre y a todos los que le pertenecían los conservó vivos Josué; y ella mora en medio de Israel hasta el día de hoy, porque escondió a los mensajeros que Josué envió para espiar a Jericó”.


El apóstol Pablo citó el ejemplo de fe de Rahab, en la carta a los Hebreos, capítulo 11: "Por fe los muros de Jericó cayeron después de haber sido rodeados por siete días. Por fe Rahab la ramera no pereció con los que obraron desobedientemente, porque recibió a los espías de manera pacífica" (Hebreos 11:30,31). Más tarde, Rahab, será la madre de Boaz, quien se casará con Rute (un libro bíblico lleva su nombre, el libro de Rute; Mateo 1:5).


El discípulo Santiago citó el ejemplo de Rahab para ilustrar la idea de que la fe debe tener obras para que seamos declarados justos por Dios: "Ustedes ven que el hombre ha de ser declarado justo por obras, y no por fe solamente. De la misma manera, también, Rahab la ramera, ¿no fue declarada justa por obras, después que hubo recibido hospitalariamente a los mensajeros y los hubo enviado por otro camino? En verdad, como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Santiago 2:24-26).


¿Quién es Satanás el diablo?

Jesucristo describió al diablo de manera muy concisa: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira" (Juan 8:44). Satanás el diablo no es la abstracción de lo malo, sino una persona espiritual real (Vea el relato en Mateo 4:1-11). Asimismo, los demonios también son ángeles que se han convertido en rebeldes que han seguido el ejemplo del diablo (Génesis 6:1-3, comparar con la carta de Judas versículo 6: "Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día").

Cuando está escrito "no permaneció firme en la verdad", muestra que Dios creó a este ángel sin pecado y sin ningún rastro de maldad en su corazón. Este ángel, al comienzo de su vida, tenía un "buen nombre" (Eclesiastés 7:1a). Sin embargo, "no permaneció" en su integridad, cultivó el orgullo en su corazón y con el tiempo se convirtió en "diablo", que significa calumniador, y Satanás, enemigo; su antiguo y hermoso nombre, su buena reputación, ha sido reemplazado por un nombre de oprobio eterno. En la profecía de Ezequiel (capítulo 28), contra el orgulloso rey de Tiro, se alude claramente al orgullo del ángel que se convirtió en "diablo" y "Satanás": ​​"“Hijo del hombre, levanta una endecha acerca del rey de Tiro, y tienes que decirle: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ’“Sellas un modelo, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. En Edén, el jardín de Dios, resultaste estar. Toda piedra preciosa fue tu cobertura: rubí, topacio y jaspe; crisólito, ónice y jade; zafiro, turquesa y esmeralda; y de oro era la hechura de tus engastes y tus encajaduras en ti. El día en que fuiste creado fueron alistadas. Tú eres el querubín ungido que cubre, y yo te he colocado a ti. En la montaña santa de Dios resultaste estar. En medio de piedras de fuego te paseabas. Estuviste exento de falta en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló injusticia en ti" (Ezequiel 28:12-15). Mediante su acto de injusticia en el Edén, se convirtió en un "mentiroso" que causó la muerte de toda la descendencia de Adán (Génesis 3; Romanos 5:12). Actualmente, es Satanás el diablo quien gobierna el mundo: "Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera" (Juan 12:31; Efesios 2:2; 1 Juan 5:19).

Satanás el diablo será destruido para siempre: "Por su parte, el Dios que da paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve" (Génesis 3:15; Romanos 16:20).

La expulsión de Satanás el diablo y los demonios de los cielos

Por sorprendente que parezca, el libro de Apocalipsis capítulo 12, confirma por dos veces, con dos relatos proféticos paralelos, que Satanás y sus demonios fueron expulsados de los Cielos antes de la entronización del Cristo Rey en los Cielos: Apocalipsis 12:1-6 y 12:7-14.

"Y se vio en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol, y la luna estaba debajo de sus pies, y sobre su cabeza había una corona de doce estrellas, y ella estaba encinta. Y clama en sus dolores y en su agonía por dar a luz. Y se vio otra señal en el cielo, y, ¡miren!, un dragón grande de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas; y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó abajo a la tierra. Y el dragón se quedó de pie delante de la mujer que estaba a punto de dar a luz, para, cuando diera a luz, devorar a su hijo. Y ella dio a luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que la alimentaran allí mil doscientos sesenta días." (Apocalipsis 12:1-6).

Se describe a “la Mujer de Dios” simbólica, como a punto de dar a luz a un "niño", que simboliza el Reino de Dios junto con el Rey Jesucristo Entronizado. Sin embargo, el versículo 4 muestra que Satanás, el dragón estaba parado delante de la  “mujer”,  listo para devorar al “niño” que la “mujer” estaba a punto de “dar a luz”. Así, la simple lógica es pensar que el 'dragón', así como los demonios, tenían que ser expulsados de los Cielos, antes de la entronización,  justamente para que no estorbaran a la “mujer” y para que no lastimaran al “niño”. Además, en Apocalipsis 12:2 se está escrito: “Y clama en sus dolores y en su agonía por dar a luz” (Revelación 12:2). Aquellos momentos de agonía y de sufrimiento de la “mujer”, antes del nacimiento del "niño”, bien podría referirse al momento desagradable de la guerra en los cielos para deshacerse de la presencia impura en los cielos, de Satanás y los demonios…

Es interesante notar que Jesús Cristo había comparado los acontecimientos de su muerte en el madero de tormento, a los "dolores de parto" de una mujer,  que después son olvidados por la alegría del nacimiento del niño, en este caso la resurrección de Cristo: "La mujer, cuando está dando a luz, siente desconsuelo, porque ha llegado su hora; mas cuando ha dado a luz al niñito, ya no se acuerda de la tribulación, por el gozo de que un hombre haya nacido en el mundo. Ustedes también, pues, ahora sienten, en realidad, desconsuelo; pero los veré otra vez, y se regocijará su corazón, y su gozo nadie se lo quitará"(John 16:21,22).

De modo que las expresiones como “sus dolores” y “agonía”, sugiere que en este momento la mujer “sufrió”. Los  “clamores de dolor y de agonía” de la “mujer”, antes del nacimiento del “niño”,  sugieren la idea importante del que hubo guerra en los Cielos antes de la venida del "bebé", el Reino de Dios.  Hubo ni  más ni menos una lucha celestial para purificar los cielos de la presencia inmunda de Satanás y los demonios. Aquella purificación tuvo que empezar y terminar, antes de la entronización del Cristo Rey, siendo al mismo tiempo, una celebración victoriosa de la lucha celestial, en 1914.

"Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron, pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él. Y oí una voz fuerte en el cielo decir: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios! Y ellos lo vencieron debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas ni siquiera al arrostrar la muerte. A causa de esto, ¡alégrense, cielos, y los que residen en ellos! ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo”. Ahora bien, cuando el dragón vio que había sido arrojado abajo a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Pero las dos alas de la gran águila le fueron dadas a la mujer, para que volara al desierto a su lugar; allí es donde es alimentada por un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la cara de la serpiente" (Aposcalipsis 12:7-14).

La guerra que expulsó a Satanás y los demonios de los cielos tuvo lugar antes de la entronización del Rey Jesucristo. Esto está confirmado con el relato relacionado con el mismo acontecimiento mencionado en Revelación 12:1-6 y repetido de otra manera en Revelación 12:7-14 (Comparar con la repetición del mismo acontecimiento de Apocalipsis 12:6 y 14). En este texto, los versículos 7 al 9 describen la guerra celestial que expulsó a  Satanás y los demonios de los Cielos, a la Tierra. Los versículos 10-12, y  la victoria del Rey Jesucristo, personificado en Miguel el Arcángel celebrada con el establecimiento oficial del Reino de Dios en los cielos. Así en 1914, se llevó a cabo la purificación de los Cielos de la inmunda presencia de Satanás y los demonios, después lo cual tuvo lugar el establecimiento oficial del Reino de Dios en los Cielos.

Casus Belli mundial contra la integridad del cuerpo humano en la guerra mundial NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química)

(Ezequiel 34)

"Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza, y tienes que decirles a ellos, a los pastores: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es el rebaño lo que deben apacentar los pastores? La grasa es lo que ustedes comen, y con la lana se visten a sí mismos. El animal gordo es lo que degüellan. El rebaño mismo no apacientan. A las enfermas no han fortalecido, y a la doliente no han sanado, y a la quebrada no han vendado, y a la dispersada no han traído de vuelta, y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiranía. Y gradualmente fueron esparcidas por no haber pastor, de modo que llegaron a ser alimento para toda bestia salvaje del campo, y continuaron siendo esparcidas. Mis ovejas siguieron descarriándose en todas las montañas y en toda colina alta; y por toda la superficie de la tierra mis ovejas fueron esparcidas, sin que hubiera quien hiciera una búsqueda y sin que hubiera quien procurara hallarlas” (Ezequiel 34:2-6).

El mundo vive actualmente, desde noviembre de 2019, de hecho, en un Casus Belli, una guerra mundial del tipo NRBQ (nuclear, radiológica, biológica y química), contra la integridad del cuerpo humano de los pueblos (las ovejas perdidas y esparcidas). El cuerpo humano fue creado por Dios y nos lo dio como herencia divina, para cuidarlo, como un templo en el que vivimos y que debe ser habitado por el espíritu de Dios. "¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes?" (1 Corintios 3). El cuerpo humano y la vida que lo anima no pertenecen a ningún estado, ni siquiera a ninguna entidad religiosa terrestre.

Aquel Casus Belli mundial contra la integridad del cuerpo humano, que Dios nos ha confiado, no se hace con tanques, bombas y cañones. Se organiza en el contexto del tráfico internacional de virus militar suelto de un laboratorio de tipo P4 (que fabrica oficialmente virus militares en el contexto de guerras de tipo NRBQ), junto con una propaganda hábilmente organizada (ingeniería social), con el objetivo de aterrorizar a la población o el pueblo en su conjunto. El principio básico de aquellos laboratorios militares de muerte es recolectar virus que normalmente se encuentran en la naturaleza, en el reino animal, y que son básicamente inofensivos para los humanos; generalmente no son transmisibles y, de ser así, generalmente no son fatales. Aquellos laboratorios demoníacos trabajan para hacer que aquellos virus sean transmisibles a los humanos a través de "secuenciación", un proceso extremadamente complejo que puede llevar varios meses. El objetivo diabólico es obtener una "ganancia de función", es decir, en este caso, hacer para que este (o estos) virus sea mortal para el hombre, al tiempo que aumenta, la letalidad de aquel virus militar manufacturado (las referencias o patentes de aquellos virus militares se encuentran en el NIH GenBank y en ciertos archivos de la OMS (al menos de una filial de uno de aquellos países). Dicho de paso, el NIH acaba de suprimir la información de los laboratorios de Wuhan sobre la secuenciación genética del virus militar, según la FOIA The Watchdog (30 de marzo de 2022)) (¿Qué está pasando en Shanghai?) (Crédito social al estilo chino, comienza en Italia (Bolonia)).

(Crédito Social al Estilo Chino y la Agenda 2030: aquella agenda fue adoptada por la ONU en septiembre de 2015 después de dos años de negociaciones entre gobiernos y la sociedad civil. La Agenda 2030 es parte de una ideología globalista, particularmente en los países de la zona OTAN y sus socios (Europa Occidental, Canadá, Australia y Nueva Zelanda...). Es en aquellas zonas del mundo donde se ha instalado la ideología fundamentalista y sectaria del “Covidismo”, que atenta contra la integridad corporal de los pueblos (La situación de Shanghái (China), es una muestra de ello, llevada al extremo y en muchos aspectos, puede darnos una visión futura de este tipo de dictadura a escala de varios estados unidos, incluso a nivel mundial). Las situaciones de “pandemia” global, o emergencia climática, son pretextos preparados para instaurar una dictadura, de manera progresiva y encubierta, sobre todos los pueblos. El establecimiento de “crédito social” "voluntario" en Italia (Bolonia y Roma (finales de marzo de 2022)), es sólo el comienzo de este proceso, que forma parte del futuro establecimiento, latente y perverso, de una “obligación”...).

Tras la difusión, evidentemente "fortuita" (no comprobable en un sentido, como en el otro), de este virus militar letal, sigue una campaña de prensa mundial, que certificará, que se trata de un accidente de la "filtración" tipo, como la de una central nuclear, cuando se sabe que un laboratorio P4, es uno de los lugares más seguros del mundo. Dirán, después de tal difusión, por ejemplo, que proviene del reino animal, lo que es una verdad a medias, porque a la vez es cierto y falso y, por lo tanto, es falso (cierto + falso = falso). Sigue una segunda etapa, fundamentalmente basada en la ingeniería social propagandista, basada en los medios de comunicación, con repetidos mensajes e informes morbosos, para asustar a la gente y sobre todo para insistir en que no existe ningún remedio médico, ni siquiera ninguna molécula para poder curar este virus militar. La única solución es esperar al químico inyectable mesiánico que salvará la vida de la humanidad.

Aquel Casus Belli va acompañado de una experimentación de terapia génica masiva, en cuerpos humanos sanos, no enfermos, a escala internacional, en todos los pueblos (las ovejas perdidas), de químicos inyectables, de manera más o menos coercitivas (en desprecio del Código de Núremberg - 1947 (Ver los 10 artículos al final de la página (La terapia génica mundial actual, todavía está oficialmente, en fase de experimentación, por lo tanto, encaja perfectamente en el marco legal del Código de Núremberg - 1947)). Los gobernantes de las naciones o grupos de naciones, que ordenan aquellas repetidas inyecciones de estos venenos, en cuerpos humanos sanos, tienen vínculos de interés financiero conocidos por todos, directos o indirectos.

Este Casus Belli de tipo NRBQ utiliza los medios corruptos por el dinero y coordinados entre sí como medio de propaganda a la Goebbel (portavoz del régimen nazi de Hitler). Es bien sabido que están a sueldo de muchos oligarcas multimillonarios corruptos, que también influyen en muchos gobiernos (los pastores que se pastorean a si mismos), para crear una “realidad” inventada, con mira a asustar a la gente (las ovejas esparcidas), desorientarlos psicológica y mentalmente, hacerlos adoptar conductas completamente irracionales, mediante sucesivas decisiones contradictorias y mentiras completamente asumidas. Mediante esta administración en forma de ingeniería social de acoso y tortura mental de larga duración, estos pastores malvados, obtienen el consentimiento por agotamiento nervioso y mental de las ovejas perdidas, con una coacción más o menos latente (Ver Ezequiel 34).

Muchos médicos, enfermeras, ordenanzas y amas de llaves, que trabajaban en la atención médica, han sido al frente para brindar asistencia a las personas afectadas por aquel virus militar. Muchos lo han pagado con sus vidas (¿Qué está pasando en Francia con respecto al personal de clínicas y hospitales, los bomberos y otras personas (conectadas a la comunidad médica), suspendidos y despedidos sin sueldo y sin subsidio por desempleo, por negarse a la inyección experimental? (Video solo en idioma francés)). Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo, no los olvidarán en el momento de la resurrección (Hechos 24:15; Hebreos 6:10). Los valientes hombres y mujeres que hasta ahora han denunciado este Casus belli, lo han pagado con la vida para algunos, con aislamiento y encarcelamiento para otros y son tratados como "complotistas", término acuñado por la CIA en 1965, después de la Comisión Warren (el informe oficial de las circunstancias que rodearon el asesinato de JFK).

Por cierto, las actuales comisiones senatoriales son, en realidad, auténticas obras de teatro morbosas. Observamos un juego de comedia diabólico entre aquellas comisiones de "investigaciones", que desempeñan el juego de encontrar fallas frente a las personas citadas e interrogadas, y después de todo, aquellas, al final, salen como entraron, es decir, libres para continuar su empresas sórdidas. Aquellas comisiones senatoriales pasan por alto el papel de los fiscales, los jueces y los tribunales, que deben encarcelar y juzgar a aquellos asesinos, aquellos hijos de Josef Mengele, que llevaron a cabo estas inyecciones genéticas experimentales de masas, que causaron la muerte de cientos de miles de hombres, mujeres y niños por todo el mundo y millones de consecuencias debilitantes para aquellos y aquellas que sobrevivieron. Aquellos mentirosos asesinos aplican la lógica del suicidio colectivo de pueblos, como Jim Jones y David Koresh, gurús que no querían morir a solas, sino que querían ser acompañados en su locura por sus cientos de seguidores que fueron "suicidados". Vivimos también, en una lógica de destrucción masiva global, económica, diplomática, que provoca guerras y destrucción de pueblos. Están en la misma lógica de precipitación asesina que aquellos dos líderes de secta.

Al estar muy cerca de la Gran Tribulación, se está cumpliendo ante nuestros ojos una profecía del Apocalipsis y del libro de Daniel: “Él también me dijo: 'También me dice: “No selles las palabras de la profecía de este rollo, porque el tiempo señalado está cerca. El que está haciendo injusticia, haga injusticia todavía; y el sucio sea ensuciado todavía; pero el justo haga justicia todavía, y el santo sea hecho santo todavía”" (Apocalipsis 22:10,11). "Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán” (Daniel 12:10). Hasta que el Rey Jesucristo borre a aquellos sinvergüenzas de la faz de la tierra durante la Gran Tribulación (Apocalipsis 19:11-21), los que practican la justicia en sus corazones oran diariamente esta oración al Padre Celestial, Jehová Dios: “Finalmente, hermanos, ocúpense en orar por nosotros, para que la palabra de Jehová siga moviéndose rápidamente y siendo glorificada, así como lo es de hecho entre ustedes; y para que seamos librados de hombres dañinos e inicuos, porque la fe no es posesión de todos. Pero el Señor es fiel, y él los hará firmes y los guardará del inicuo” (2 Tesalonicenses 3:1-3).

En esta diabólica situación mundial, que ataca la integridad corporal de hombres, mujeres, niños e incluso, también desafortunadamente, la de los infantes, ¿qué debe hacer el cristiano que quiere agradar a Jehová Dios y a su Hijo Jesucristo?

Jehová pide a todos que se ocupen de este templo humano: "Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio" (Romanos 12:1). El cuerpo humano fue diseñado desde el principio para un servicio sagrado a Dios, es decir, para cumplir con el propósito que original en el momento de la creación de Adán y Eva (Génesis 1:26 -28).

Tomar medicamentos es una decisión personal, sopesando los riesgos para su vida. Debe realizarse en un entorno médico para recibir tratamiento. Esta medicación no debe administrarse bajo coerción gubernamental o moral, por ejemplo, en el marco de una congregación. Si este fuera el caso, aquellas autoridades gubernamentales, a no ser espirituales, irían más allá del artículo 1 del Código de Núremberg que prohíbe los experimentos médicos bajo coacción (Recordatorio: la terapia génica global en curso, todavía está oficialmente, en la fase experimental., por lo tanto, está en el marco legal del Código de Núremberg): "Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción (...)" (Extracto del artículo 1 del Código de Núremberg - 1947).

En el marco actual, los cristianos deben ser alertas. Deberían abstenerse de hacerse inyectar productos químicos experimentales, especialmente por motivos ajenos a su salud y la de sus propios hijos. Hasta ahora, aquellos productos inyectables experimentales han matado a decenas de miles de personas en todo el mundo y han dejado a miles enfermas (para obtener más información, consulte VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System (www.vaers.hhs.gov))) (Solo en inglés). Aquellas inyecciones de tratamientos genéticos se hacen, en su mayor parte, por motivos que nada tienen que ver con la salud de los adultos y menos aún a la de los niños, sino que, bajo pretextos de privilegio no médicos, para poder ir al restaurante, bolos u otros lugares de placeres, justificados con argumentos completamente falaces y en forma de chantaje. Otros han sido obligados y amenazados o han perdido sus trabajos y su fuente de ingresos. El hecho de exigir que para ir a un lugar, que un objeto o un producto penetre en nuestro cuerpo, no es en modo alguno un acto médico, sino un acto de marcar, como se haría con los animales, antes de entrar en un el encierro ; es una marcada violación de la dimensión espiritual y sagrada de la integridad del cuerpo humano.

Los padres deben considerar seriamente este tema, para sus hijos y para ellos, en oración para enfrentar esta situación extraña y muy angustiosa. Los maestros de la Palabra de Dios deben pensar seriamente, con muchas oraciones, en esta cuestión porque esta situación no es baladí en términos de espiritualidad bíblica y más en general de ética (Romanos 14:12). Es bastante normal sentirse desorientado, perplejo y sorprendido ante este ataque extremadamente perverso de Satanás el diablo y sus demonios humanos. Oremos a Jehová Dios, pidamos su ayuda, Él es misericordioso. Si al principio creemos que no hemos tomado la mejor decisión, le puede pasar a cualquiera. Jehová Dios ve nuestras buenas intenciones. Seamos valientes, confiemos en Jehová Dios y en su amado Hijo Jesucristo, y ellos nos apoyarán (Proverbios 3:5,6). No tengamos miedo y seamos fuertes, apoyémonos unos a otros, ya sea con la familia, los amigos o en la congregación, amémonos unos a otros (Juan 13:34,35).

Código de Núremberg - 1947

1- Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción; debe tener suficiente conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten para hacer una decisión razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto de experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines del experimento, el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y riesgos que pueden ser esperados razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que pueden posiblemente originarse de su participación en el experimento. El deber y la responsabilidad para asegurarse de la calidad del consentimiento residen en cada individuo que inicie, dirija o esté implicado en el experimento. Es un deber y responsabilidad personales que no pueden ser delegados impunemente.

2 - El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad, no sea obtenible por otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.

3 - El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y de un conocimiento de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de tal forma que los resultados previos justificarán la realización del experimento.

4 - El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental innecesario y todo daño.

5 - No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori (" a priori" conocimiento que es independiente de la experiencia) para suponer que pueda ocurrir la muerte o un daño que lleve a una incapacitación, excepto, quizás, en aquellos experimentos en que los médicos experimentales sirven también como sujetos.

6 - El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la importancia humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.

7 - Se debe disponer de una correcta preparación y unas instalaciones adecuadas para proteger al sujeto de experimentación contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o muerte.

8 - El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas. Debe exigirse a través de todas las etapas del experimento el mayor grado de experiencia (pericia) y cuidado en aquellos que realizan o están implicados en dicho experimento.

9 - Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si ha alcanzado un estado físico o mental en que la continuación del experimento le parezca imposible.

10 - Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para terminarlo en cualquier fase, si tiene una razón para creer con toda probabilidad, en el ejercicio de la buena fe, que se requiere de él una destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una continuación del experimento traerá probablemente como resultado daño, discapacidad o muerte del sujeto de experimentación.