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El hombre espiritual y el hombre físico 


(La meditación en el libro bíblico de Eclesiastés está a continuación, después de este artículo)

“Pero el hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no [las] puede llegar a conocer, porque se examinan espiritualmente. Sin embargo, el hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, pero él mismo no es examinado por ningún hombre. Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, para que le instruya?”. Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo”

(1 Corintios 2:14-16) 

"Sin embargo, el hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, pero él mismo no es examinado por ningún hombre"

Según la Biblia, el hombre es espiritual porque fue creado a la imagen de Dios, como los ángeles en los cielos (la palabra "hombre" en la mayoría de los casos se aplica tanto al hombre como a la mujer). En el libro de Apocalipsis, Jesucristo glorificado comunica un mensaje a cada uno de los siete ángeles, siendo responsable de una de las siete congregaciones. Aquellos ángeles son obviamente hombres o mensajeros, porque a veces Jesucristo les reprocha faltas, hasta muy serias, por lo tanto, no atribuibles a ángeles celestiales (Apocalipsis 2 y 3). En Malaquías 2:7, los sacerdotes o maestros de la nación de Israel, tenían la condición de ángeles o mensajeros: "Porque los labios de un sacerdote son los que deben guardar el conocimiento, y la ley es lo que la gente debe buscar de su boca; porque es el mensajero de Jehová de los ejércitos". La palabra "mensajero" se refiere a la palabra "ángel".

En Hebreos 2:5-9, el apóstol Pablo escribe que Dios creó al hombre un poco inferior a los ángeles: "Porque no es a ángeles a quienes él ha sujetado la tierra habitada por venir, acerca de la cual hablamos. Pero cierto testigo ha dado prueba en algún lugar, diciendo: “¿Qué es el hombre para que lo tengas presente, o el hijo del hombre para que cuides de él? Lo hiciste un poco inferior a los ángeles; con gloria y honra lo coronaste, y lo nombraste sobre las obras de tus manos. Todas las cosas las sujetaste debajo de sus pies”. Porque al sujetar todas las cosas a él, no dejó Dios nada que no esté sujeto a él. Ahora, sin embargo, no vemos todavía todas las cosas sujetas a él; pero contemplamos a Jesús, que había sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo hombre".

Por tanto, dados aquellos textos bíblicos, el hombre tiene un origen fundamentalmente espiritual, y no es un "animal social". El hombre puede entablar relaciones estrechas con su Creador, tiene la capacidad de manifestar fe en realidades invisibles: "Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen. Porque por medio de esta recibieron testimonio los hombres de tiempos antiguos. Por fe percibimos que los sistemas de cosas fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen" (Hebreos 11:1-3).

Tiene capacidades para entender conceptos abstractos, como el tiempo: "Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta el fin" (Eclesiastés 3:11). Esta facultad intelectual le permite mirar hacia atrás en el pasado, vivir en el presente y proyectarse hacia el futuro. Esta capacidad mental otorgada por Dios, que va de la deducción a la inducción, le ha permitido descubrir leyes matemáticas que son la base de la química, la biología, la física, la astronomía y muchas otras aplicaciones y técnicas científicas... Tiene la capacidad de apreciar la belleza de la creación, y es capaz de reproducir esta belleza de forma artística, con el prisma de su propia sensibilidad...

Aquellas habilidades, tanto espirituales como intelectuales, hacen del hombre un ser aparte, que no forma parte del reino animal, sino que fue establecido por el Creador, como administrador. Según Génesis 1:26-28, repetido con lo que escribió el apóstol Pablo en Hebreos 2:5-9, Dios creó originalmente al hombre para ponerlo sobre las obras de sus manos. Estos diferentes elementos de información bíblica demuestran que, según Dios, el hombre, aunque hecho de carne, tiene la condición de criatura espiritual capaz de percibir lo invisible o entender las realidades invisibles (Romanos 1:20; Hebreos 3:4; 11:1-3).


En el simbolismo bíblico general, el rostro humano representa la principal cualidad de Dios: el amor (que simboliza la expresión de la soberanía de Dios a través del amor) (Génesis 1:26-28; Ezequiel 1:5; Apocalipsis 4:7; 1 Juan 4:8, dieciséis). Esto es lo que hace que a diferencia del rostro del león (que simboliza la soberanía de Dios por la realeza), del toro (que simboliza la soberanía de Dios por la potencia (la guerra si es necesario)) y el águila (que simboliza la soberanía de Dios por la sabiduría y la perspicacia), el hombre es un ser aparte. Tiene una espiritualidad y puede tener una relación estrecha con Dios, basada en el amor y la confianza (fe). Esta fe es incluso requerida por Dios: "Además, sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente" (Hebreos 11:6).


Como lo escribió el apóstol Pablo, bajo inspiración, el hombre desprovisto de aquella espiritualidad, se convierte en hombre-animal, mientras que el que tiene una relación con Dios, es un hombre espiritual, desprovisto de toda animalidad: “Pero el hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede llegar a conocer, porque se examinan espiritualmente. Sin embargo, el hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, pero él mismo no es examinado por ningún hombre. Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, para que le instruya?”. Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo" (1 Corintios 2:14-16 "hombre físico" (griego: psukhikos; latín: animalis) = hombre animal sin espiritualidad lo contrario de un "hombre espiritual"). El rostro humano representa lo que Dios representa por su soberanía o su forma de gobernar toda su creación: el amor: “Dios es amor” (1 Juan 4:8).

La introducción del pecado en el mundo ha cambiado drásticamente la condición humana. Mediante el pecado, la muerte entró en el mundo: "Por eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado" (Romanos 5:12). Desde entonces, la muerte programada desde su concepción y más tarde su nacimiento, hace que la existencia del hombre sea tan fútil como la de un animal que acaba muriendo: "Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios [verdadero] va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias. Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo" (Eclesiastés 3:18-20).


El libro de Eclesiastés describe muy bien la inutilidad de la existencia humana bajo la ley del pecado, que inexorablemente conduce a la muerte: "¡La mayor de las vanidades! —ha dicho el congregador—, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es vanidad!" (Eclesiastés 1:2). Los efectos del pecado en el mundo ha complicado considerablemente la condición humana: "Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta" (Eclesiastés 1:15). De modo que la vida humana ha tomado giros completamente absurdos: “Todo lo he visto yo durante mis días vanos. Existe el justo que perece en su justicia, y existe el inicuo que continúa largo tiempo en su maldad. (…) Existe una vanidad que se lleva a cabo en la tierra: que existen justos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los inicuos, y existen inicuos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los justos. Dije que esto también es vanidad" (Eclesiastés 7:15; 8:14).


En la conclusión de este libro bíblico, que hace una observación realista de la condición humana bajo el yugo del pecado, está escrito que el única salida favorable es tener una vida espiritual basada en las buenas relaciones con su Creador: "La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre. Porque el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala” (Eclesiastés 12:13,14).

La ley del pecado, que genéticamente conduce a la muerte, también tiene otra consecuencia espiritual dañina que naturalmente lo lleva a obrar mal, como muy bien lo describe el apóstol Pablo: "Sin embargo, si lo que no deseo es lo que hago, convengo en que la Ley es excelente. Mas ahora el que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que reside en mí. Porque sé que en mí, es decir, en mi carne, nada bueno mora; porque la facultad de desear está presente conmigo, pero la facultad de obrar lo que es excelente no está presente. Porque lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico. Ahora, pues, si lo que no deseo es lo que hago, el que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que mora en mí. Hallo, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte? ¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con [mi] mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con [mi] carne a la ley del pecado" (Romanos 7:16-25).

Si un hombre nacido pecador, no lucha contra aquella ley que lo impulsa a obrar mal, se convertirá en un hombre "animal", físico o carnal, para usar la expresión en 1 Corintios 2:14. El origen espiritual del hombre y sus tendencias carnales heredadas de estado de pecador, están muy bien puestas en contraste en la carta de Santiago: "¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su conducta excelente sus obras con una apacibilidad que pertenece a la sabiduría. Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es la terrenal, animal, demoníaca. Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil. Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita. Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz" (Santiago 3:13-18).

Encontramos un contraste similar entre, a la vez, la dimensión espiritual y carnal del hombre, debido a su estado pecaminoso: "Ahora bien, las obras de la carne son manifiestas, y son: fornicación, inmundicia, conducta relajada, idolatría, práctica de espiritismo, enemistades, contiendas, celos, arrebatos de cólera, altercaciones, divisiones, sectas, envidias, borracheras, diversiones estrepitosas, y cosas semejantes a estas. En cuanto a estas cosas, les aviso de antemano, de la misma manera como ya les avisé, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Por otra parte, el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley. Además, los que pertenecen a Cristo Jesús han fijado en un madero la carne junto con sus pasiones y deseos. Si estamos viviendo por espíritu, sigamos andando ordenadamente también por espíritu. No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias unos con otros, envidiándonos unos a otros" (Gálatas 5:19-26).

Los textos bíblicos presentados, muestran claramente que el hombre es un ser excepcional, no hace parte del reino animal, pero es su administrador. En esencia, el hombre es un ser espiritual capaz de establecer una relación estrecha con Dios. La ley del pecado ha destruido aquel equilibrio físico, mental y espiritual de los seres humanos. Sin embargo, Dios restaurará la buena condición humana que existía originalmente: "Por consiguiente, estimo que los sufrimientos de la época presente no son de ninguna importancia en comparación con la gloria que va a ser revelada en nosotros. Porque la expectación anhelante de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios" (Romanos 8:18-21). 


¿Por qué Dios ha permitido el sufrimiento?


"¿Hasta cuándo, oh Jehová, tengo que gritar por ayuda, sin que tú oigas? ¿[Hasta cuándo] clamaré a ti por socorro contra la violencia, sin que tú salves? ¿Por qué me haces ver lo que es perjudicial, y sigues mirando simple penoso afán? ¿Y [por qué] hay expoliación y violencia enfrente de mí, y [por qué] ocurre la riña, y [por qué] se lleva la contienda? Por lo tanto, la ley se entumece, y la justicia nunca sale. Porque el inicuo cerca al justo, por esa razón la justicia sale torcida" (Habacuc 1:2-4)


"Y yo mismo regresé para poder ver todos los actos de opresión que se están haciendo bajo el sol, y, ¡mira!, las lágrimas de aquellos a quienes se oprimía, pero no tenían consolador; y de parte de sus opresores había poder, de modo que no tenían consolador. (…) Todo lo he visto yo durante mis días vanos. Existe el justo que perece en su justicia, y existe el inicuo que continúa largo tiempo en su maldad. (…) Todo esto he visto, y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, durante el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo. (…) Hay una vanidad que se hace en la tierra: que hay justos que les suceden las cosas como si fuera por obra de los malvados, y hay malvados que les pasan cosas como si fuera por obra de los justos. Dije que esto también es vanidad. (…) He visto a siervos a caballo, pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos” (Eclesiastés 4:1; 7:15; 8: 9,14; 10:4).


"Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza" (Romanos 8:20).


“Al estar bajo prueba, que nadie diga: “Dios me somete a prueba”. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie" (Santiago 1:13).


El verdadero culpable de esta situación es Satanás el diablo, al que en la Biblia se le llama acusador (Apocalipsis 12:9). Jesucristo, el Hijo de Dios, dijo que era un mentiroso y un homicida o asesino de la humanidad (Juan 8:44). Hay dos grandes acusaciones:


1 - Una acusación contra el derecho de Dios de gobernar sobre sus criaturas, tanto invisibles como visibles.


2 - Una acusación sobre la integridad de la creación, especialmente los seres humanos, hechos a imagen de Dios (Génesis 1:26).


Cuando se presenta una denuncia y se formulan acusaciones graves, se necesita mucho tiempo para que se hagan investigaciones, antes del juicio final. La profecía de Daniel capítulo 7, presenta la situación, en la que están involucradas la soberanía de Dios y la integridad del hombre, en un tribunal donde tiene lugar el juicio: “El Tribunal tomó asiento, y hubo libros que se abrieron. (…) Y el Tribunal mismo procedió a sentarse, y finalmente le quitaron su propia gobernación, para aniquilar[lo] y destruir[lo] totalmente” (Daniel 7:10,26). Como está escrito en este texto, se les quitarán al diablo y también al hombre, la soberanía de la tierra que siempre ha pertenecido a Dios. Esta imagen de la corte, se presenta también en el capítulo 43 de Isaías, donde está escrito que los que toman posición a favor de Dios, son sus "testigos": "Ustedes son mis testigos —es la expresión de Jehová—, aun mi siervo a quien he escogido, para que sepan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no fue formado Dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiera. Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador" (Isaías 43:10,11). Jesucristo también es llamado el "Testigo Fiel" (Apocalipsis 1:5).


En cuanto a estas dos acusaciones serias, Jehová Dios ha permitido que Satanás el diablo y la humanidad, durante más de 6.000 años, presentaran su "capacidad", de si pueden o no, gobernar o administrar la Tierra sin la soberanía de Dios. Estamos al final de esta experiencia donde la mentira del diablo sale a la luz, con la situación catastrófica en la que se encuentra la humanidad, al borde de la ruina total (Mateo 24:22). El juicio y la ejecución de la sentencia se llevarán a cabo en la gran tribulación (Mateo 24:21; 25:31-46) (La cuestión del permiso divino de la maldad, se estudia completamente en la página "¿Por qué?" de este sitio (yomeliah.com)).


¿Hay un destino, una fatalidad o tenemos la libre elección?


El "destino" o el fatalismo no es una enseñanza bíblica. No estamos "destinados" a hacer lo bueno o lo malo, pero según el "libre albedrío" elegimos hacer lo bueno o lo malo (Deuteronomio 30:15). Esta visión del destino o el fatalismo está estrechamente relacionada con la idea que muchas personas tienen sobre la omnisciencia de Dios y su capacidad para conocer el futuro. Veremos cómo Dios usa su omnisciencia o su habilidad para conocer los sucesos con anticipación. Veremos en la Biblia que Dios lo usa de manera selectiva y discrecional o con un propósito específico, a través de varios ejemplos bíblicos.


¿Sabía Dios que Adán iba a pecar? Según el contexto de Génesis 2 y 3, es obvio que no. ¿Cómo Dios hubiera podido dar un mandato que hubiera sabido de antemano que Adán iba a desobedecer? Esto habría sido contrario a su amor y Dios había hecho todo lo posible para que este mandamiento no fuera gravoso (1 Juan 4:8 ; 5:3). Veamos dos ejemplos bíblicos que demuestran que Dios usa su habilidad para conocer el futuro, de manera relativa o discrecional. Pero también, que siempre usa esta habilidad con un propósito específico.


El primer ejemplo es el de Abrahán. En Génesis 22:1-14 hay el relato muy doloroso de Abrahán y de la solicitud de Dios de sacrificar a su hijo Isaac. Al pedirle que sacrificara a su hijo, ¿sabía Dios, de antemano si Abrahán habría obedecido? Dependiendo del contexto inmediato del relato, no. En el último momento, Dios impidió que Abrahán hiciera tal acto. Está escrito: “Y pasó a decir: “Y pasó a decir: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único”” (Génesis 22:12). "Ahora sé de veras que eres temeroso de Dios", lo que demuestra bíblicamente, que Dios no sabía si Abrahán cumpliría con esta petición cabalmente.


El segundo ejemplo se refiere a la destrucción de Sodoma y Gomorra. Poco antes de la destrucción de estas dos ciudades, Jehová le dijo esto a Abrahán: “Entonces Jehová dijo: “Por consiguiente, Jehová dijo: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave. Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegadoamí, y, si no, podré llegar a saberlo”” (Génesis 18:20,21). El hecho de que Dios enviara dos ángeles para verificar una situación escandalosa, demostraba una vez más que en un principio, Dios no tenía todos los elementos para tomar una decisión, y en este caso, usó su capacidad de informarse por medio de dos ángeles.


Si leemos los varios libros bíblicos proféticos, entenderemos que en gran parte, Dios usa su habilidad para conocer el futuro con un propósito muy específico. Tomemos un ejemplo bíblico simple. Mientras Rebecca estaba embarazada de gemelos, el problema era cuál de los dos hijos sería el antepasado de la nación elegida. Dios tuvo que usar su capacidad de conocer el futuro para designar cuál de los dos niños por nacer sería digno de tal privilegio: "Rebeca, su esposa, quedó embarazada. Ahora los hijos en ella se golpeaban entre sí, de modo que ella dijo: “Rebeca su esposa quedó encinta.Y los hijos dentro [del vientre] de ella empezaron a pugnar el uno con el otro, de modo que ella dijo: “Si es de esta manera, ¿exactamente por qué estoy viva?”. Y se fue a inquirir de Jehová.Y Jehová procedió a decirle: “Dos naciones están en tu vientre, y dos grupos nacionales serán separados de tus entrañas; y un grupo nacional será más fuerte que el otro grupo nacional, y el mayor servirá al menor”” (Génesis 25:21-26).


El mayor era Esaú, antepasado de la nación de Edom, fue efectivamente suplantado en su primogenitura por su hermano menor Jacob, antepasado de la nación de Israel, al haber vendido su derecho de primogenitura por un simple plato de lentejas (Génesis 25:34). Esto demostraba que Esaú era un hombre con poca espiritualidad, y que Dios usó su conocimiento del futuro para elegir un hombre espiritual, Jacob, para que fuera el fundador de su nación especial de Israel (Hebreos 12:16,17). Esto no significa que Jehová Dios interfirió en la libre elección de Jacob y Esaú, de modo que uno se volviera espiritual y el otro carnal. Jehová Dios hizo una simple observación de la estructura genética de cada uno (incluso si no es la genética la que determina por completo el comportamiento futuro), y luego, hizo una proyección en el futuro para saber qué clase de hombres iban a ser en el futuro: "Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas y todavía no había una entre ellas" (Salmos 139:16). Usando su omnisciencia, Dios hizo su elección (Romanos 9:10-13).


Para enfatizar en el uso específico de la capacidad de Dios, de conocer el futuro, podemos tomar un último ejemplo. Tras la muerte del traidor Judas Iscariote, tuvo que ser reemplazado por otro apóstol. Ahora los apóstoles tenían que elegir entre dos hombres, José Barsabás Justo, y Matías. Los apóstoles oraron para que Dios eligiera al hombre. Esto es lo que está escrito acerca de esta petición: "Y oraron y dijeron: “Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos, designa cuál de estos dos hombres has escogido, para que tome el lugar de este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para ir a su propio lugar”. De modo que echaron suertes sobre ellos, y la suerte cayó sobre Matías; y él fue contado junto con los once apóstoles” (Hechos 1:24-26). “Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos”, muestra que en algunos casos Dios usa su omnisciencia para tomar la mejor decisión sobre la persona, sin interferir con su libre albedrío.


¿Qué es el pecado?


El pecado es la expresión genérica bíblica de aquello que no cumple las condiciones de la santidad de Dios, permitiendo la vida eterna. La expiación es el proceso de hacer "santo" o destruir mediante el derramamiento de sangre la creación pecaminosa. Por lo tanto, la expiación es borrar el defecto o el pecado, mediante la destrucción o desaparición de la creación que ya no satisface los criterios impersonales (sin sentimientos) de la santidad de Dios. La necesidad de la expiación está completamente desprovista de sentimiento, es un valor absoluto, es ineludible y está absolutamente ligada a la Santidad de Dios. Es importante no confundir las nociones de expiación y redención (o rescate), aunque a veces estas dos palabras se asocian.


Es muy importante entender que la santidad de Dios es lo que define la esencia misma de todas sus acciones, y que está desprovista de todo sentimiento, es completamente impersonal (con respecto a los sentimientos). Lo que significa que toda su creación debe ser santa y pura. Sin embargo, si por accidente, una parte de la creación ya no satisface aquellos criterios impersonales (sin sentimiento) de santidad divina, inevitablemente desaparecerá. La aparición accidental del pecado en la humanidad ha llevado a la destrucción total de toda la humanidad (a plazo), precisamente en virtud de la ley impersonal (sin sentimiento) de la Santidad de Dios: "Por eso, así como por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado" (Romanos 5:12). “Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23). La primera parte de este versículo, muestra que la necesidad de la santidad (ley impersonal desprovista de sentimiento), hace que el pecado lleve a la muerte, para hacerlo desaparecer. Considerando que, el hecho de que Dios es amor, hace arreglos para darnos vida eterna a través del rescate (Mateo 20:28).


La expresión del Amor de Dios se ve en las disposiciones específicas que Él ha hecho para la Redención de la humanidad perdida en un proceso de muerte irreversible, causada por el pecado (Juan 3,16). La humanidad que obtendrá la vida eterna en el futuro, pertenecerá a Dios, bajo el rescate por la resurrección. (La cuestión del pecado, del perdón por la expiación y el rescate mediante la resurrección, está ampliamente tratada en la página titulada "LAS COSAS BUENAS", de este sitio (yomeliah.com)).


Él es más que el símbolo de la maldad


Jesucristo describió al diablo de manera muy concisa: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira" (Juan 8:44). Satanás el diablo no es la abstracción de lo malo, sino una persona espiritual real (Vea el relato en Mateo 4:1-11). Asimismo, los demonios también son ángeles que se han convertido en rebeldes que han seguido el ejemplo del diablo (Génesis 6:1-3, comparar con la carta de Judas versículo 6: "Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día").


Cuando está escrito "no permaneció firme en la verdad", muestra que Dios creó a este ángel sin pecado y sin ningún rastro de maldad en su corazón. Este ángel, al comienzo de su vida, tenía un "buen nombre" (Eclesiastés 7:1a). Sin embargo, "no permaneció" en su integridad, cultivó el orgullo en su corazón y con el tiempo se convirtió en "diablo", que significa calumniador, y Satanás, enemigo; su antiguo y hermoso nombre, su buena reputación, ha sido reemplazado por un nombre de oprobio eterno. En la profecía de Ezequiel (capítulo 28), contra el orgulloso rey de Tiro, se alude claramente al orgullo del ángel que se convirtió en "diablo" y "Satanás": ​​"“Hijo del hombre, levanta una endecha acerca del rey de Tiro, y tienes que decirle: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ’“Sellas un modelo, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. En Edén, el jardín de Dios, resultaste estar. Toda piedra preciosa fue tu cobertura: rubí, topacio y jaspe; crisólito, ónice y jade; zafiro, turquesa y esmeralda; y de oro era la hechura de tus engastes y tus encajaduras en ti. El día en que fuiste creado fueron alistadas. Tú eres el querubín ungido que cubre, y yo te he colocado a ti. En la montaña santa de Dios resultaste estar. En medio de piedras de fuego te paseabas. Estuviste exento de falta en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló injusticia en ti" (Ezequiel 28:12-15). Mediante su acto de injusticia en el Edén, se convirtió en un "mentiroso" que causó la muerte de toda la descendencia de Adán (Génesis 3; Romanos 5:12). Actualmente, es Satanás el diablo quien gobierna el mundo: "Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera" (Juan 12:31; Efesios 2:2; 1 Juan 5:19). Satanás el diablo será destruido para siempre: "Por su parte, el Dios que da paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve" (Génesis 3:15; Romanos 16:20).


¿Existe un Creador?


La respuesta a esta pregunta se basa en la espiritualidad bíblica. Cuando se trate de examinar ciertos contraargumentos, estos se presentarán de manera sencilla y concisa, luego el lector que lo desee, podrá hacer su propia investigación para comprobar su veracidad o no.

La respuesta bíblica a esta pregunta se encuentra exactamente en el primer versículo de la Biblia: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). La existencia de un Creador es bastante lógica: "Por supuesto, toda casa es construida por alguien, pero el que ha construido todas las cosas es Dios" (Hebreos 3:4). Este razonamiento lógico y simple, respeta el espíritu científico, es decir, que la vida solamente proviene de otra vida y la energía de otra fuente de energía.


Creer en la existencia de un Creador es, de hecho, un acto de fe, porque nadie en esta tierra ha visto a Dios, el Creador (Juan 1:18a). Sin embargo, la fe se basa en un razonamiento, o la comprensión de realidades invisibles: "Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen" (Hebreos 11:3). En la definición que propone el apóstol Pablo, bajo inspiración, podemos notar la palabra "demostración", lo que claramente sugiere que la fe se basa en un razonamiento lógico.


Asimismo, la fe en la existencia de un Creador se basa en el razonamiento lógico. El razonamiento es tan lógico que el apóstol Pablo escribió que aquellos que lo negarían, serían inexcusables: "Porque las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables" (Romanos 1:20). Una simple observación meditativa de la creación, lleva a la persona que no está en esta negación, a una conclusión lógica: la creación, tiene la firma del ingenio, la belleza, la benevolencia, permitiendo la vida vegetal, animal y humana en la tierra. En el espacio, el planeta tierra, parece una joya de color azul, en nuestro sistema solar, hecho de planetas completamente deshabitados. El adelanto tecnológico en materia científica, permite percibir realidades que antes, eran invisibles, ya sea en lo infinitamente pequeño (átomos, protones, neutrones, electrones), como en lo infinitamente grande (nuestro sistema solar, nuestra galaxia, los millones de otras galaxias, agrupadas en cúmulos).


Sin embargo, alguien podría decir que el relato de la creación en Génesis, no parece del todo creíble desde un punto de vista científico. Por ejemplo, está escrito que Dios creó todo lo que observamos, en siete días, lo cual es una aberración científica. En primer lugar, debe decirse que, aunque la Biblia es científicamente precisa, el hecho es que no es un relato escrito para especialistas científicos. Como con todos los libros, para entender su significado, o lógica, uno debe examinar cuidadosamente el contexto. El relato de la creación de Génesis (en los capítulos 1 y 2), tiene tres partes principales:


1 – La creación del universo: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Según el conocimiento científico, actualmente disponible, el universo tendría aproximadamente, 13 mil millones de años. Así, Génesis 1:1, un versículo bíblico muy corto, resume el período más largo de la creación de los cielos (el universo) y el planeta Tierra.


2 – El arreglo del planeta Tierra, para poder albergar vida vegetal, animal y humana en siete “días” de creaciones (Génesis 1:2 a 2:3). Es bastante obvio que la palabra bíblica "día" no debe tomarse en el sentido de una duración de 24 horas. La palabra bíblica “día”, puede tener varios significados: la parte luminosa de un día (Génesis 1:5), una duración de 24 horas (Génesis 2:17), un tiempo contemporáneo a un personaje (Génesis 14:1), una duración de 1 año (Números 14:34; Ezequiel 4:6), una duración de mil años (2 Pedro 3:8) y en el caso del relato del arreglo de la tierra para hacer posible la vida, el "día" corresponde a millares de años.


La base bíblica para este entendimiento se encuentra en la carta de Pablo a los Hebreos capítulos 4. En Génesis 2:3 está escrito que después de los seis "días" de creación (arreglo de la Tierra), en el séptimo día, Dios entró en un descanso, es decir, que cesó de crear cosas nuevas. Unos cuatro mil años después del comienzo de este descanso, el apóstol Pablo, en Hebreos capítulo 4, nos aclara que todavía estaban, en aquel entonces, en el séptimo "día" del período del descanso de Dios (todavía lo estamos): "Porque en un lugar él ha dicho del séptimo día como sigue: “Y Dios descansó en el séptimo día de todas sus obras” (…) Hagamos, por lo tanto, lo sumo posible para entrar en ese descanso, por temor de que alguien caiga en el mismo modelo de desobediencia" (Hebreos 3:16 a 4:11). Este texto demuestra que los siete días, o períodos del arreglo de la tierra, son millares de años, cada uno.


3 – El relato detallado de la creación del hombre, Adán y su mujer, Eva (Génesis 2:4-25). En cuanto a la fecha de la creación del ser humano, existe una enorme diferencia entre la cronología bíblica y el mundo científico actual. De hecho, según la Biblia, el hombre solo existe desde hace más de 6000 años, mientras que los puntos de vista científicos están en escalas de varios millones de años.


El primer hecho probado es que el período "histórico" humano, hecho de documentos escritos, cae dentro del período de 6000 años. El período que va mucho más allá de este período se designa como prehistórico. Los que generalmente creen que el hombre existe desde hace millones de años son evolucionistas que creen que la vida vino, sin Dios, por mera casualidad, del caos, de la materia inerte, de una sopa orgánica, que, a lo largo de millones de años, habría dado toda vida al reino vegetal, animal y humano. En cuanto a los métodos de datación con la radiactividad (para el período prehistórico) y el radiocarbono (para el período histórico), no son fiables. Por ejemplo, haciendo una simple búsqueda en internet sobre la edad de la humanidad, no aparece una sola cifra, corroborada por otras fuentes diferentes, sino edades astronómicas distintas, que van desde lo simple, hasta el doble, el triple o incluso más, empezando por desde cientos de miles de años hasta varios millones de años. Estamos, incluso en esta área, en la creencia religiosa...


La observación es sencilla, el creyente en un Creador tiene fe, de forma razonada y lógica. El evolucionista incrédulo; tiene fe, de una manera que no es científica e irracional, pensando, por ejemplo, que una especie puede evolucionar a otra, mientras que el ADN lo impide y confundiendo la variación dentro de un gran grupo de especies, en una evolución de una especie a otra (que no es el caso científicamente). Y de hecho, esta fe evolucionista es completamente irracional. Por lo tanto, depende de cada individuo hacer su elección, ya sea qué tipo de fe tendrá, en un Creador o no...


¿Quien es Dios?


En la Biblia está escrito que tiene atributos como una persona: Tiene un nombre escrito en forma de Tetragrámaton (cuatro letras) YHWH, el cual se encuentra escrito más de 7000 veces en la Biblia. Este nombre se vocaliza en Español, Jehová: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre” (Isaías 42:8). Tiene muchas cualidades: "Dios es amor" (1 Juan 4:8). “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad” (Éxodo 34:6). Es Él quien creó todas las cosas: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas” (Apocalipsis 4:11) . Él tiene una presencia: "Pero ¿verdaderamente morará Dios sobre la tierra? ¡Mira! Los cielos, sí, el cielo de los cielos, ellos mismos no pueden contenerte; ¡cuánto menos, pues, esta casa que yo he edificado!" (1 Reyes 8:27). El mismo hecho de que, bajo inspiración, el rey Salomón diga que los cielos (el universo) no pueden contener su presencia, sugiere que las dimensiones de su presencia son inconmensurables y difíciles de imaginar para nosotros, simples humanos. El enfoque principal de esta respuesta condensada a esta amplia pregunta, es enfatizar la idea muy importante de que Dios es un espíritu, con características personales (no impersonales) (Juan 4:24). (La cuestión de quién es Dios está estudiada en la página titulada "Enseñanza Bíblica" y en cuanto a su Nombre (YHWH), en la página "Jehová, Nombre Revelado", de este sitio (yomeliah.com)).


¿Dios nos protege?


Antes de entender el pensamiento de Dios sobre el tema de nuestra protección personal, es importante considerar tres puntos importantes de la Biblia (1 Corintios 2:16):


1 - Jesucristo mostró que la vida presente que termina con la muerte, tiene un valor provisional para todos los humanos. Por ejemplo, comparó la muerte de Lázaro con el sueño, que por definición es temporal (Juan 11:11). Además, Jesucristo mostró que lo que importa es preservar nuestra perspectiva de vida eterna en lugar de tratar de "sobrevivir" a una prueba al comprometerse seriamente: "El que halle su alma la perderá, y el que pierda su alma por causa de mí la hallará" (Mateo 10:39). La palabra "alma", según el contexto, debe tomarse en el sentido de la vida (Génesis 35:16-19). El apóstol Pablo, bajo inspiración, mostró que la "vida verdadera" es la que se centra en la esperanza de la vida eterna en el paraíso: "Atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es” (1 Timoteo 6:19).


Cuando leemos el libro de los Hechos, entendemos que a veces Dios permitió que la prueba del cristiano terminara hasta su muerte, en el caso del apóstol Santiago y el discípulo Esteban (Hechos 7: 54-60; 12: 2). En otros casos, Dios decidió proteger al discípulo. Por ejemplo, después de la muerte del apóstol Santiago, Dios decidió proteger al apóstol Pedro de una muerte idéntica (Hechos 12:6-11). En términos generales, en el contexto bíblico, la protección o no de un siervo de Dios a menudo está vinculada a su propósito. Por ejemplo, mientras estaba en medio de un naufragio, hubo una protección divina colectiva del apóstol Pablo junto con toda la gente en el barco: "Porque esta noche estuvo de pie cerca de mí un ángel del Dios a quien yo pertenezco y a quien rindo servicio sagrado, y dijo: ‘No temas, Pablo. Tienes que estar de pie ante César, y, ¡mira!, Dios te ha dado de gracia a todos los que navegan contigo'” (Hechos 27: 23,24). La protección divina colectiva era parte de un propósito divino superior, a saber, que Pablo debía dar testimonio a los reyes (Hechos 9:15,16).


2 - Esta cuestión de la protección divina debe plantearse en el contexto de los dos desafíos lanzados por Satanás y, en particular, en las observaciones que hizo sobre la integridad de Job: "¿No has puesto tú mismo un seto [protector] alrededor de él y alrededor de su casa y alrededor de todo lo que tiene en todo el derredor?" (Job 1:10). Para responder a la pregunta sobre la integridad de Job y de toda la humanidad, este desafío del diablo muestra que Dios tuvo que, de una manera relativa, quitarle la protección a Job, lo que bien podría aplicarse a toda la humanidad. Poco antes de morir, Jesucristo, citando el Salmo 22:1, mostró que Dios le había quitado toda protección, lo que resultó en su muerte en sacrificio (Juan 3:16): "Cerca de la hora nona Jesús clamó con voz fuerte, y dijo: “É‧li, É‧li, ¿lá‧ma sa‧baj‧thá‧ni?”, esto es: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46) ). Sin embargo, con respecto a la humanidad en su conjunto, el que Dios no la proteja de las consecuencias de sus actos, sigue siendo relativo, porque así como Dios prohibió al diablo que provocara la muerte de Job, es evidente que lo mismo es cierto para el conjunto de la humanidad (comparar con Mateo 24:22).


3 - Se ha examinado anteriormente que el sufrimiento puede ser el resultado de "momentos y sucesos imprevistos" que hacen que las personas terminen en el momento equivocado, en el lugar equivocado (Eclesiastés 9:11,12). Por lo tanto, en general, Dios no protege a los humanos de las consecuencias de la elección que originalmente tomó Adán. El hombre envejece, enferma y muere (Romanos 5:12). Puede ser víctima de accidentes o desastres naturales. El apóstol Pablo, inspirado, lo escribió bien: "Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza" (Romanos 8:20; el libro de Eclesiastés contiene una descripción muy detallada de la futilidad de la vida presente que inevitablemente lleva a la muerte: "¡La mayor de las vanidades! —ha dicho el congregador—, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es vanidad!" (Eclesiastés 1:2)).


Además, Dios no protege a los humanos de las consecuencias de sus malas decisiones: "No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que esté sembrando con miras a su carne, segará de su carne la corrupción; pero el que esté sembrando con miras al espíritu, segará del espíritu vida eterna" (Gálatas 6:7,8). Si Dios ha sometido a la humanidad a la futilidad durante un tiempo bastante largo, nos permite comprender que va junto con las consecuencias de nuestro estado pecaminoso. Sin embargo, esta situación para toda la humanidad será temporal: "La creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios" (Romanos 8:21). Es entonces cuando toda la humanidad, después de la resolución de la cuestión del diablo, volverá a beneficiar de la protección de Dios en el paraíso terrestre: "no te acaecerá ninguna calamidad, y ni siquiera una plaga se acercará a tu tienda. Porque él dará a sus propios ángeles un mandato acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos. Sobre sus manos te llevarán, para que no des con tu pie contra piedra alguna" (Salmos 91:10-12).


¿Significa esto que actualmente ya no estamos protegidos individualmente por Dios? La protección que Dios nos da es la de nuestro futuro eterno, en términos de la esperanza de la vida eterna, ya sea al sobrevivir a la gran tribulación o por la resurrección, mientras perseveramos hasta el fin (Mateo 24:13 ; Juan 5:28,29; Hechos 24:15; Apocalipsis 7:9-17). Además, Jesucristo en su descripción de la señal de los últimos días (Mateo 24, 25, Marcos 13 y Lucas 21), y en el libro de Apocalipsis (particularmente en los capítulos 6:1-8 y 12:12), muestran que la humanidad pasaría por grandes desgracias desde 1914, lo que sugiere que por un tiempo, Dios no la preservaría de aquellos ayes profetizados.


Sin embargo, Dios no nos ha dejado sin la posibilidad de protegernos individualmente mediante la aplicación de su guía misericordiosa contenida en la Biblia, su Palabra. De manera general, la aplicación de los principios bíblicos permite evitar los riesgos innecesarios que podrían acortar nuestra vida de manera absurda: "Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos” (Proverbios 3:1,2). Vimos arriba que el destino no existe. Por lo tanto, la aplicación de los principios bíblicos, la guía de Dios, será comparable al mirar atentamente a derecha e a izquierda antes de cruzar la calle, para preservar nuestra vida: "El sagaz que ha visto la calamidad se ha ocultado; los inexpertos que han pasado adelante han sufrido la pena" (Proverbios 27:12).


Además, el apóstol Pedro insistió sobre la importancia de la oración: "Pero el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones" (1 Pedro 4:7). La oración y la meditación pueden tener un efecto protector sobre nuestro equilibrio espiritual y mental: "No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:6,7; Génesis 24:63).


Algunos piensan que han sido objeto de una protección especial de Dios en algún momento de su vida. Nada en la Biblia impide considerar esta posibilidad excepcional por parte de Dios, todo lo contrario: "Pero él dijo: “Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti; y ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia”" (Éxodo 33:19). Esta experiencia permanece en el ámbito de la relación exclusiva entre Dios y aquella persona que habría sido protegida de modo especial, no nos corresponde a nosotros juzgar: "¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté en pie" (Romanos 14:4).

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Dios creó al hombre a su imagen
"Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza"
(Génesis 1:26)

El hombre y la mujer fueron creados a la imagen de Dios: "Y Dios dijo de nuevo", y Dios dijo de nuevo: "Y Dios pasó a decir: “Hagamos [al] hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra”. Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra" (Génesis 1:26-28). Fue a la imagen espiritual de Dios que fueron creados, es decir, con la habilidad divina de "crear" vidas (en su caso, la procreación), al tener hijos, pero también para administrar la tierra, la vida vegetal, la vida animal y la vida humana, todo con la ayuda de Dios. La acción del hombre y de la mujer sería a la imagen de Dios, imbuida de amor y sabiduría (1 Corintios 13:1).

De manera más precisa, ¿cómo entender que el hombre y la mujer (el Hombre espiritual) serían la imagen de Dios en el planeta Tierra? El Hombre espiritual tendría el papel de "dios", como si Jehová hubiera estado directamente en la tierra para hacer su voluntad. Volviendo a las principales orientaciones de Dios para la administración de la Tierra por parte del Hombre, hay dos principales:

- La creación de nuevos seres humanos por la procreación entre un hombre y su mujer, unidos en los lazos sagrados del matrimonio divino y así como la educación de aquella descendencia: "Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra".

-        La segunda gran orientación divina, para la misión de los humanos, con relación a la Tierra, sería la de “sojúzguenla”: "Tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra". Es la administración del reino de los animales salvajes y domésticos, con todo lo que esto incluye, a saber, la administración de los territorios y sus recursos, para los humanos y los animales salvajes y domésticos.

Aquellas dos grandes orientaciones administrativas de la Tierra podrían haber sido realizadas directamente por Dios. Sin embargo, Dios quiso y quiere que el Hombre Espiritual sea el representante de Dios o la imagen del dominio amoroso de Dios sobre el planeta Tierra. En consecuencia, el hombre y la mujer tendrían el papel de la imagen de Dios en la tierra para los niños por nacer que deberían honrar a su padre y a su madre que les habrán dado la vida y administrar el reino animal que estaría sujeto a ellos, como uno naturalmente se somete a Dios, la fuente de vida.

Para mostrar claramente que el hecho de que Dios delegue ciertas misiones a sus criaturas inteligentes, asignándoles la función de "dios", como representante a su imagen, tomemos el ejemplo de Moisés y Aarón que tuvieron que presentarse ante el faraón de Egipto. He aquí lo que está escrito: “Así que Jehová le dijo a Moisés: “Mira, te he hecho como Dios para el faraón, y tu propio hermano Aarón llegará a ser tu profeta.  Tú le repetirás a tu hermano Aarón todo lo que yo te mande, y él será quien hable con el faraón. Al final, el faraón dejará salir de esta tierra a los israelitas"” (Éxodo 7:1,2) Vemos en este texto que Jehová comisionó a Moisés para que fuera "Dios" y en relación a su misión.

Otro ejemplo con respecto a algunos humanos ejerciendo la función que normalmente corresponde a Dios, la de juzgar, he aquí lo que está escrito en el Salmo 82:6: "Yo he dicho: ‘Ustedes son dioses, todos ustedes son hijos del Altísimo". Además, Jesús habló de este texto en Juan 10:34, para mostrar que si está escrito en la Biblia (la Ley), el mismo hecho de que Jesús se designara a sí mismo como Hijo de Dios, de ninguna manera es una blasfemia (Juan 10:34-36).


Asimismo, el Hombre espiritual que administrará la Tierra, en el futuro paraíso terrestre, tendrá la función de "Dios", reflejando la imagen amorosa de su soberanía sobre los humanos, y sobre el reino animal y así como para la administración razonable de los recursos naturales de la tierra. Así, el hecho de que el Hombre sea a la imagen de Dios significa que en ciertos aspectos de sus misiones encomendadas por Dios, el Hombre tendrá el papel de "dios", sin usurpar, por supuesto, la persona misma de Dios: "Mantengan esta misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, no pensó en quitarle el lugar a Dios y hacerse igual a él” (Filipenses 2:5,6).


Meditación del libro bíblico de Eclesiastés


El libro bíblico de Eclesiastés es una meditación existencial del sentido de la vida y las preguntas, vinculadas a la muerte y la esperanza. El libro de Eclesiastés la pone en dos perspectivas importantes: la descripción de una vida completamente despojada de toda espiritualidad y la otra que toma en cuenta su dimensión espiritual y divina. El libro de Eclesiastés se analizará capítulo por capítulo con un breve resumen de su contenido, antes de que el lector lo lea. Después de lo cual habrá un examen sencillo de algunos puntos sobresalientes.


El libro empieza con lo que constituye su tema central, repetido varias veces: "¡La mayor de las vanidades! —ha dicho el congregador—, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es vanidad!" (Eclesiastés 1:2). El tema de lo absurdo de la condición humana se ilustra con varios ejemplos. La condición humana lo lleva inexorablemente a la muerte, de modo que sea lo que emprenda, al fin y al cabo, será inútil, no escapará de ella (Romanos 6:23).


Obviamente, este libro bíblico no hace solo una observación realista y abrumadora de la existencia humana, sino que también presenta la solución, a lo largo del libro de Eclesiastés y particularmente en las últimas palabras del capítulo 12: "La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre. Porque el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala" (Eclesiastés 12:13,14). Si el libro describe el aspecto muy oscuro de la existencia, el contrapunto es la solución de que debemos vincularnos a Dios, con lo divino, porque solo es de esta manera que podremos extraernos del ciclo absurdo de la existencia, al obtener la vida eterna. Solo Dios, el Padre Celestial, puede liberarnos de este callejón sin salida (Juan 3:16.36; 17:3).


Eclesiastés capítulo 1: Después de la presentación del tema principal, de la vida humana, vana y absurda, el capítulo uno, la compara con los diferentes ciclos de la naturaleza que no se pueden impedir: el reemplazo de una generación de humanos por otra, el amanecer y el atardecer, el movimiento del viento, la circulación del agua... la vida humana es similar a aquellos ciclos de los cuales no se puede escapar, del nacimiento, la vida, las enfermedades, la vejez y la muerte, una generación de humanos reemplazando la otra. El redactor del Libro de Eclesiastés, el Rey Salomón (presentándose como el congregador (Eclesia), él que reúne en un libro aquellas reflexiones), muestra que, con su prestigiosa experiencia de vida, hizo la implacable observación de la vanidad y lo absurdo de la existencia humana. Esta observación es aún más impactante, ya que su vida es el arquetipo de una vida humana exitosa en todos los aspectos:


Las palabras del congregador, el hijo de David el rey en Jerusalén. 2“¡La mayor de las vanidades! —ha dicho el congregador—, ¡la mayor de las vanidades! ¡Todo es vanidad!” 3¿Qué provecho tiene el hombre en todo su duro trabajo en que trabaja duro bajo el sol? 4Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido. 5Y el sol también ha salido fulguroso, y el sol se ha puesto, y viene jadeante a su lugar de donde va a salir fulguroso.
6El viento va hacia el sur, y da la vuelta en movimiento circular hacia el norte. Él va girando y girando de continuo en forma de círculo, y sin demoravuelve el viento a sus movimientos circulares.
7Todos los torrentes invernales salen al mar; no obstante, el mar mismo no está lleno. Al lugar para donde salen los torrentes invernales, allí regresan para poder salir. 8Todas las cosas son fatigosas; nadie puede hablar de ello. El ojo no se satisface de ver, ni se llena el oído de oír. 9Lo que ha llegado a ser, eso es lo que llegará a ser; y lo que se ha hecho, eso es lo que se hará; y por eso no hay nada nuevo bajo el sol. 10¿Existe cosa alguna de la cual se pueda decir: “Mira esto; es nuevo”? Ya ha tenido existencia por tiempo indefinido; lo que ha venido a la existencia es desde tiempo anterior a nosotros. 11No hay recuerdo de la gente de tiempos pasados; tampoco lo habrá de los que también llegarán a ser más tarde. Resultará que no habrá recuerdo ni siquiera de ellos entre los que han de llegar a ser más tarde aún.
12Yo, el congregador, estaba de rey sobre Israel en Jerusalén. 13Y puse mi corazón a buscar y explorar la sabiduría con relación a todo cuanto se hahecho bajo los cielos... la ocupación calamitosa que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse. 14Vi todas las obras que se habían hecho bajo el sol, y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento.
15Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta. 16Yo, yo mismo, hablé con mi corazón, y dije: “¡Mira! Yo mismo he aumentado mucho en sabiduría, más que cualquiera que, según sucedió, me antecedió en Jerusalén, y mi propio corazón vio muchísima sabiduría y conocimiento”. 17Y procedí a dar mi corazón a conocer la sabiduría y a conocer la locura, y he llegado a conocer la tontería, que esto también es un esforzarse tras viento. 18Porque en la abundancia de sabiduría hay abundancia de irritación, de modo que el que aumenta el conocimiento aumenta el dolor.


"Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta" (Eclesiastés 1:15). Este texto muestra que las soluciones profundas para cambiar la condición humana oscura, no están a su alcance, por ejemplo, no podrá resolver el problema simple y trágico del envejecimiento, la erradicación completa de las enfermedades y la muerte (Romanos 5:12; 6:23).


"Porque en la abundancia de sabiduría hay abundancia de irritación, de modo que el que aumenta el conocimiento aumenta el dolor" (Eclesiastés 1:18). El saber mucho conduce a una gran lucidez del entendimiento de la situación, que por su parte causa un gran sufrimiento emocional y mental... Este texto muestra que, si la gran instrucción es obviamente útil, muy a menudo, conduce a la concientización de una vida parecida a un callejón sin salida, lo que lo hace sufrir emocionalmente...


Eclesiastés capítulo 2: es un resumen de todos los éxitos en la vida del rey Salomón, para finalmente llegar a la misma conclusión del comienzo del libro de Eclesiastés: "Esto también es vanidad y un esforzarse tras viento" (Eclesiastés 2:26):


Dije yo, yo mismo, en mi corazón: “De veras ven ahora, déjame probarte con regocijo. También, ve lo bueno”. Y, ¡mira!, eso también era vanidad. 2Dije a la risa: “¡Demencia!”, y al regocijo: “Esto, ¿qué logra?”.
3Exploré con mi corazón mediante alegrar mi carne aun con vino, mientras conducía mi corazón con sabiduría, aun para echar mano de la tontería hasta que viera yo qué bien había para los hijos de la humanidad en lo que ellos hacían bajo los cielos por el número de los días de su vida. 4Me ocupé en mayores obras. Me edifiqué casas; me planté viñas. 5Me hice jardines y parques, y en ellos planté árboles frutales de toda suerte. 6Me hice estanques de agua, para regar con ellos el bosque, donde brotaban árboles. 7Adquirí siervos y siervas, y llegué a tener hijos de la casa. También llegué a tener ganado, vacadas y rebaños en gran cantidad, más que todos los que, según sucedió, me antecedieron en Jerusalén. 8Acumulé también para mí plata y oro, y propiedad propia de reyes y de los distritos jurisdiccionales. Me hice cantores y cantoras, y los deleites exquisitos de los hijos de la humanidad, una dama, sí, damas. 9Y llegué a ser mayor y aumenté más que cualquiera que, según sucedió, me antecedió en Jerusalén. Además, mi propia sabiduría permaneció mía.
10Y nada de lo que mis ojos pidieron mantuve alejado de ellos. No retuve mi corazón de ninguna clase de regocijo, pues mi corazón estaba gozoso a causa de todo mi duro trabajo, y esta vino a ser mi porción de todo mi duro trabajo. 11Y yo, yo mismo, me volví hacia todas las obras mías que mis manos habían hecho, y hacia el duro trabajo que yo había trabajado duro para lograr, y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento, y no había nada que sirviera de ventaja bajo el sol.
12Y yo, yo mismo, me volví para ver la sabiduría y la locura y la tontería; pues, ¿qué puede hacer el hombre terrestre que entre tras el rey? La cosa que la gente ya ha hecho. 13Y vi, yo mismo, que existe más ventaja para la sabiduría que para la tontería, tal como hay más ventaja para la luz que para la oscuridad.
14Respecto al sabio, tiene los ojos en la cabeza; pero el estúpido va andando en pura oscuridad. Y he llegado a saber, yo también, que hay un mismo suceso resultante que les sucede a todos ellos. 15Y yo mismo dije en mi corazón: “Un suceso resultante como el del estúpido me sucederá a mí, sí, a mí”. ¿Por qué, entonces, me había hecho yo sabio, yo en demasía en aquel tiempo? Y hablé en mi corazón: “Esto también es vanidad”. 16Pues no hay más recuerdo del sabio que del estúpido hasta tiempo indefinido. En los días que ya están entrando, todos ciertamente quedan olvidados; y ¿cómo morirá el sabio? Junto con el estúpido.
17Y odié la vida, porque el trabajo que se ha hecho bajo el sol era calamitoso desde mi punto de vista, porque todo era vanidad y un esforzarse tras viento. 18Y yo, yo mismo, odié todo mi duro trabajo en que estaba trabajando duro bajo el sol, que dejaría atrás para el hombre que llegaría a ser después de mí. 19¿Y quién hay que sepa si él resultará ser sabio o tonto? Sin embargo, él asumirá el control de todo mi duro trabajo en que trabajé duro y en el que mostré sabiduría bajo el sol. Esto también es vanidad. 20Y yo mismo me volví para hacer desesperar mi corazón por todo el duro trabajo en que yo había trabajado duro bajo el sol. 21Porque existe el hombre cuyo duro trabajo ha sido con sabiduría y con conocimiento y con pericia sobresaliente, pero a un hombre que no ha trabajado duro en tal cosa se dará la porción de aquel. Esto también es vanidad y una calamidad grande.
22Pues, ¿qué llega a tener un hombre por todo su duro trabajo y por el esfuerzo de su corazón con que trabaja duro bajo el sol? 23Porque todos sus días su ocupación significa dolores e irritación; también, durante la noche su corazón simplemente no se acuesta. Esto también es simple vanidad.
24En cuanto al hombre, no hay nada mejor [que] el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo. Esto también lo he visto, yo mismo, que esto proviene de la mano del Dios [verdadero]. 25Pues, ¿quién come y quién bebe mejor que yo?
26Porque al hombre que es bueno delante de él, él ha dado sabiduría y conocimiento y regocijo, pero al pecador ha dado la ocupación de recoger y reunir simplemente para dar al que es bueno delante del Dios [verdadero]. Esto también es vanidad y un esforzarse tras viento.


"Pues no hay más recuerdo del sabio que del estúpido hasta tiempo indefinido. En los días que ya están entrando, todos ciertamente quedan olvidados; y ¿cómo morirá el sabio? Junto con el estúpido" (Eclesiastés 2:16). La sabiduría de Salomón es muy famosa, la que se puede leer en los libros bíblicos de Proverbios y Eclesiastés. ¿Será que aquella reputación lo eximió de morir, junto con el estúpido y su necedad?... De modo que, en este aspecto, no hay superioridad del sabio sobre el estúpido...


"En cuanto al hombre, no hay nada mejor que el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo. Esto también lo he visto, yo mismo, que esto proviene de la mano del Dios verdadero. Pues, ¿quién come y quién bebe mejor que yo?" (Eclesiastés 2:24,25). Puede parecer que este texto anima a una vida basada simplemente en placeres, un estímulo para el hedonismo. Debemos considerar el contexto para entender que este no es el caso. Los versículos anteriores muestran que hay humanos que trabajan duro y que viven con una preocupación constante por su trabajo, sin la posibilidad de disfrutar de ello. Por lo tanto, en el caso de aquellos dos extremos, una vida siempre preocupada por el trabajo y una vida en la que uno aprovecha del fruto de su trabajo regocijándose por ello, esta última alternativa es preferible.


Eclesiastés capítulo 3: Es una reflexión sobre el tiempo y las ocupaciones humanas que lo dividen. Los versículos 1 a 9 muestran que el tiempo existe por las acciones que lo delimitan. El versículo 11 muestra que Dios le ha dado al hombre esta capacidad espiritual y mental para entender lo que es el tiempo y la eternidad. Este conocimiento aumenta aún más el sentimiento de la brevedad de su existencia. Los versículos 18 a 21 muestran que la muerte es lo opuesto a la vida, de modo que, si no hay superioridad de los sabios sobre los estúpidos (ver capítulo 2), lo mismo pasa en cuanto a la ausencia de superioridad del hombre sobre el animal, con respecto a la muerte de ambos:


Para todo hay un tiempo señalado, aun un tiempo para todo asunto bajo los cielos: 2tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de desarraigar lo que se haya plantado; 3tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de derribar y tiempo de edificar; 4tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de plañir y tiempo de dar saltos; 5tiempo de desechar piedras y tiempo de reunir piedras; tiempo de abrazar y tiempo de mantenerse alejado de los abrazos; 6tiempo de buscar y tiempo de dar por perdido; tiempo de guardar y tiempo de desechar; 7tiempo de rasgar y tiempo de unir cosiendo; tiempo de callar y tiempo de hablar; 8tiempo de amar y tiempo de odiar; tiempo para guerra y tiempo para paz. 9¿Qué ventaja hay para el hacedor en aquello en que está trabajando duro?
10He visto la ocupación que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse. 11Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra la obra que el Dios [verdadero] ha hecho desde el comienzo hasta el fin. 12He llegado a saber que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien durante la vida de uno; 13y también que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios.
14He llegado a saber que todo lo que el Dios [verdadero] hace, resultará ser hasta tiempo indefinido. A ello no hay nada que añadir y de ello no hay nada que sustraer; sino que el Dios [verdadero] mismo lo ha hecho, para que la gente tema a causa de él.
15Lo que sucede que ha sido, ya había sido; y lo que ha de llegar a ser, ya ha resultado ser; y el Dios [verdadero] mismo continúa buscando aquello tras lo cual se sigue.
16Y además he visto bajo el sol el lugar de la justicia donde había iniquidad, y el lugar de la rectitud donde estaba la iniquidad. 17Yo mismo he dicho en mi corazón: “El Dios [verdadero] juzgará tanto al justo como al inicuo, porque hay un tiempo para todo asunto y respecto a toda obra allá”.
18Yo, yo mismo, he dicho en mi corazón, tocante a los hijos de la humanidad, que el Dios [verdadero] va a seleccionarlos, para que vean que ellos mismos son bestias. 19Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo. 21¿Quién hay que conozca el espíritu de los hijos de la humanidad, si asciende hacia arriba; y el espíritu de la bestia, si desciende hacia abajo a la tierra? 22Y he visto que no hay nada mejor que el que el hombre se regocije en sus obras, pues esa es su porción; porque, ¿quién lo hará venir para que mire lo que va a ser después de él?


"Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos" (Eclesiastés 3:11): Dios le dio al hombre de comprender la noción abstracta del tiempo y la eternidad. Esta observación es un punto importante que muestra que, originalmente, el hombre fue creado para vivir por "tiempo indefinido", eternamente o para siempre (Génesis 2:7). ¿Cómo podría un Dios de amor haber creado humanos capaces de conceptualizar la eternidad, sin poder aprovecharla, haciéndolo vivir solo unos 70 a 80 años o hasta un poco más? (Vea la página ¿Por qué? https://yomeliah.com/436031438).


"Y además he visto bajo el sol el lugar de la justicia donde había iniquidad, y el lugar de la rectitud donde estaba la iniquidad. Yo mismo he dicho en mi corazón: “El Dios verdadero juzgará tanto al justo como al inicuo, porque hay un tiempo para todo asunto y respecto a toda obra allá”" (Eclesiastés 3:16,17). Incluso si la maldad está actualmente predominando, al final, Dios solicitará cuentas (Romanos 14:12).


Eclesiastés capítulo 4: hay la descripción sencilla de la condición desesperada de los oprimidos que sufren hasta el punto que, a veces, la condición de los muertos que ya no sufren, es preferible (lea el versículo 2):


Y yo mismo regresé para poder ver todos los actos de opresión que se están haciendo bajo el sol, y, ¡mira!, las lágrimas de aquellos a quienes se oprimía, pero no tenían consolador; y de parte de sus opresores había poder, de modo que no tenían consolador. 2Y felicité a los muertos que ya habían muerto, más bien que a los vivos que todavía vivían. 3De modo que mejor que ambos [es] el que todavía no ha llegado a ser, que no ha visto la obra calamitosa que se está haciendo bajo el sol.
4Y yo mismo he visto todo el duro trabajo y toda la pericia sobresaliente en el trabajo, que significa la rivalidad de uno para con otro; esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.
5El estúpido está cruzando las manos y está comiendo su propia carne.
6Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento.
7Yo mismo regresé para ver la vanidad bajo el sol: 8Existe uno solo, pero no el segundo; además, no tiene hijo ni hermano, pero no hay fin a todo su duro trabajo. También, sus ojos mismos no están satisfechos con riquezas: “¿Y para quién estoy trabajando duro y haciendo que mi alma carezca de cosas buenas?”. Esto también es vanidad, y es una ocupación calamitosa.
9Mejores son dos que uno, porque tienen buen galardón por su duro trabajo. 10Pues si uno de ellos cae, el otro puede levantar a su socio. Pero ¿cómo le irá al que está solo y cae cuando no hay otro que lo levante?
11Además, si dos se acuestan juntos, entonces ciertamente se calientan; pero ¿cómo puede mantenerse caliente uno solo? 12Y si alguien pudiera subyugar a uno solo, dos juntos podrían mantenerse firmes contra él. Y una cuerda triple no puede ser rota en dos pronto.
13Mejor es un niño necesitado, pero sabio, que un rey viejo, pero estúpido, que no ha llegado a saber lo suficiente como para que se le advierta ya más. 14Pues él ha salido de la mismísima casa de encierro para llegar a ser rey, aunque en la gobernación real de este había nacido como uno de escasos recursos. 15He visto a todos los vivientes que andan de acá para allá bajo el sol, [como sucede] con el niño, que es segundo, que se pone de pie en el lugar del otro. 16No hay fin de todo el pueblo, de todos aquellos delante de quienes sucedió que él estuvo; tampoco se regocijará por él la gente después, pues esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.


Los últimos versículos en el capítulo 4 (13-16) muestran lo que puede ser responsable del sufrimiento de los oprimidos... pueden ser gobernados por bandidos o delincuentes, que no tienen legitimidad para hacerlo, como alguien que ha salido de la cárcel: "Pues él ha salido de la mismísima casa de encierro para llegar a ser rey, aunque en la gobernación real de este había nacido como uno de escasos recursos" (Eclesiastés 4:14). Y no faltan los ejemplos en la historia mundial, que muestran que los pueblos a menudo han sido gobernados por verdaderos bandidos psicópatas que han masacrado cientos, miles, incluso millones de humanos, en campos de trabajo o campos de concentración. La mediocridad de aquellos individuos opresivos es comparable a la del humano que es el segundo y que usurpa el lugar del primero: "He visto a todos los vivientes que andan de acá para allá bajo el sol, como sucede con el niño, que es segundo, que se pone de pie en el lugar del otro" (Eclesiastés 4:15).


Eclesiastés capítulo 5: es una compilación de refranes proverbiales muy similares a la del libro bíblico de Proverbios. Sin embargo, lo que surge de manera importante es que cuando nos dirigimos a Dios, particularmente por oración, para hacer un voto, es necesario ejercer mucho cuidado con lo que le vamos a decir. Porque para Dios, cada palabra que sale de nuestra boca, cuenta. Por lo tanto, quien quiera hacer un voto ante Dios, con sus propias palabras, se atará a ellas como si fuera con un enlace imposible de deshacerse:


Guarda tus pies siempre que vayas a la casa del Dios verdadero; y que haya un acercarse para oír, más bien que para dar un sacrificio como hacen los estúpidos, porque ellos no se dan cuenta de que hacen lo que es malo.
2No te des prisa respecto a tu boca; y en cuanto a tu corazón, no se apresure a producir una palabra ante el Dios verdadero. Porque el Dios [verdadero] está en los cielos, pero tú estás en la tierra. Por eso deben resultar pocas tus palabras. 3Porque ciertamente viene un sueño a causa de la abundancia de ocupación, y la voz del estúpido a causade la abundancia de palabras. 4Siempre que hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo. 5Mejor es que no hagas voto que el que hagas voto y no pagues. 6No permitas que tu boca haga pecar a tu carne; tampoco digas delante del ángel que fue una equivocación. ¿Por qué debe indignarse el Dios [verdadero] a causa de tu voz y tener que destrozar la obra de tus manos? 7Porque debido a la abundancia [de ocupación] hay sueños, y hay vanidades y palabras en abundancia. Pero tú teme al Dios [verdadero] mismo.
8Si ves que se oprime a la persona de escasos recursos y que con violencia se quita el juicio y la justicia en un distrito jurisdiccional, no te asombres del asunto, pues uno que es más alto que el alto está vigilando, y hay quienes están muy por encima de ellos.
9También, el provecho de la tierra está entre todos ellos; al rey mismo se ha servido por un campo.
10Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos. Esto también es vanidad.
11Cuando las cosas buenas llegan a ser muchas, los que las comen ciertamente llegan a ser muchos. ¿Y qué ventaja hay para el magnífico dueño de ellas, fuera de mirar[las] con los ojos?
12Dulce es el sueño del que rinde servicio, sin importar que sea poco o mucho lo que coma; pero la abundancia que pertenece al rico no le permite dormir.
13Existe una grave calamidad que he visto bajo el sol: riquezas que se tienen guardadas para su magnífico dueño para calamidad de este. 14Y esas riquezas han perecido a causa de una ocupación calamitosa, y él ha llegado a ser padre de un hijo cuando no hay absolutamente nada en su mano.
15Tal como uno ha salido del vientre de su madre, desnudo volverá a irse, tal como vino; y absolutamente nada puede uno llevarse por su duro trabajo, que pueda llevarse con la mano.
16Y esto también es grave calamidad: exactamente como uno ha venido, así se irá; y ¿qué provecho hay para el que sigue trabajando duro para el viento? 17También, todos sus días él come en la oscuridad misma, con muchísima irritación, con enfermedad de su parte y [causa para] indignación.
18¡Mira! La mejor cosa que yo mismo he visto, la cual es bella, es que uno coma y beba y vea el bien por todo su duro trabajo con el cual trabaja duro bajo el sol por el número de los días de su vida que el Dios [verdadero] le ha dado, porque esa es su porción. 19También, a todo hombre a quien el Dios [verdadero] ha dado riquezas y posesiones materiales, también lo ha facultado para comer de ello y para llevarse su porción y para regocijarse con su duro trabajo. Este es el don de Dios. 20Pues no se acordará frecuentemente de los días de su vida, porque el Dios [verdadero lo] tiene absorto en el regocijo de su corazón.


Algunos puntos sobresalientes del capítulo, sin comentarlos sistemáticamente a todos, pero como tema de meditación personal:


"También, el provecho de la tierra está entre todos ellos; al rey mismo se ha servido por un campo" (Eclesiastés 5:9). Cualquiera que sea el sistema económico establecido por los hombres, siempre dependerán del poder alimentario de la tierra que nos nutre, la tierra agrícola y hasta los reyes no escapan de esta ley...


"Dulce es el sueño del que rinde servicio, sin importar que sea poco o mucho lo que coma; pero la abundancia que pertenece al rico no le permite dormir" (Eclesiastés 5:12)...


"Tal como uno ha salido del vientre de su madre, desnudo volverá a irse, tal como vino; y absolutamente nada puede uno llevarse por su duro trabajo, que pueda llevarse con la mano. Y esto también es grave calamidad: exactamente como uno ha venido, así se irá; y ¿qué provecho hay para el que sigue trabajando duro para el viento? También, todos sus días él come en la oscuridad misma, con muchísima irritación, con enfermedad de su parte y causa para indignación" (Eclesiastés 5:15-17)...


"Porque debido a la abundancia de ocupación hay sueños" (Eclesiastés 5:7). Según la Biblia, no se debe ver en la mayoría de los sueños que los humanos hacen antes de dormir, o poco antes de despertarse, como siendo premonitorios. Los sueños realizados naturalmente por los humanos son el resultado de la actividad cerebral que se realiza sin que uno lo sepa, mientras duerme, como un almacenamiento de recuerdos acumulados en su día de ocupaciones, a menudo surrealistas, hasta artísticos...


Eclesiastés capítulo 6: se trata del tema del disfrutar o del no disfrutar del fruto de su trabajo. Un hombre puede no ver el buen resultado de su trabajo, ya sea por el hecho de que Dios causó esta situación, o que aquel mismo hombre se puso en esta situación. De todos modos, en ambos casos, es una expresión de lo que es vano, hasta completamente absurdo:


Existe una calamidad que he visto bajo el sol, y es frecuente entre la humanidad: 2un hombre a quien el Dios verdadero da riquezas y posesiones materiales y gloria y que, para su alma, no necesita ninguna de las cosas por las que muestra anhelo, y sin embargo el Dios [verdadero] no lo habilita para comer de ello, aunque un simple extranjero puede comerlo. Esto es vanidad y es una enfermedad mala. 3Si un hombre llegara a ser padre cien veces, y viviera muchos años, de modo que los días de sus años llegaran a ser numerosos, pero su propia alma no está satisfecha con cosas buenas y ni siquiera el sepulcro ha llegado a ser suyo, tengo que decir que mejor le va a uno que nace prematuramente que a él. 4Pues en vano ha venido este, y en oscuridad se va, y con oscuridad quedará cubierto su propio nombre. 5Ni siquiera ha visto el sol mismo, ni lo ha conocido. Este tiene descanso más bien que aquel. 6Aun suponiendo que haya vivido mil años dos veces y sin embargo no haya visto lo que es bueno, ¿no es a un solo lugar adonde todos van?
7Todo el duro trabajo de la humanidad es para su boca, pero aun su propia alma no se llena. 8Pues, ¿qué ventaja le lleva el sabio al estúpido? ¿Qué tiene el afligido al saber andar enfrente de los vivientes? 9Mejor es el ver de los ojos que el andar de un lugar a otro del alma. Esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.
10Cualquier cosa que haya llegado a ser, su nombre ya ha sido pronunciado, y se ha llegado a saber lo que es el hombre; y él no puede defender su causa con uno que es más poderoso que él.
11Dado que existen muchas cosasque causan mucha vanidad, ¿qué ventaja tiene el hombre? 12Pues, ¿quién hay que sepa cuál es el bien que el hombre tiene en la vida por el número de los días de su vida vana, cuando él los pasa como una sombra? Pues, ¿quién puede decir al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol?


"Mejor es el ver de los ojos que el andar de un lugar a otro del alma. Esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento" (Eclesiastés 6:9). Una vida que tiene objetivos o un propósito específico, es mejor, que la que no tiene ningún objetivo, creando una forma de vagabundear existencial, una vida completamente hueca y vacía...


"Dado que existen muchas cosasque causan mucha vanidad, ¿qué ventaja tiene el hombre? Pues, ¿quién hay que sepa cuál es el bien que el hombre tiene en la vida por el número de los días de su vida vana, cuando él los pasa como una sombra? Pues, ¿quién puede decir al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol?" (Eclesiastés 6:11,12). Es una forma de repetición del tema central del libro de Eclesiastés, sobre la vanidad de la existencia del hombre condenado y sujeto, a pesar de sí mismo, a la ley mortal del pecado heredado de Adán (Eclesiastés 1:2; Romanos 5:12).

Eclesiastés capítulo 7: Este capítulo también tiene la misma estructura que el libro de Proverbios, con sus refranes proverbiales. Sin embargo, podemos sacar un tema proverbial dominante, a saber, el final de un acontecimiento, es mejor que su principio:


Mejor es un nombre que el buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace. 2Mejor es ir a la casa del duelo que ir a la casa del banquete, porque ese es el fin de toda la humanidad; y el que está vivo debe poner [esto] en su corazón. 3Mejor es la irritación que la risa, porque por el mal humor del rostro se mejora el corazón. 4El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los estúpidos está en la casa del regocijo.
5Mejor es oír la reprensión de alguien sabio que ser el hombre que oye la canción de los estúpidos. 6Pues como el sonido de los espinos debajo de la olla, así es la risa del estúpido; y esto también es vanidad. 7Porque la mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco; y una dádiva puede destruir el corazón.
8Mejor es el fin de un asunto, posteriormente, que su principio. Mejor es el que es paciente que el que es altivo de espíritu. 9No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido, porque el ofenderse es lo que descansa en el seno de los estúpidos.
10No digas: “¿Por qué ha sucedido que los días anteriores resultaron ser mejores que estos?”, porque no se debe a sabiduría el que hayas preguntado acerca de esto.
11Buena es la sabiduría junto con una herencia, y es ventajosa para los que ven el sol. 12Porque la sabiduría es para una protección [lo mismo que] el dinero es para una protección; pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría misma conserva vivos a sus dueños.
13Ve la obra del Dios [verdadero], pues ¿quién puede enderezar lo que él ha torcido? 14En un día bueno demuestra que estás en el bien, y en un día calamitoso ve que el Dios [verdadero] ha hecho aun esto exactamente como aquello, a fin de que la humanidad no descubra nada en absoluto después de ella.
15Todo lo he visto yo durante mis días vanos. Existe el justo que perece en su justicia, y existe el inicuo que continúa largo tiempo en su maldad.
16No te hagas justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación? 17No seas inicuo en demasía, ni llegues a ser tonto. ¿Por qué debes morir cuando no es tu tiempo? 18Mejor es que te asgas de lo uno, pero de lo otro tampoco retires la mano; porque el que teme a Dios saldrá con todos ellos.
19La sabiduría misma es más fuerte, para el sabio, que diez hombres en poder que haya en una ciudad. 20Pues no hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.
21Además, no des tu corazón a todas las palabras que hable la gente, para que no oigas a tu siervo invocar el mal contra ti. 22Porque tu propio corazón sabe bien, aun muchas veces, que tú, hasta tú, has invocado el mal contra otros.
23Todo esto lo he sometido a examen con sabiduría. Dije: “Ciertamente me haré sabio”. Pero estuvo lejos de mí. 24Lo que ha llegado a ser está muy lejos y es sumamente profundo. ¿Quién puede descubrirlo? 25Yo mismo me volví, aun mi corazón lo hizo, para saber y para explorar y para buscar la sabiduría y la razón de las cosas, y para saber acerca de la iniquidad de la estupidez y la tontedad de la locura; 26y descubría: Más amarga que la muerte [hallé] a la mujer que es ella misma redes para cazar, y cuyo corazón es redes barrederas, [y] cuyas manos son grilletes. Uno es bueno ante el Dios [verdadero] si escapa de ella, pero uno peca si es capturado por ella.
27“¡Ve! Esto he hallado —dijo el congregador—, una cosa [tomada] tras otra, para averiguar el resumen, 28el cual mi alma ha buscado de continuo, pero yo no he hallado. Un hombre entre mil he hallado, pero una mujer entre todas estas no he hallado. 29¡Ve! Esto solo he hallado, que el Dios [verdadero] hizo a la humanidad recta, pero ellos mismos han buscado muchos planes”.


"Mejor es un nombre que el buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace" (Eclesiastés 7:1-4). Es al final de una vida que un humano se ha hecho un nombre (o una fama) hermoso o malo, ante Dios y los hombres. Este texto muestra que, dado que la muerte, es naturalmente parte de la condición humana, es aconsejable de vez en cuando, pensar en ello, especialmente cuando se acompaña a parientes o amigos, en la expresión de su duelo, debido a la pérdida de un ser querido. El hecho de querer negar esta realidad al llevar una vida esencialmente orientada en los placeres, es completamente estúpido: "Mejor es la irritación que la risa, porque por el mal humor del rostro se mejora el corazón. El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los estúpidos está en la casa del regocijo" (Eclesiastés 7:3,4).


"Porque la mera opresión puede hacer que un sabio se porte como loco; y una dádiva puede destruir el corazón" (Eclesiastés 7:7). El sufrimiento físico y emocional extremo puede hacer que se pierda el equilibrio psicológico y mental, hasta espiritual de una persona que tiene la reputación de ser sabia (ver el ejemplo de Asaf en el Salmo 73).


"Todo lo he visto yo durante mis días vanos. Existe el justo que perece en su justicia, y existe el inicuo que continúa largo tiempo en su maldad" (Eclesiastés 7:15). Hay una oración proverbial similar en el capítulo 8: "Existe una vanidad que se lleva a cabo en la tierra: que existen justos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los inicuos, y existen inicuos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los justos. Dije que esto también es vanidad" (Eclesiastés 8:14). La condición humana absurda en la que vive, hace que exista situaciones surrealistas: justos que mueren prematuramente a causa de su justicia y los inicuos que logran vivir mucho tiempo gracias a su propia maldad. Entre aquellos justos, algunos sufrieron una muerte horrible en campos de trabajo forzado y campos de concentración, para no comprometerse con su conciencia. Por otro lado, entre los torturadores, muchos vivieron tranquilamente una vejez sosegada y murieron tranquilamente en su cama, sin haber sido castigados por sus crímenes. A veces, la visión de las cosas se invierte por completo, haciendo que el justo pase por ser malo y el inicuo por justo, por inversión acusatoria e inversión de valores (lea Isaías 5:20). Esta es otra expresión absurda de la condición humana (lea Habacuc 1:2-4).


"No te hagas justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación?" (Eclesiastés 7:16). Una rigidez del carácter, que incluso tiende a lo correcto, puede crear serios problemas relacionales. El mejor ejemplo es el de los fariseos de la época de Jesucristo, quienes tenían o una alta opinión de su persona, mientras despreciaban a aquellos que no eran como ellos (lea Lucas 18:9-14).


Eclesiastés Capítulo 8: "¿Quién hay como el sabio? ¿Y quién hay que conozca la interpretación de una cosa? La sabiduría misma del hombre hace brillar su rostro, y hasta la severidad de su rostro es cambiada a algo mejor" (Eclesiastés 8:1). La superioridad de la sabiduría se expresa de manera distinta en el Capítulo 8:


¿Quién hay como el sabio? ¿Y quién hay que conozca la interpretación de una cosa? La sabiduría misma del hombre hace brillar su rostro, y hasta la severidad de su rostro es cambiada a algo mejor.
2Yo digo: “Guarda la misma orden del rey, y eso por consideración al juramento de Dios. 3No te des prisa, para que salgas de delante de él. No te quedes plantado en una cosa mala. Pues todo aquello que él se deleita en hacer lo hace, 4porque la palabra del rey es el poder de control; y ¿quién puede decirle: ‘¿Qué haces?’?”.
5El que guarda el mandamiento no conocerá ninguna cosa calamitosa, y el corazón sabio conocerá tanto el tiempo como el juicio. 6Pues existe un tiempo y juicio aun para todo asunto, porque la calamidad de la humanidad es abundante sobre ella. 7Pues no hay quien sepa lo que llegará a ser, porque ¿quién puede informarle justamente cómo llegará a ser?
8No hay hombre que tenga poder sobre el espíritu para restringir el espíritu; tampoco hay poder de control en el día de la muerte; ni hay licencia alguna en la guerra. Y la iniquidad no proveerá escape a los que se entregan a ella.
9Todo esto he visto, y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, [durante] el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo. 10Pero, aunque esto es así, he visto a los inicuos ser enterrados, que entraban y que se iban del lugar santo mismo y eran olvidados en la ciudad donde habían actuado de aquella manera. Esto también es vanidad.
11Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos delos hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo. 12Aunque un pecador esté haciendo lo malo cien veces y continuando largo tiempo según le plazca, sin embargo también me doy cuenta de que les resultará bien a los que temen al Dios verdadero, porque le han tenido temor. 13Pero de ninguna manera le resultará bien al inicuo, ni prolongará sus días, que son como una sombra, porque no le tiene temor a Dios.
14Existe una vanidad que se lleva a cabo en la tierra: que existen justos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los inicuos, y existen inicuos a quienes les está sucediendo como si fuera por la obra de los justos. Dije que esto también es vanidad.
15Y yo mismo encomié el regocijo, porque la humanidad no tiene nada mejor bajo el sol que comer y beber y regocijarse, y que esto los acompañe en su duro trabajo durante los días de su vida, que el Dios verdadero les ha dado bajo el sol. 16De acuerdo con esto apliqué mi corazón a conocer la sabiduría y a ver la ocupación que se efectúa en la tierra, porque hay uno que no ve sueño con sus ojos, ni de día ni de noche.
17Y vi toda la obra del Dios verdadero, que la humanidad no puede averiguar la obra que se ha hecho bajo el sol; por mucho y duro que siga trabajando la humanidad en buscar, sin embargo no averiguan. Y aunque dijeran que son suficientemente sabios para saberlo, no podrían averiguarlo.


"Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo" (Eclesiastés 8:11). Los países cuya legislación es laxista con los delincuentes generan aún más delincuencia.


"Todo esto he visto, y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, durante el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo" (Eclesiastés 8:9). Los miles de páginas de los libros de historia están para testificarlo: sea cual sea la forma de gobierno humano, hace sufrir el pueblo (Lea Ezequiel 34)...


"Y vi toda la obra del Dios verdadero, que la humanidad no puede averiguar la obra que se ha hecho bajo el sol; por mucho y duro que siga trabajando la humanidad en buscar, sin embargo no averiguan. Y aunque dijeran que son suficientemente sabios para saberlo, no podrían averiguarlo" (Eclesiastés 8:17). Un gran conocimiento, crea una sensación opuesta, es decir, que finalmente, uno no conoce gran cosa, después de tantos estudios. Cuanto más uno busca o estudia un tema, más hay otras puertas de investigación que se abren. Lo que da al investigador, la sensación de que, en vez de encontrar, tiene que seguir buscando y de manera indefinida.


Eclesiastés Capítulo 9: el tema es el fin de la vida, pero también de la casualidad de los acontecimientos imprevistos que pueden cambiar del todo el curso de una existencia humana:


Pues puse todo esto en mi corazón, aun para escudriñar todo esto: que los justos y los sabios y sus obras están en la mano del Dios [verdadero]. Los hombres no se dan cuenta de todo el amor o el odio que hubo antes de ellos. 2Todos son lo mismo en lo que tienen todos. Un mismo suceso resultante hay para el justo y el inicuo, el bueno y el limpio y el inmundo, y el que sacrifica y el que no sacrifica. El bueno es lo mismo que el pecador; el que jura es lo mismo que cualquiera que ha temido un firme juramento. 3Esto es lo calamitoso en todo cuanto se ha hecho bajo el sol, que, porque hay un mismo suceso resultante para todos, el corazón de los hijos de los hombres también está lleno de lo malo; y hay locura en su corazón durante su vida, y después de eso... ¡a los muertos!
4Pues, respecto a cualquiera que está unido a todos los vivientes, existe confianza, porque un perro vivo está en mejor situación que un león muerto. 5Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado. 6También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.
7Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen corazón, porque ya el Dios [verdadero] se ha complacido en tus obras. 8En toda ocasión resulten blancas tus prendas de vestir, y no falte el aceite sobre tu cabeza. 9Ve la vida con la esposa que amas, todos los días de tu vida vana que Él te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad, porque esa es tu porción en la vida y en tu duro trabajo con que trabajas duro bajo el sol. 10Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde vas.
11Regresé para ver, bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el favor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. 12Porque tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una red dañina, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando este cae sobre ellos de repente.
13También esto vi respecto a la sabiduría bajo el sol... y ella me pareció grande: 14Había una ciudad pequeña, y los hombres en ella eran pocos; y vino a ella un gran rey, y la cercó y edificó contra ella grandes fortalezas. 15Y fue hallado en ella un hombre —necesitado, [pero] sabio—, y ese proveyó escape para la ciudad por su sabiduría. Pero ningún hombre se acordó de aquel hombre necesitado. 16Y yo mismo dije: “Mejor es la sabiduría que el poderío; sin embargo, la sabiduría del necesitado es despreciada, y sus palabras no son escuchadas”.
17Más son de oírse las palabras de los sabios en tranquilidad que el clamor de uno que gobierna entre gente estúpida.
18La sabiduría es mejor que los útiles de pelear, y simplemente un solo pecador puede destruir mucho bien.


Detengámonos sobre el tema de la condición de los muertos. Al leer los versículos 3:19-21, se describe la muerte como siendo lo opuesto a la vida: "Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado. (...) Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde vas" (Eclesiastés 9:5,10). Sin embargo, ¿qué pasa con los muchos testimonios que parecen decir lo contrario? De hecho, la Biblia menciona que los humanos podrían "preguntar a los muertos" (Deuteronomio 18:9-13). Esta práctica, de preguntar a los muertos, según el contexto de Deuteronomio 18, es clasificada como oculta, es decir, en relación directa con los demonios o los ángeles rebeldes. De modo que la Biblia muestra claramente que los promotores de esta mentira que dicen que la muerte es la vida, son Satanás el diablo y los demonios. Se hacen pasar por los difuntos que hablarían o entrarían en contacto con los vivos. El segundo testimonio de la Biblia, acerca de la práctica de preguntar a los muertos con el ocultismo, es el del rey Saúl, quien buscó ponerse en contacto con el muerto "Samuel", a través de una mujer médium espiritista (1 Samuel 28:3.11).


"Regresé para ver, bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el favor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. Porque tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una red dañina, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando este cae sobre ellos de repente" (Eclesiastés 9:11.12). En ningún momento Jesucristo dejó a entender que las víctimas de accidentes o desastres naturales hubieran pecado más que otros, o incluso que Dios causara tales sucesos para castigar a los pecadores. Ya sean enfermedades, accidentes o desastres naturales, no es Dios quien los causa y los que son víctimas no han pecado más que otros.


"Y yo mismo dije: “Mejor es la sabiduría que el poderío; sin embargo, la sabiduría del necesitado es despreciada, y sus palabras no son escuchadas" (Eclesiastés 9: 13-16). La observación actual es la siguiente: rara vez se pregunta el punto de vista de un necesitado, incluso aunque sea muy sabio. Por otro lado, vemos personas muy ricas, muy a menudo sin instrucción, hasta estúpidas, a quienes se solicita expresar su opinión, hasta que aconseje a la población.


Eclesiastés Capítulo 10: Este capítulo es otra serie de refranes proverbiales, de los cuales sacaremos algunos puntos sobresalientes:


Las moscas muertas son lo que hace que el aceite del ungüentario hieda, borbotee. [Eso mismo] hace un poco de tontedad al que es precioso por sabiduría y gloria.
2El corazón del sabio está a su diestra, pero el corazón del estúpido a su siniestra. 3Y, también, por cualquier camino en que esté andando el tonto, su propio corazón le falta, y él ciertamente le dice a todo el mundo que es tonto.
4Si el espíritu de un gobernante se levantara contra ti, no dejes tu propio lugar, porque la calma misma templa grandes pecados.
5Existe algo calamitoso que he visto bajo el sol, como cuando sale una equivocación a causa del que está en el poder: 6La tontedad ha sido colocada en muchos puestos encumbrados, pero los ricos mismos siguen morando meramente en condición baja.
7He visto a siervos a caballo, pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos.
8El que cava un hoyo, él mismo caerá directamente en él; y al que rompe a través de un muro de piedra, una serpiente lo morderá.
9El que saque piedras de la cantera se lastimará con ellas. El que parta troncos tendrá que tener cuidado con ellos.
10Si un instrumento de hierro se ha embotado y alguien no ha amolado su filo, entonces empleará con esfuerzo sus propias energías vitales. De manera que el usar la sabiduría para lograr éxito significa ventaja.
11Si la serpiente muerde cuando no se produce encantamiento, entonces no hay ventaja para el que se entrega a usar la lengua.
12Las palabras de la boca del sabio significan favor, pero los labios del estúpido se tragan a este. 13El comienzo de las palabras de su boca es tontedad, y el fin de su boca, posteriormente, es locura calamitosa. 14Y el tonto habla muchas palabras.
El hombre no sabe lo que llegará a suceder; y lo que llegará a suceder después de él, ¿quién se lo puede informar?
15El duro trabajo de los estúpidos los fatiga, porque ni uno solo ha llegado a saber por dónde ir a la ciudad.
16¿Cómo te irá a ti, oh país, cuando tu rey es un muchacho y tus propios príncipes siguen comiendo aun por la mañana? 17Feliz eres tú, oh país, cuando tu rey es el hijo de personas nobles, y tus propios príncipes comen al tiempo apropiado para poderío, no simplemente para beber.
18Por gran pereza se hunde el envigado, y porque se dejan bajar las manos hay goteras en la casa.
19El pan es para la risa de los trabajadores, y el vino mismo regocija la vida; pero el dinero es lo que tiene buena acogida en todo.
20Ni aun en tu alcoba invoques el mal contra el rey mismo, y en los cuartos interiores donde te acuestas no invoques el mal contra ningún rico; porque una criatura voladora de los cielos transmitirá el sonido, y algo que es dueño de alas informará el asunto.


"El corazón del sabio está a su diestra, pero el corazón del estúpido a su siniestra. Y, también, por cualquier camino en que esté andando el tonto, su propio corazón le falta, y él ciertamente le dice a todo el mundo que es tonto" (Eclesiastés 10:2,3). El versículo 3 parece especificar el significado del versículo 2. El corazón, la derecha y la izquierda, deben tomarse en un sentido simbólico. El corazón simboliza, en este contexto, la capacidad de tomar decisiones buenas o malas. La izquierda parece simbolizar la estupidez o la torpeza. En general, los humanos usan la mano derecha para efectuar un trabajo correcto y con destreza. De modo que la derecha puede significar lo que se logra con la habilidad y sabiduría. Mientras que las cosas hechas con la mano izquierda pueden salir mal. En otro contexto bíblico, Jesucristo simbolizó la derecha, con la aprobación divina, y la izquierda, por la posición de desaprobación, en la ilustración de las ovejas y las cabras (Mateo 25:31-46).


"He visto a siervos a caballo, pero a príncipes andando en la tierra justamente como siervos" (Eclesiastés 10:7). A menudo, en este sistema de cosas, puede haber una inversión de valores (Isaías 5:20). Un humano íntegro, noble, como un príncipe, se le puede tratar como un simple siervo y con desprecio. Mientras que los que merecerían ser "siervos" o "esclavos", a veces ocupan un alto rango, son vistos como “príncipes”. Este es un poco una repetición, de otra forma, de lo que se puede leer en Eclesiastés 7:15 y 8:14.


"Ni aun en tu alcoba invoques el mal contra el rey mismo, y en los cuartos interiores donde te acuestas no invoques el mal contra ningún rico; porque una criatura voladora de los cielos transmitirá el sonido, y algo que es dueño de alas informará el asunto" (Eclesiastés 10:20). En la mayoría de los casos, las cosas confidenciales, con el tiempo, terminan sabiéndose, como lo dijo Jesucristo: "Porque nada hay escondido que no llegue a manifestarse, ni nada cuidadosamente ocultado que nunca llegue a saberse y nunca salga al descubierto" (Lucas 8:17).


Eclesiastés capítulo 11: El tema general de este capítulo ilustra el hecho de que la perseverancia a menudo es recompensada, hay que tener aguante y ser paciente:


Envía tu pan sobre la superficie de las aguas, pues con el transcurso de muchos días lo hallarás otra vez. 2Da una porción a siete, o aun a ocho, pues no sabes qué calamidad ocurrirá en la tierra.
3Si las nubes están llenas [de agua], derraman un verdadero aguacero sobre la tierra; y si un árbol cae hacia el sur o si hacia el norte, en el lugar donde caiga el árbol, allí resultará estar.
4El que está vigilando el viento no sembrará; y el que está mirando las nubes no segará.
5Tal como no te das cuenta de cuál es el camino del espíritu en los huesos dentro del vientre de la que está encinta, de igual manera no conoces la obra del Dios [verdadero], que hace todas las cosas.
6Por la mañana siembra tu semilla, y hasta el atardecer no dejes descansar la mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, aquí o allí, o si ambos a la par serán buenos.
7La luz también es dulce, y bueno es para los ojos ver el sol; 8pues si un hombre viviera aun muchos años, que en todos ellos se regocije. Y que se acuerde de los días de la oscuridad, aunque pudieran ser muchos; todo [día] que ha venido es vanidad.
9Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos. Pero sabe que debido a todas estas el Dios [verdadero] te traerá a juicio. 10Por eso, quita de tu corazón la irritación, y evita a tu carne la calamidad; pues la juventud y la flor de la vida son vanidad.


"El que está vigilando el viento no sembrará; y el que está mirando las nubes no segará" (Eclesiastés 11:4). Alguien que constantemente está examinando una situación para que no haya ningún riesgo, antes de tomar medidas, parece mostrar un miedo enfermizo al fracaso. Es importante saber arriesgarse, de vez en cuando, cuando se realiza un proyecto, sin esperar constantemente que todas las condiciones se cumplan para finalmente tomar medidas. Si estamos en la disposición mental del ningún riesgo, al fin y al cabo, el proyecto no sale, "El que está mirando las nubes no segará".


Eclesiastés capítulo 12: es la conclusión poética del libro de Eclesiastés que nos anima a usar nuestra breve existencia para servir a Dios. Aprovechando durante la juventud, las capacidades físicas, mentales y espirituales, para ponerlas al servicio de nuestro Creador, que tiene la capacidad de devolvernos la vida, dándonos la vida eterna: 


“Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: “No tengo en ellos deleite”; 2 antes que se oscurezcan el sol y la luz y la luna y las estrellas, y hayan regresado las nubes, después el aguacero; 3 el día en que tiemblen los guardianes de la casa, y se hayan encorvado los hombres de energía vital, y las mujeres que muelen hayan dejado de trabajar por haber llegado a ser pocas, y las señoras que ven por las ventanas lo hayan hallado oscuro; 4 y las puertas que dan a la calle hayan sido cerradas, cuando el sonido del molino se haga quedo, y uno se levante al sonido de un pájaro, y todas las hijas del canto suenen bajo. 5 También se han llenado de temor meramente de lo que es alto, y hay terrores en el camino. Y el almendro lleva flores, y el saltamontes se arrastra, y la baya de la alcaparra se revienta, porque el hombre va andando a su casa de larga duración y los plañidores han marchado alrededor por la calle; 6 antes que se remueva la cuerda de plata, y se quebrante el tazón de oro, y se quiebre el jarro junto al manantial, y haya sido quebrantada la rueda del agua para la cisterna. 7 Entonces el polvo vuelve a la tierra justamente como sucedía que era, y el espíritu mismo vuelve al Dios [verdadero] que lo dio.

8 “¡La mayor de las vanidades! —dijo el congregador—, todo es vanidad.”

9 Y además de haberse hecho sabio el congregador, también enseñó de continuo conocimiento a la gente, y meditó e hizo un escudriñamiento cabal, a fin de arreglar muchos proverbios ordenadamente. 10 El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad.

11 Las palabras de los sabios son como aguijones, y justamente como clavos hincados son los que se entregan a las colecciones [de sentencias]; han sido dadas por parte de un solo pastor. 12 En cuanto a cualquier cosa además de estas, hijo mío, acepta una advertencia: El hacer muchos libros no tiene fin, y el aplicarse mucho [a ellos] es fatigoso a la carne.

13 La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios [verdadero] y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el [deber] del hombre. 14 Porque el Dios [verdadero] mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala” (Eclesiastés capítulo 12).


Hay una descripción metafórica de los fenómenos vinculados a la vejez humana, cuando no hay más placer (versículo 1). El momento en que se pierde gradualmente la vista (versículo 2), que las manos tiemblan, la espalda se curva, los dientes caen, los ojos pierden su agudeza visual (versículo 3), se pierde la audición (versículo 4), el equilibrio, el cabello blanquea, las piernas pierden su fuerza, lo que lo lleva gradualmente a su destino final, la tumba (versículo 5-7). Y finalmente se repite el tema principal del libro (Eclesiastés 1:2): "¡La mayor de las vanidades! —dijo el congregador—, todo es vanidad" (Eclesiastés 12:8).


Por lo tanto, aquí está la conclusión que hace posible comprender cuál debería ser la elección de un humano que le gustaría dar un significado real a su vida: "La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre. Porque el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala" (Eclesiastés 12:13,14).


***

La vida es sagrada

Dado que el hombre y la mujer son a imagen espiritual de Dios, el homicidio voluntario, incluso involuntario, es un pecado contra la imagen espiritual de Dios. Cualquiera que cause la muerte de otro ser humano, desde un punto de vista expiatorio, debe pagarlo con su propia vida. Esto es lo que Jehová Dios dejó en claro a Noé y su familia, después del diluvio, al salir del arca: "Y, además de eso, su sangre de sus almas la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del hombre. Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre" (Génesis 9:5,6).

El vengador de la sangre

Para Dios, tanto el homicidio voluntario como el involuntario es un acto de gran gravedad. En la Ley mosaica, existía la ley del vengador de la sangre. Por supuesto, ya no estamos, como cristianos, bajo la autoridad de este conjunto de leyes. Sin embargo, podemos aprender de la forma de pensar de Dios sobre el valor sagrado de la vida humana:

"Y tienen que escoger ciudades que les sean convenientes a ustedes. Como ciudades de refugio les servirán, y allí tiene que huir el homicida que, sin intención, hiera mortalmente a un alma. Y las ciudades tienen que servirles a ustedes como refugio del vengador de la sangre, para que no muera el homicida hasta que esté de pie delante de la asamblea para juicio. Y las ciudades que darán, las seis ciudades de refugio, estarán a disposición de ustedes. Tres ciudades darán de este lado del Jordán, y tres ciudades darán en la tierra de Canaán. Como ciudades de refugio servirán. Para los hijos de Israel y para el residente forastero y para el poblador en medio de ellos estas seis ciudades servirán de refugio, para que huya allá cualquiera que, sin intención, hiera mortalmente a un alma" (Números 35:11-15).

En los versículos 16-29, hay disposiciones que permitían al homicida involuntario encontrar una protección en estas ciudades de refugio. Los versículos 22 al 25, está escrito que un tribunal dictaminaba si se trataba de un homicidio voluntario o no. En el caso del homicida involuntario, se le permitía vivir en la ciudad de refugio para protegerse del vengador de la sangre, hasta la muerte del sumo sacerdote. Incluso si esta disposición era misericordiosa, resultaba muy severa porque se trataba de hecho, de un arresto domiciliario (en el ámbito de la ciudad de refugio), tal vez incluso hasta el final de su vida, porque tenía que esperar hasta la muerte del sumo sacerdote. En el caso de un asesino, se le autorizaba al vengador de la sangre, el pariente más cercano de la víctima, de matarlo sin incurrir en una deuda de sangre ante Dios (versículo 19-21).

Ya no estamos, como cristianos, bajo el procedimiento legal porque Cristo es el fin de la Ley (Romanos 10:4). Sin embargo, estas disposiciones legales nos permiten entender mejor el pensamiento de Dios sobre el valor sagrado de la vida y la sangre humana (1 Corintios 2:16). Al cristiano ya no se le permite vengarse, especialmente mediante el uso de la violencia: "No devuelvan mal por mal a nadie. Provean cosas excelentes a vista de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: “Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová”. Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”. No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien" (Romanos 12:17-21).

 El cuerpo humano es un templo espiritual

El apóstol Pablo y también el apóstol Pedro enfatizaron que a nivel individual, el cuerpo humano representa un templo espiritual para adorar a Dios:

"¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo, el cual son ustedes" (1 Corintios 3:16).

"Por lo tanto, fortifiquen su mente para actividad, mantengan completamente su juicio; pongan su esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que ha de ser traída a ustedes en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia" (2 Pedro 1:13,14).

Si el cuerpo humano es como un templo espiritual para adorar a Dios, es obvio que la vida que lo anima, es sagrada. La sangre representa la lo sagrado de la vida: "Porque el alma de la carne está en la sangre" (Levítico 17:11). La palabra alma significa que la "vida" está en la sangre. Jehová exige que todos los humanos cuiden ese templo espiritual: "Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio" (Romanos 12:1). El cuerpo humano ha sido creado, desde el principio, para un servicio sagrado a Dios, es decir, para cumplir con el plan que había previsto originalmente en el momento de la creación de Adán y Eva (Génesis 1:26 -28). Por lo tanto, debemos mantener este cuerpo en un estado de "santidad" y de acuerdo con la voluntad de Dios. También veremos que no solo debemos cuidar de la integridad física y espiritual de nuestro cuerpo y nuestra vida, sino también respetar la integridad del cuerpo humano de los demás. Examinaremos ciertos principios que nos permitirán respetar mejor el aspecto sagrado de la vida y la sangre.

Respeto a la integridad del cuerpo humano

El primer mandamiento basado en el amor a Dios y el segundo el amor al prójimo, es la base fundamental de todos los principios que rigen el valor sagrado de la vida: "De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas" (Mateo 22: 37-40).

El odio asesino está prohibido: "Todo el que odia a su hermano es homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene la vida eterna [como cosa] permanente en él" (1 Juan 3:15). El asesinato y el homicida voluntario están prohibidos, ya sea por razones personales, y por patriotismo religioso o estatal: "Entonces Jesús le dijo: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la espada perecerán por la espada"" (Mateo 26:52).

Está prohibido poner la vida en peligro innecesariamente y la de los demás. El cristiano debe abstenerse de practicar deportes peligrosos, que pueden causar heridas, hasta la muerte del imprudente y la de otros (por ejemplo, la vida de socorristas que vendrían a rescatarlo), lo que constituiría una culpa de sangre a los ojos de Dios: "El sagaz que ha visto la calamidad se ha ocultado; los inexpertos que han pasado adelante han sufrido la pena" (Proverbios 27:12).

También una actitud descuidada que provocaría heridas y hasta la muerte, al conducir un vehículo peligrosamente, constituye una culpa de sangre ante los ojos de Dios: "En caso de que edifiques una casa nueva, entonces tienes que hacer un pretil a tu techo, para que no coloques sobre tu casa culpa de sangre porque alguien que cayera llegara a caer de él" (Deuteronomio 22:8; Éxodo 21:29). Esta ley muestra el punto de vista de Dios sobre la negligencia asesina que constituye una culpa de sangre.

En la introducción, hemos visto que el cuerpo humano es un templo espiritual que tenemos que considerar como sagrado (1 Corintios 3:16, 2 Pedro 1: 13,14, Romanos 12: 1). Por lo tanto, el suicidio está prohibido. Además, se prohíben todas las formas de uso de drogas que destruyen el cuerpo y su funcionamiento, creando dependencia física. La Biblia condena el abuso de alcohol y no su consumo moderado. También condena la glotonería: "No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, entre los que son comedores glotones de carne" (Proverbios 23:20 condena del abuso de vino, 1 Timoteo 5:23: moderación en el consumo de vino).

"Y él ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra" (Isaías 2:4). Obviamente, el no aprender más la guerra significa, el no practicar a la vez deportes de combate o los artes marciales, incluso teñidos de propaganda religiosa, lo que significaría que tiene un propósito "defensivo". Transformar un cuerpo humano en un "arma defensiva" puede convertirse rápidamente en "un arma ofensiva" que puede herir y hasta matar puede constituir una culpa de sangre... Los cristianos no deben complacerse con espectáculos deportivos violentos y películas que ensalzan la violencia gratuita. Esto es completamente detestable para Jehová Dios: “Jehová mismo examina al justo así como al inicuo, y Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia" (Salmos 11:5).

El aborto voluntario de un embrión o feto está estrictamente prohibido. Según lo que está escrito en la Biblia, el niño a nacer, en el útero, tiene su propia individualidad, desde la concepción, ya sea en forma de embrión o de feto: "Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas y todavía no había una entre ellas" (Salmo 139:14). La traducción en uso de la Biblia "Traducción del Nuevo Mundo (TMN)", utiliza la palabra "embrión". La comparación con otras traducciones confirma lo acertado de esta palabra. La "Biblia hebrea interlineal" (OT), basada en el Códice de Westminster, el Códice de Leningrado con vocales, lo traduce como "embrión". Otras traducciones usan la expresión más literal de "sustancia, incompleta", según KJV y "Sustancia no formada" según la YLT, lo que confirma la exactitud de la palabra "embrión". No hay duda de que el texto hebreo describe al bebé que nacerá, desde su concepción, aunque sea un "embrión" (sustancia no formada, que no tiene apariencia de cuerpo humano). Esto es lo que leemos en la Ley Mosaica, acerca la agresión accidental, de una mujer embarazada:

"Y en caso de que unos hombres luchen el uno con el otro y realmente lastimen a una mujer encinta y los hijos de ella efectivamente salgan, pero no ocurra un accidente mortal, a él sin falta ha de imponérsele el pago de daños conforme a lo que le imponga el dueño de la mujer; y él tiene que darlo por medio de los jueces. Pero si ocurre un accidente mortal, entonces tienes que dar alma por alma" (Éxodo 21:22,23).

Esta ley no fijaba un número mínimo de semanas de gestación, para considerar que tal accidente, en caso de aborto, fuera un homicidio comprobado en contra el niño dentro del vientre de la mujer. El uso de píldoras abortivas y otros métodos abortivos, constituyen un acto de aborto voluntario. La Biblia no prohíbe el control de la natalidad, decidido por la pareja (el método contraceptivo no debe ser abortivo).

Somos las centinelas de nuestro templo

El apóstol Pablo dijo que somos soldados de Cristo que luchan, no contra la sangre y la carne, sino contra fuerzas espirituales oscuras: "Por último, sigan fortaleciéndose en el Señor y en su poderosa fuerza.  Pónganse la armadura completa que Dios da, para que puedan mantenerse firmes contra las astutas trampas del Diablo;  porque no tenemos una lucha contra alguien de carne y hueso, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales malvadas que están en los lugares celestiales. Por esta razón, pónganse la armadura completa que Dios da, para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir y, tras haber hecho todo lo necesario, mantenerse firmes” (Efesios 6:10-13).

¿Cuál es el objetivo final de esta guerra espiritual? El mantener nuestra integridad y fidelidad a Dios y a su Hijo Jesucristo y que tengamos el cumplimiento de la esperanza de la vida eterna: “Pero el que aguante hasta el fin será salvado” (Mateo 24:13) (Palabras de Cristo). La apuesta espiritual de la integridad es muy importante. Job, un hombre que sufrió muchos ataques crueles del diablo, perdiendo a sus diez hijos, todas sus posesiones, tuvo una enfermedad grave e incluso siendo insultado por sus propios amigos, esto es lo que dijo: "¡Jamás diré que ustedes tienen razón! ¡Hasta que muera, no renunciaré a mi integridad!" (Job 27:5). Tenga en cuenta que en la segunda ola de las pruebas de Job, Satanás el diablo atacó la integridad física de Job obviamente con una enfermedad que no pudía curarse (Job 1:7-12; 2:2-6).

La integridad es la expresión de la plenitud espiritual (o perfección), que Dios acepta como tal. En la porción de texto hebreo de la Biblia, el Antiguo Testamento, la palabra "integridad", se traduce del hebreo "tummâh" (Concordancia de Strong (H8538)), que significa "inocencia" en el sentido de falta de culpa. Aquella palabra hebrea proviene de otra raíz "tôm" (Concordancia de Strong (H8537)), que puede significar: completo, integridad, perfecto, perfección, rectitud moral: "¡Jamás diré que ustedes tienen razón! ¡Hasta que muera, no renunciaré a mi integridad!" (Job 27:5). Así, siguiendo el ejemplo del fiel siervo de Dios, Job, un ser humano, hombre o mujer, puede alcanzar la plenitud, la perfección, la integridad, a los ojos de Dios y de Cristo, y esto, a pesar de nuestro estado genético y espiritualmente pecaminoso heredado de Adán (Romanos 5:12).

Actualmente Satanás el diablo usa el engaño a través de algunos de sus hijos espirituales humanos para atacar nuestra integridad espiritual, que incluye nuestro cuerpo humano (Juan 8:44 Jesucristo, hablando a los fariseos, les dice que su padre es el diablo. De modo que podemos decir que existe actualmente humanos que actúan como "hijos del diablo"). Es por esto que debemos ponernos la armadura espiritual mencionada por el apóstol Pablo: "Por lo tanto, manténganse firmes llevando puesto el cinturón de la verdad, vestidos con la coraza de la justicia  y teniendo los pies calzados y listos para anunciar las buenas noticias de la paz.  Además de todo esto, agarren el escudo grande de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno.  También lleven el casco de la salvación y la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios.  Al mismo tiempo, sigan orando en toda ocasión con el espíritu, haciendo todo tipo de oraciones y ruegos" (Efesios 6:14-18).

Si nos ponemos estos diferentes elementos espirituales de la armadura del soldado de Cristo, entonces podemos enfrentar la violencia espiritual y mental de los ataques actuales del diablo a través de sus agentes terrestres que son ingenieros de mentiras asesinas y par extraviar a los pueblos (Juan 8:44, en este versículo Jesucristo dice que la mentira del diablo es un "homicidio" o asesinato, porque ha causado la pérdida de la humanidad. La mentira y la propaganda pueden causar muchas muertes).

Poniéndonos la armadura espiritual, seremos excelentes guardias del templo que Dios nos ha confiado, que es nuestro cuerpo humano. En el libro del Apocalipsis, se habla de una marca hecha por la bestia salvaje en la mano derecha de los habitantes de la tierra, usando coacción y amenaza: "A todos —pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos— les impone la obligación de ser marcados en la mano derecha o en la frente  para que nadie pueda comprar o vender excepto la persona que tenga la marca, el nombre de la bestia salvaje o el número de su nombre” (Apocalipsis (Apocalipsis) 13:16,17). Permanezcamos, pues, espiritualmente vigilantes como centinelas que velan por la integridad del templo que Dios nos ha confiado.

Casus Belli mundial contra la integridad del cuerpo humano en la guerra mundial NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química)

(Ezequiel 34)

Los pastores, que se han hecho apacentadores de sí mismos

"Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza, y tienes que decirles a ellos, a los pastores: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es el rebaño lo que deben apacentar los pastores? La grasa es lo que ustedes comen, y con la lana se visten a sí mismos. El animal gordo es lo que degüellan. El rebaño mismo no apacientan. A las enfermas no han fortalecido, y a la doliente no han sanado, y a la quebrada no han vendado, y a la dispersada no han traído de vuelta, y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiranía. Y gradualmente fueron esparcidas por no haber pastor, de modo que llegaron a ser alimento para toda bestia salvaje del campo, y continuaron siendo esparcidas. Mis ovejas siguieron descarriándose en todas las montañas y en toda colina alta; y por toda la superficie de la tierra mis ovejas fueron esparcidas, sin que hubiera quien hiciera una búsqueda y sin que hubiera quien procurara hallarlas” (Ezequiel 34:2-6).

Como hemos visto anteriormente, el cuerpo humano fue creado por Dios y nos lo dio como herencia divina, para que lo cuidáramos, como un templo en que vivimos y que debe ser habitado por el espíritu de Dios (1 Corintios 3: 16 "El Espíritu de Dios mora en vosotros"). Este cuerpo y la vida que lo anima, no pertenecen a ningún estado o entidad que quisiera ser globalista, ni siquiera a ninguna organización religiosa. El cuerpo humano que tenemos y la vida que lo anima pertenecen a Dios, porque Él es su fuente y Creador (Apocalipsis 4:11).

Jesucristo dijo que devolviéramos al César lo que le pertenece y a Dios lo que es de Dios (Lucas 20:25). El cristiano que da al César lo que es del César, tiene una actitud respetuosa hacia las autoridades establecidas de su país. En 1 Pedro 2:17 dice temer a Dios y honrar al rey. Según el contexto, el rey es el depositario de la autoridad del país sobre el que reina. El apóstol Pablo, en la carta a los Romanos (13,1-7), anima a todos los cristianos a respetar a los gobiernos y a sus representantes, ya sean reyes, príncipes, presidentes, ministros, diputados… Este pasaje muestra que debemos respetar a los que tienen la autoridad para hacer cumplir la ley, a saber, la policía, el ejército en algunos países, los jueces, los fiscales y diversos representantes de las administraciones, como, por ejemplo, maestros, profesores, directores, inspectores de hacienda... Dicho esto, Jesucristo añadió que debemos devolver lo que es de Dios a Dios. Lo que pertenece a Dios es la vida que Él nos ha dado. Por ejemplo, nuestro cuerpo nos pertenece y pertenece a Dios, por lo tanto, el estado no puede actuar como si fuera su dueño. como dijo el apóstol Pedro ante un tribunal: “Debemos obedecer a Dios, en su calidad de cabeza, antes que a los hombres” (Hechos 5:29).

En lo que sigue, no se trata de una llamada a la falta de respeto a las autoridades gubernamentales, sino de tomar nota de una situación que parece asemejarse a lo que está escrito en la profecía de Ezequiel capítulo 34, citada al inicio del artículo y tomar las medidas necesarias para respetar los principios bíblicos sobre el valor sagrado de la vida y la sangre. ¿Cuáles son los hechos observables?

El mundo vive actualmente, desde noviembre de 2019, de hecho, en un Casus Belli, una guerra mundial del tipo NRBQ (nuclear, radiológica, biológica y química), contra la integridad del cuerpo humano de los pueblos (las ovejas perdidas y esparcidas). El cuerpo humano fue creado por Dios y nos lo dio como herencia divina, para cuidarlo, como un templo en el que vivimos y que debe ser habitado por el espíritu de Dios. "¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes?" (1 Corintios 3). El cuerpo humano y la vida que lo anima no pertenecen a ningún estado, ni siquiera a ninguna entidad religiosa terrestre.

Aquel Casus Belli mundial contra la integridad del cuerpo humano, que Dios nos ha confiado, no se hace con tanques, bombas y cañones. Se organiza en el contexto del tráfico internacional de virus militar suelto de un laboratorio de tipo P4 (que fabrica oficialmente virus militares en el contexto de guerras de tipo NRBQ), junto con una propaganda hábilmente organizada (ingeniería social), con el objetivo de aterrorizar a la población o el pueblo en su conjunto. El principio básico de aquellos laboratorios militares de muerte es recolectar virus que normalmente se encuentran en la naturaleza, en el reino animal, y que son básicamente inofensivos para los humanos; generalmente no son transmisibles y, de ser así, generalmente no son fatales. Aquellos laboratorios demoníacos trabajan para hacer que aquellos virus sean transmisibles a los humanos a través de "secuenciación", un proceso extremadamente complejo que puede llevar varios meses. El objetivo diabólico es obtener una "ganancia de función", es decir, en este caso, hacer para que este (o estos) virus sea mortal para el hombre, al tiempo que aumenta, la letalidad de aquel virus militar manufacturado (las referencias o patentes de aquellos virus militares se encuentran en el NIH GenBank y en ciertos archivos de la OMS (al menos de una filial de uno de aquellos países). Dicho de paso, el NIH acaba de suprimir la información de los laboratorios de Wuhan sobre la secuenciación genética del virus militar, según la FOIA The Watchdog (30 de marzo de 2022)) (¿Qué está pasando en Shanghai?) (Crédito social al estilo chino, comienza en Italia (Bolonia)).

(Crédito Social al Estilo Chino y la Agenda 2030: aquella agenda fue adoptada por la ONU en septiembre de 2015 después de dos años de negociaciones entre gobiernos y la sociedad civil. La Agenda 2030 es parte de una ideología globalista, particularmente en los países de la zona OTAN y sus socios (Europa Occidental, Canadá, Australia y Nueva Zelanda...). Es en aquellas zonas del mundo donde se ha instalado la ideología fundamentalista y sectaria del “Covidismo”, que atenta contra la integridad corporal de los pueblos (La situación de Shanghái (China), es una muestra de ello, llevada al extremo y en muchos aspectos, puede darnos una visión futura de este tipo de dictadura a escala de varios estados unidos, incluso a nivel mundial). Las situaciones de “pandemia” global, o emergencia climática, son pretextos preparados para instaurar una dictadura, de manera progresiva y encubierta, sobre todos los pueblos. El establecimiento de “crédito social” "voluntario" en Italia (Bolonia y Roma (finales de marzo de 2022)), es sólo el comienzo de este proceso, que forma parte del futuro establecimiento, latente y perverso, de una “obligación”...).

Tras la difusión, evidentemente "fortuita" (no comprobable en un sentido, como en el otro), de este virus militar letal, sigue una campaña de prensa mundial, que certificará, que se trata de un accidente de la "filtración" tipo, como la de una central nuclear, cuando se sabe que un laboratorio P4, es uno de los lugares más seguros del mundo. Dirán, después de tal difusión, por ejemplo, que proviene del reino animal, lo que es una verdad a medias, porque a la vez es cierto y falso y, por lo tanto, es falso (cierto + falso = falso). Sigue una segunda etapa, fundamentalmente basada en la ingeniería social propagandista, basada en los medios de comunicación, con repetidos mensajes e informes morbosos, para asustar a la gente y sobre todo para insistir en que no existe ningún remedio médico, ni siquiera ninguna molécula para poder curar este virus militar. La única solución es esperar al químico inyectable mesiánico que salvará la vida de la humanidad.

Aquel Casus Belli va acompañado de una experimentación de terapia génica masiva, en cuerpos humanos sanos, no enfermos, a escala internacional, en todos los pueblos (las ovejas perdidas), de químicos inyectables, de manera más o menos coercitivas (en desprecio del Código de Núremberg - 1947 (Ver los 10 artículos al final de la página (La terapia génica mundial actual, todavía está oficialmente, en fase de experimentación, por lo tanto, encaja perfectamente en el marco legal del Código de Núremberg - 1947)). Los gobernantes de las naciones o grupos de naciones, que ordenan aquellas repetidas inyecciones de estos venenos, en cuerpos humanos sanos, tienen vínculos de interés financiero conocidos por todos, directos o indirectos.

Este Casus Belli de tipo NRBQ utiliza los medios corruptos por el dinero y coordinados entre sí como medio de propaganda a la Goebbel (portavoz del régimen nazi de Hitler). Es bien sabido que están a sueldo de muchos oligarcas multimillonarios corruptos, que también influyen en muchos gobiernos (los pastores que se pastorean a si mismos), para crear una “realidad” inventada, con mira a asustar a la gente (las ovejas esparcidas), desorientarlos psicológica y mentalmente, hacerlos adoptar conductas completamente irracionales, mediante sucesivas decisiones contradictorias y mentiras completamente asumidas. Mediante esta administración en forma de ingeniería social de acoso y tortura mental de larga duración, estos pastores malvados, obtienen el consentimiento por agotamiento nervioso y mental de las ovejas perdidas, con una coacción más o menos latente (Ver Ezequiel 34).

En Isaías 5:20 está escrito: “¡Ay de los que dicen que lo bueno es malo y que lo malo es bueno, de los que presentan la oscuridad como si fuera luz y la luz como si fuera oscuridad, de los que hacen pasar lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!". Este texto describe con mucha precisión las perversas y demoníacas inversiones de valores de aquellos ingenieros de la mentira y la manipulación homicida (Juan 8:44). Aquellos pastores apacentadores de sí mismos, han prohibido a los médicos tratar a los ancianos con moléculas baratas. Después aquellos mismos pastores apacentadores de sí mismos, han pedido a los niños de arriesgar su propia salud, hasta su propia vida, por no arriesgar la vida de los adultos. Aquellos mismos pastores apacentadores de sí mismos, han pedido a los niños de arriesgar su propia salud, incluso su vida, por los adultos cuando debería ser, al contrario, es decir, que son los adultos los que deberían estar dispuestos a arriesgar su vida por los niños, que representan el futuro de la humanidad... 

Muchos médicos, enfermeras, ordenanzas y amas de llaves, que trabajaban en la atención médica, han sido al frente para brindar asistencia a las personas afectadas por aquel virus militar. Muchos lo han pagado con sus vidas (¿Qué está pasando en Francia con respecto al personal de clínicas y hospitales, los bomberos y otras personas (conectadas a la comunidad médica), suspendidos y despedidos sin sueldo y sin subsidio por desempleo, por negarse a la inyección experimental? (Video solo en idioma francés)). Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo, no los olvidarán en el momento de la resurrección (Hechos 24:15; Hebreos 6:10). Los valientes hombres y mujeres que hasta ahora han denunciado este Casus belli, lo han pagado con la vida para algunos, con aislamiento y encarcelamiento para otros y son tratados como "complotistas", término acuñado por la CIA en 1965, después de la Comisión Warren (el informe oficial de las circunstancias que rodearon el asesinato de JFK).

Por cierto, las actuales comisiones senatoriales son, en realidad, auténticas obras de teatro morbosas. Observamos un juego de comedia diabólico entre aquellas comisiones de "investigaciones", que desempeñan el juego de encontrar fallas frente a las personas citadas e interrogadas, y después de todo, aquellas, al final, salen como entraron, es decir, libres para continuar su empresas sórdidas. Aquellas comisiones senatoriales pasan por alto el papel de los fiscales, los jueces y los tribunales, que deben encarcelar y juzgar a aquellos asesinos, aquellos hijos de Josef Mengele, que llevaron a cabo estas inyecciones genéticas experimentales de masas, que causaron la muerte de cientos de miles de hombres, mujeres y niños por todo el mundo y millones de consecuencias debilitantes para aquellos y aquellas que sobrevivieron. Aquellos mentirosos asesinos aplican la lógica del suicidio colectivo de pueblos, como Jim Jones y David Koresh, gurús que no querían morir a solas, sino que querían ser acompañados en su locura por sus cientos de seguidores que fueron "suicidados". Vivimos también, en una lógica de destrucción masiva global, económica, diplomática, que provoca guerras y destrucción de pueblos. Están en la misma lógica de precipitación asesina que aquellos dos líderes de secta.

Al estar muy cerca de la Gran Tribulación, se está cumpliendo ante nuestros ojos una profecía del Apocalipsis y del libro de Daniel: “Él también me dijo: 'También me dice: “No selles las palabras de la profecía de este rollo, porque el tiempo señalado está cerca. El que está haciendo injusticia, haga injusticia todavía; y el sucio sea ensuciado todavía; pero el justo haga justicia todavía, y el santo sea hecho santo todavía”" (Apocalipsis 22:10,11). "Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán” (Daniel 12:10). Hasta que el Rey Jesucristo borre a aquellos sinvergüenzas de la faz de la tierra durante la Gran Tribulación (Apocalipsis 19:11-21), los que practican la justicia en sus corazones oran diariamente esta oración al Padre Celestial, Jehová Dios: “Finalmente, hermanos, ocúpense en orar por nosotros, para que la palabra de Jehová siga moviéndose rápidamente y siendo glorificada, así como lo es de hecho entre ustedes; y para que seamos librados de hombres dañinos e inicuos, porque la fe no es posesión de todos. Pero el Señor es fiel, y él los hará firmes y los guardará del inicuo” (2 Tesalonicenses 3:1-3).

En esta diabólica situación mundial, que ataca la integridad corporal de hombres, mujeres, niños e incluso, también desafortunadamente, la de los infantes, ¿qué debe hacer el cristiano que quiere agradar a Jehová Dios y a su Hijo Jesucristo?

Jehová pide a todos que se ocupen de este templo humano: "Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio" (Romanos 12:1). El cuerpo humano fue diseñado desde el principio para un servicio sagrado a Dios, es decir, para cumplir con el propósito que original en el momento de la creación de Adán y Eva (Génesis 1:26 -28).

Tomar medicamentos es una decisión personal, sopesando los riesgos para su vida. Debe realizarse en un entorno médico para recibir tratamiento. Esta medicación no debe administrarse bajo coerción gubernamental o moral, por ejemplo, en el marco de una congregación. Si este fuera el caso, aquellas autoridades gubernamentales, a no ser espirituales, irían más allá del artículo 1 del Código de Núremberg que prohíbe los experimentos médicos bajo coacción (Recordatorio: la terapia génica global en curso, todavía está oficialmente, en la fase experimental., por lo tanto, está en el marco legal del Código de Núremberg): "Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción (...)" (Extracto del artículo 1 del Código de Núremberg - 1947).

En el marco actual, los cristianos deben ser alertas. Deberían abstenerse de hacerse inyectar productos químicos experimentales, especialmente por motivos ajenos a su salud y la de sus propios hijos. Hasta ahora, aquellos productos inyectables experimentales han matado a decenas de miles de personas en todo el mundo y han dejado a miles enfermas (para obtener más información, consulte VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System (www.vaers.hhs.gov))) (Solo en inglés). Aquellas inyecciones de tratamientos genéticos se hacen, en su mayor parte, por motivos que nada tienen que ver con la salud de los adultos y menos aún a la de los niños, sino que, bajo pretextos de privilegio no médicos, para poder ir al restaurante, bolos u otros lugares de placeres, justificados con argumentos completamente falaces y en forma de chantaje. Otros han sido obligados y amenazados o han perdido sus trabajos y su fuente de ingresos. El hecho de exigir que para ir a un lugar, que un objeto o un producto penetre en nuestro cuerpo, no es en modo alguno un acto médico, sino un acto de marcar, como se haría con los animales, antes de entrar en un el encierro ; es una marcada violación de la dimensión espiritual y sagrada de la integridad del cuerpo humano.

Los padres deben considerar seriamente este tema, para sus hijos y para ellos, en oración para enfrentar esta situación extraña y muy angustiosa. Los maestros de la Palabra de Dios deben pensar seriamente, con muchas oraciones, en esta cuestión porque esta situación no es baladí en términos de espiritualidad bíblica y más en general de ética (Romanos 14:12). Es bastante normal sentirse desorientado, perplejo y sorprendido ante este ataque extremadamente perverso de Satanás el diablo y sus demonios humanos. Oremos a Jehová Dios, pidamos su ayuda, Él es misericordioso. Si al principio creemos que no hemos tomado la mejor decisión, le puede pasar a cualquiera. Jehová Dios ve nuestras buenas intenciones. Seamos valientes, confiemos en Jehová Dios y en su amado Hijo Jesucristo, y ellos nos apoyarán (Proverbios 3:5,6). No tengamos miedo y seamos fuertes, apoyémonos unos a otros, ya sea con la familia, los amigos o en la congregación, amémonos unos a otros (Juan 13:34,35).


Pastores cristianos, ¿cómo se han comportado en este asunto?


El mundo ha sido víctima de una experimentación mundial con un químico que fue inyectado por motivos basados ​​en una afirmación falsa. Pfizer no habría probado la efectividad de sus vacunas sobre la transmisión del virus. Sin embargo, muchos pastores cristianos han presionado a las ovejas de su congregación para que se las inyectaran, basándose en aquella falsa afirmación de la "vacuna" que evitaría la transmisión del virus. Aún más grave, se ha ejercido esta presión sobre jóvenes que en su mayor parte no estaban en peligro si no se inyectaran.


Decenas de miles de personas murieron como resultado de esta inyección experimental. Millones de personas en todo el mundo han tenido secuelas extremadamente graves como resultado de esta inyección experimental. ¿Y qué decir de este exceso de mortalidad observado en los últimos tiempos, incluso entre los jóvenes? Sin embargo, para menospreciar la gravedad de las secuelas, algunos analizan la situación en términos de estadísticas... Pero para Jehová Dios, la muerte de un solo ser humano inocente no es de ninguna manera una "estadística"... En en otras palabras, si un pastor cristiano animara tal inyección experimental, a la escala de la congregación de la cual sería responsable ante Jehová Dios y Jesucristo, y que esto hubiera causado graves secuelas, hasta la muerte de una sola de sus ovejas, ¿en qué situación se encuentra aquel hombre, ante Dios y su Hijo?


He aquí lo que podemos leer en Deuteronomio, concerniente el hallazgo del cuerpo de un hombre muerto en el campo: "En caso de que se halle a alguien que haya sido muerto en el suelo que Jehová tu Dios te da para tomar posesión de él, caído en el campo, y no se haya llegado a saber quién lo hirió mortalmente, tus ancianos y tus jueces entonces tienen que salir y medir de allí hasta las ciudades que están todo en derredor del que haya sido muerto; y tiene que resultar ser la ciudad más cercana al que haya sido muerto. Y los ancianos de esa ciudad tienen que tomar una ternera de la vacada con la cual no se haya trabajado, que no haya tirado en un yugo; y los ancianos de aquella ciudad tienen que conducir la ternera abajo a un valle torrencial abundante en agua en el cual comúnmente no se haya arado ni sembrado, y tienen que quebrar la cerviz a la ternera allí en el valle torrencial. Y los sacerdotes, los hijos de Leví, tienen que acercarse, porque ellos son los que Jehová tu Dios ha escogido para que le ministren y para que bendigan en el nombre de Jehová, y por la boca de quienes debe ponerse fin a todo litigio sobre todo acto violento. Entonces todos los ancianos de aquella ciudad que se hallen más cercanos al que haya sido muerto deben lavarse las manos sobre la ternera, cuya cerviz habrá sido quebrada en el valle torrencial; y tienen que responder y decir: ‘Nuestras manos no derramaron esta sangre, ni la vieron [derramar] nuestros ojos. No lo cargues en la cuenta de tu pueblo Israel, a quien redimiste, oh Jehová, y no pongas la culpa por sangre inocente en medio de tu pueblo Israel’. Y no debe cargarse en la cuenta de ellos la culpa de sangre. Y tú... tú eliminarás la culpa por sangre inocente de en medio de ti, porque harás lo que es recto a los ojos de Jehová” (Deuteronomio 21:1-9).


Para Jehová Dios y el su Hijo Rey Jesucristo, la muerte de una sola de sus ovejas congregacionales no es nada de poca importancia, según Deuteronomio 21:1-9. Conviene, que en cada congregación cristiana, los pastores hagan su examen de conciencia, acerca de este asunto y saquen las consecuencias... ¿Cumplen, sí o no, aún las condiciones de pastores cristianos (Leer 1 Timoteo 3:1- 7)?

Código de Núremberg - 1947

1- Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción; debe tener suficiente conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten para hacer una decisión razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto de experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines del experimento, el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y riesgos que pueden ser esperados razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que pueden posiblemente originarse de su participación en el experimento. El deber y la responsabilidad para asegurarse de la calidad del consentimiento residen en cada individuo que inicie, dirija o esté implicado en el experimento. Es un deber y responsabilidad personales que no pueden ser delegados impunemente.

2 - El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad, no sea obtenible por otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.

3 - El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y de un conocimiento de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de tal forma que los resultados previos justificarán la realización del experimento.

4 - El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental innecesario y todo daño.

5 - No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori (" a priori" conocimiento que es independiente de la experiencia) para suponer que pueda ocurrir la muerte o un daño que lleve a una incapacitación, excepto, quizás, en aquellos experimentos en que los médicos experimentales sirven también como sujetos.

6 - El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la importancia humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.

7 - Se debe disponer de una correcta preparación y unas instalaciones adecuadas para proteger al sujeto de experimentación contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o muerte.

8 - El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas. Debe exigirse a través de todas las etapas del experimento el mayor grado de experiencia (pericia) y cuidado en aquellos que realizan o están implicados en dicho experimento.

9 - Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si ha alcanzado un estado físico o mental en que la continuación del experimento le parezca imposible.

10 - Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para terminarlo en cualquier fase, si tiene una razón para creer con toda probabilidad, en el ejercicio de la buena fe, que se requiere de él una destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una continuación del experimento traerá probablemente como resultado daño, discapacidad o muerte del sujeto de experimentación.

Dios perdona al arrepentido sincero

La historia del rey Manasés, que ha derramado mucha sangre, es la demostración de hasta qué punto la misericordia de Jehová puede aplicarse al arrepentimiento sincero. En la narración bíblica, está escrito sobre las malas acciones del rey Manasés: "Y hubo también sangre inocente que Manasés derramó en grandísima cantidad, hasta que hubo llenado a Jerusalén de extremo a extremo, además de su pecado con que hizo pecar a Judá haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová" (2 Reyes 21:16). Debido a sus malas acciones, Dios lo castigó: "Y Jehová siguió hablando a Manasés y su pueblo, pero ellos no prestaron atención. Por fin Jehová trajo contra ellos a los jefes del ejército que pertenecía al rey de Asiria, y así ellos capturaron a Manasés en los huecos, y lo sujetaron con dos grilletes de cobre y se lo llevaron a Babilonia" (2 Crónicas 33:10,11). Sin embargo, por increíble que sea, este rey malvado terminó arrepintiéndose sinceramente de sus malas acciones y obteniendo la misericordia de Jehová: "Y tan pronto como esto le causó angustia, él ablandó el rostro de Jehová su Dios, y siguió humillándose mucho a causa del Dios de sus antepasados. Y siguió orando a Él, de modo que Él se dejó rogar por él y oyó su petición de favor y lo restauró en Jerusalén a su gobernación real; y Manasés llegó a saber que Jehová es el Dios [verdadero]" (2 Crónicas 33:12,13). ¿Cuál es la razón de este ejemplo bíblico?

Muchos hombres y mujeres han cometido errores irreversibles, como matar a muchos humanos (en el contexto de un conflicto) o participar en abortos. Muchos de ellos piensan que es imposible que Dios los perdone. Añadido a esto un sentimiento profundo de remordimiento e de indignidad. Con respecto a la inmensa misericordia de Jehová, está escrito: "Vengan, pues, y enderecemos los asuntos  entre  nosotros  —dice  Jehová—. Aunque los pecados de ustedes resulten ser como escarlata, se les hará blancos justamente como la nieve; aunque sean rojos como tela de carmesí, llegarán a ser aun como la lana" (Isaías 1:18). Este versículo está especialmente dirigido a aquellos hombres y mujeres que se arrepienten sinceramente ante Dios, pidiendo perdón: Dios perdona al arrepentido sincero sobre la base del valor expiatorio de la sangre de Jesucristo: "Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan un pecado. Y no obstante, si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo. Y él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo" (1 Juan 2:1,2). Además, Jehová Dios resucitará a los millones de muertos que han sido víctimas de los muchos genocidios (Juan 5:28,29). Lo que es irreversible para el hombre no lo es para Dios (Mateo 19:26 "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todas las cosas son posibles").

Es posible que incluso si la misericordia de Dios se aplica al arrepentido sincero, un sentimiento de remordimiento e indignidad continuará hostigándolo. Sin embargo, hay que saber que Dios es mayor que los corazones: "En esto conoceremos que nos originamos de la verdad, y aseguraremos nuestro corazón delante de él respecto a cualquier cosa en que nos condene nuestro corazón, porque Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas. Amados, si [nuestro] corazón no [nos] condena, tenemos franqueza de expresión para con Dios; y cualquier cosa que le pedimos la recibimos de él, porque estamos observando sus mandamientos y estamos haciendo las cosas que son gratas a sus ojos" (1 Juan 3:19-22).

Vida y muerte
El juicio eterno y la salvación

La vida

Jehová Dios es el Creador de la vida, Él es su fuente: "Porque contigo está la fuente de la vida; por luz de ti podemos ver luz" (Salmos 36:9; Hebreos 3: 4; Apocalipsis 4:11).

Jehová Dios creó al primer hombre y a la primera mujer: "Y Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente" (Génesis 2:7, 22 (creación de Eva, la primera mujer)).

La palabra "alma" aplicada tanto al hombre como a los animales proviene del término hebreo "נפש (nephèsh)", del griego "ψυχή (psukhê)" y del latín "anima" (Génesis 1:20,21,24 (Versículos de la Biblia donde la palabra "alma" se aplica a los animales)). Es fácil entender, dado el contexto bíblico, que el alma se refiere al ser viviente, tanto para el hombre como para el animal. Por tanto, en este caso, el alma se refiere a lo físico, corporal y visible.

La palabra alma puede aplicarse poéticamente al ego o al "yo": "¿Hasta cuándo pondré resistencia en mi alma, desconsuelo en mi corazón de día? (…) Mi alma se ha desvelado de desconsuelo. Levántame conforme a tu palabra" (Salmos 13:2; 119:28).

El alma puede aludir a la vida misma: "Y el resultado fue que, al ir saliendo el alma de ella (porque murió)" (Génesis 35:18) (este texto se refiere a la muerte de Raquel, después de dar a luz a su hijo Benjamín). “El que halle su alma la perderá, y el que pierda su alma por causa de mí la hallará. (…) Porque el que quiera salvar su alma, la perderá; pero el que pierda su alma por causa de mí, la hallará. Porque ¿de qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?, o ¿qué dará el hombre en cambio por su alma?" (Mateo 10:39; 16:25,26). El Nuevo Testamento fue escrito en griego, lo que significa que la palabra "alma" se traduce del griego "ψυχή (psukhê)".

La expresión "alma viviente" muestra en sí misma que el alma puede morir o ser destruida (de lo contrario habría sido un pleonasmo en el caso del concepto del "alma inmortal"): "Para dar muerte a las almas que no deberían morir y para conservar vivas a las almas que no deberían vivir. (…) El alma que peca... ella misma morirá” (Ezequiel 13:19; 18:4,20). Muchos otros textos muestran que, según la Biblia, el alma puede morir y, por supuesto, no puede sobrevivir (invisiblemente) a su propia muerte...

Según la Biblia, el alma es diferente del espíritu ("ruah" en hebreo y "pneuma" en griego). El espíritu (en relación con el alma) se refiere al "aliento de vida". Por tanto, la respiración, el aire, el viento es una energía impersonal, que mantiene viva el alma humana y la del animal. En Génesis 2:7 está escrito: "Y Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida". La palabra hebrea para la expresión "aliento de vida", es "neshamah", que es sinónima de la palabra "ruah" o la palabra griega "pneuma". De hecho, en la Septuaginta (texto bíblico griego, traducido del hebreo), la expresión "neshamah" de Génesis 2:7 se tradujo como "pnoê" (espíritu, aliento).

La palabra "espíritu" puede referirse a seres espirituales como Dios (Juan 4:24), criaturas espirituales (1 Reyes 2:21,22) y Jesucristo resucitado (1 Corintios 15:45). La expresión "mi espíritu", en Génesis 6:3, se refiere a uno mismo (en este caso a Dios), o el "yo". Es importante no confundir los diferentes significados de la palabra "espíritu"; el aliento de vida que mantiene el alma viva, siendo una energía impersonal, mientras que la palabra "espíritu" que se aplica a Dios, a Jesucristo resucitado y a los ángeles, son seres con una energía personal, dotada de conciencia e inteligencia.

La muerte

Es Dios quien ha dado una definición de la muerte. Comparando Génesis 2:17, donde está escrito que si Adán desobedecía al mandamiento relacionado con el fruto prohibido, moriría. Finalmente, Adán desobedeció. Está escrito en el juicio de Dios contra Adán y su esposa, lo siguiente: "Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás" (Génesis 3:19). Por lo tanto, la muerte es lo opuesto a la vida y el punto de retorno a la inexistencia (Salmo 146:3,4; Eclesiastés 3:19,20; 9:5,10). Jehová Dios, en su juicio, menciona el volver al polvo que es más bien en la Biblia, un lugar simbólico, como el Sheol (hebreo) o el Hades (griego), e incluso el "mar", donde perecieron muchos seres humanos (Apocalipsis 20:13).). Por lo tanto, no es difícil entender y aceptar este simple punto de enseñanza bíblica, la muerte es la completa inexistencia. El alma muere y el espíritu o energía vital desaparece : "No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna. Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos” (Salmos 146:3,4).

La muerte segunda, el lago de fuego y el Gehena

Sin embargo, es importante detenernos en la expresión bíblica "muerte segunda", que ha sido mal interpretada y resultando con dogmas humanos aterradores y no bíblicos, como el infierno de fuego y el purgatorio... la expresión "muerte segunda", la encontramos en el libro de Apocalipsis: "El que venza, de ninguna manera recibirá daño de la muerte segunda" (Apocalipsis 2:11; 20:6,14; 21:8). Apocalipsis 20:14 muestra que la muerte segunda y el lago de fuego, son expresiones equivalentes: "Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego". Cabe señalar que este lugar es tan simbólico como lo son (genéricamente), la muerte (la inexistencia) y el Hades (lugar donde van los muertos). ¿A qué episodio bíblico alude este famoso lago de fuego? El libro de Apocalipsis menciona tanto las Diez Plagas de Egipto como la destrucción de Sodoma y Gomorra, hasta el punto de usar una expresión con referencias cruzadas como "Sodoma y Egipto" (Apocalipsis 11:8). La destrucción de Sodoma y Gomorra se relaciona bíblicamente con el fuego y el juicio eterno (Hebreos 6:2; 2 Pedro 3:7).

Por tanto, este famoso lago de fuego mencionado en Apocalipsis, probablemente alude a la visión panorámica que tuvo Abrahán del Mar Muerto, poco después de la destrucción de todas las ciudades como Sodoma y Gomorra, en su contorno (orilla) (Dios dejó a salvo la ciudad de Zoar, debido a Lot (Génesis 19:23)). Aquí está el relato de la impresionante visión del mar muerto poco después de la destrucción: "Ahora bien, muy de mañana Abrahán se dirigió al lugar donde había estado de pie delante de Jehová. Entonces miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del Distrito, y vio una escena. ¡Pues mire, humo denso ascendía de la tierra como el humo denso de un horno de calcinación! Y aconteció que, cuando Dios arruinó las ciudades del Distrito, Dios tuvo presente a Abrahán, pues dio pasos para enviar a Lot de en medio del derribo cuando derribó las ciudades en medio de las cuales había estado morando Lot" (Génesis 19:27-29). Por lo tanto, la expresión "lago de fuego" se refiere a la vista de la destrucción de las cuidades, en su contorno (orilla), del Mar Muerto (un mar interior que sirve como un gran lago). Esta destrucción simboliza la muerte sin posibilidad de resurrección, resultado del juicio eterno.

La expresión Gehena de fuego, utilizada por Jesucristo, tiene exactamente el mismo significado de destrucción o muerte sin posibilidad de resurrección. ¿Dónde estaba ubicado el Gehena? Estaba al sur de Jerusalén, fuera de las murallas de la ciudad. Era simplemente el vertedero de Jerusalén, que existía en la época de Jesucristo y se llamaba Valle de Hinnon (Gueh Hin‧nóm) o Gehena. Allí se tiraba y quemaba la basura de la ciudad, así como los cadáveres de animales y hasta de criminales después de su ejecución, indignos de un entierro (en el imaginario colectivo bíblico, indignos de una resurrección ("Con el entierro de un asno será enterrado, con un llevar arrastrando y un echar afuera, más allá de las puertas de Jerusalén" (Jeremías 22:19)).

La traducción de la Biblia al latín ha creado una confusión en la comprensión de la condición de los muertos. Como hemos visto, es importante diferenciar entre las palabras hebrea Sheol y griega Hades, por un lado, con el Gehena por otra parte. En algunas traducciones de la Biblia, estas tres palabras han sido traducidas con una sola de origen latina, el infierno (infernus). Al hacerlo, creó una confusión en la comprensión de la palabra gehena, convirtiéndose, de hecho, en una enseñanza no bíblica de la existencia de un infierno de fuego.

Jesucristo usó la palabra "Gehena" o "Gehena de fuego", como un lugar real conocido por todos sus contemporáneos, para ilustrar el juicio eterno y la idea de destrucción sin posibilidad de resurrección, la famosa segunda muerte. Es interesante notar que en su Sermón del Monte, Jesucristo se refirió tres veces al Gehena, sin precisar necesariamente su significado. ¿Por qué? En pocas palabras, incluso en Galilea, a unos 100 kilómetros al norte de Jerusalén, este lugar de destrucción era bien conocido y no requería ninguna descripción o explicación (Mateo 5:22,29,30). El Gehena estaba asociado con un fuego que no se apagaba, por la razón evidente de que un lugar así, cerca de una ciudad, hubiese representado un peligro para la salud de la mayoría de los habitantes, si no hubiese sido alimentado por un fuego permanente o constante, a base de azufre, para descomponer todos los desechos de la ciudad más rápidamente (Marcos 9:47,48).

¿Representa el Gehena, el lago de fuego mencionado en Apocalipsis? Sí, en cuanto a su simbolismo de destrucción eterna. No, en cuanto al lugar geográfico ; el Gehena no era un lugar líquido, como un lago o un mar interior. Además, aquella expresión no aparece directamente, ni siquiera de forma enigmática, en el libro de Apocalipsis.

La salvación al sobrevivir a la gran tribulación y por la resurrección

Habrá una resurrección celeste: solo 144000 personas irán al cielo con Jesucristo: "Y vi, y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. Y oí un sonido procedente del cielo como el sonido de muchas aguas y como el sonido de fuerte trueno; y el sonido que oí fue como el de cantantes que se acompañan con el arpa, tocando sus arpas. Y están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono y delante de las cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y nadie pudo dominar aquella canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero, y no se halló en su boca falsedad; están sin tacha" (Apocalipsis 7:3-8; 14:1-5).

Habrá una resurrección terrestre, tanto de justos como de injustos: "No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio" (Juan 5:28,29; Hechos 24:15). Los resucitados injustos serán juzgados sobre la base de su comportamiento durante el reinado de 1000 años (y no de su vida pasada), que comenzará después de la Gran Tribulación (Apocalipsis 20:1-13).

La Gran Muchedumbre que se menciona en Apocalipsis 7:9-17, son seres humanos que sobrevivirán a la Gran Tribulación y : "Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. Y siguen clamando con voz fuerte, y dicen: “La salvación [se la debemos] a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero”. Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de las cuatro criaturas vivientes, y cayeron sobre sus rostros delante del trono y adoraron a Dios, y dijeron: “¡Amén! La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fuerza [sean] a nuestro Dios para siempre jamás. Amén”. Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son, y de dónde vinieron?”. De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 7:9-17).